México,D.F.- La producción de basura electrónica y de electrodomésticos ha crecido más de tres veces en siete años en México. Cada año se desechan 941 mil 700 toneladas de estos aparatos, mientras en 2007 eran 289 mil toneladas, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El manejo de estos desechos es incipiente, las campañas de recolección tienen pocos años y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) carece de información actualizada.
Esta cantidad de basura es consecuencia de que actualmente casi en todos los hogares mexicanos hay un televisor. Ocho de cada 10 personas tienen un teléfono celular o línea fija, y aparatos de sonido o refrigeradores son comunes en las viviendas.
Tan sólo entre 2000 y 2013 el número de celulares creció casi siete veces, ya que pasó de 14 millones a 102 millones, lo que indica que alrededor de 86 por ciento de la población cuenta con un dispositivo de estos, reporta la Asociación Nacional de Telecomunicaciones (Anatel).
Actualmente en el país 95 por ciento de las casas tiene televisores. Hay 11.1 millones de hogares equipados con computadoras, que corresponden a 35.8 por ciento del total, lo que refleja un incremento de 13.3 por ciento respecto del año previo, y 49.4 millones de personas son usuarios de computadoras, reportó la encuesta en hogares sobre Disponibilidad y uso de las tecnologías de la información de 2013.
Precios bajos que se traducen en más compras de aparatos
Los aparatos electrónicos mantienen precios a la baja, y esto los hace más accesibles para la población en general, pero también se vuelven obsoletos rápidamente.
Cuando esto sucede, generalmente se desecha, almacena o embarca al extranjero, donde el reciclaje no siempre se lleva a cabo de manera ambientalmente adecuada, señala la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA).
Estos dispositivos contienen entre 40 y 60 por ciento de compuestos y metales que si se manejan inadecuadamente representan riesgos para la salud y el medio ambiente, sea por la lixiviación de metales como plomo, mercurio o cadmio, o la exposición a compuestos potencialmente peligrosos, como los retardadores de flama bromados, agrega la CCA, que impulsa el proyecto Manejo adecuado de desechos electrónicos en América del Norte.
Un teléfono celular contiene sustancias como mercurio, litio, cobalto, níquel, cadmio y zinc, que contaminan agua, aire y suelo; tan sólo una batería de cadmio puede afectar negativamente 675 mil litros de agua, advierte la empresa Telcel en su página de Internet.
El manejo de estos desechos es incipiente, las campañas de recolección tienen pocos años y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) carece de información actualizada.
Esta cantidad de basura es consecuencia de que actualmente casi en todos los hogares mexicanos hay un televisor. Ocho de cada 10 personas tienen un teléfono celular o línea fija, y aparatos de sonido o refrigeradores son comunes en las viviendas.
Tan sólo entre 2000 y 2013 el número de celulares creció casi siete veces, ya que pasó de 14 millones a 102 millones, lo que indica que alrededor de 86 por ciento de la población cuenta con un dispositivo de estos, reporta la Asociación Nacional de Telecomunicaciones (Anatel).
Actualmente en el país 95 por ciento de las casas tiene televisores. Hay 11.1 millones de hogares equipados con computadoras, que corresponden a 35.8 por ciento del total, lo que refleja un incremento de 13.3 por ciento respecto del año previo, y 49.4 millones de personas son usuarios de computadoras, reportó la encuesta en hogares sobre Disponibilidad y uso de las tecnologías de la información de 2013.
Precios bajos que se traducen en más compras de aparatos
Los aparatos electrónicos mantienen precios a la baja, y esto los hace más accesibles para la población en general, pero también se vuelven obsoletos rápidamente.
Cuando esto sucede, generalmente se desecha, almacena o embarca al extranjero, donde el reciclaje no siempre se lleva a cabo de manera ambientalmente adecuada, señala la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA).
Estos dispositivos contienen entre 40 y 60 por ciento de compuestos y metales que si se manejan inadecuadamente representan riesgos para la salud y el medio ambiente, sea por la lixiviación de metales como plomo, mercurio o cadmio, o la exposición a compuestos potencialmente peligrosos, como los retardadores de flama bromados, agrega la CCA, que impulsa el proyecto Manejo adecuado de desechos electrónicos en América del Norte.
Un teléfono celular contiene sustancias como mercurio, litio, cobalto, níquel, cadmio y zinc, que contaminan agua, aire y suelo; tan sólo una batería de cadmio puede afectar negativamente 675 mil litros de agua, advierte la empresa Telcel en su página de Internet.
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