Ciudad de México.- La Diputación Permanente de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó un punto de acuerdo para mejorar la transportación de sustancias peligrosas en las calles de la capital, pues se desconoce el número de unidades que la realizan, aunque la organización Ciudad Posible informó que sólo las encargadas de distribuir gas LP suman 6 mil 590, entre camiones y pipas.
Hoy, la ciudad de México es “una bomba de tiempo”, por el incumplimiento de la norma en materia de protección civil y la obsolescencia de gran parte de los 700 mil tanques estacionarios y los 8 millones 500 mil cilindros, al contar con un promedio de vida de 30 años, según las cifras de la organización ciudadana.
Tan sólo los hospitales de la Secretaría de Salud son surtidos con gas LP, cuyos tanques están al lado de los de oxígeno, por lo que puede ocurrir “una peor explosión a la del Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, porque no se cumple con las normas federal de energía y de protección civil, pues el programa Hospital Seguro sólo atiende cuestiones arquitectónicas”, argumentó.
La Diputación Permanente de la ALDF aprobó ayer un punto de acuerdo para exhortar a las secretarías de Protección Civil y de Movilidad locales y sus homólogas del ámbito federal a hacer una revisión y mejorar los reglamentos que permitan la transportación segura de sustancias peligrosas por las calles de la ciudad de México.
Diariamente circulan en el Distrito Federal infinidad de pipas de gas LP, gasolina, aceites, químicos y otras sustancias peligrosas que ponen en riesgo a los ciudadanos, sin que se sepa a ciencia ciertas cuántas unidades realizan esta tarea, porque el sector está regulado en mayor medida por autoridades federales, indicó.
Asimismo, aprobó el punto de acuerdo presentado por la diputada panista Olivia Garza para exhortar a las secretarías de Salud y de Protección Civil, a realizar de manera inmediata visitas de verificación a los centros hospitalarios y guarderías de la ciudad, para conocer sus condiciones estructurales, médicas y de seguridad y evitar una tragedia.
Pese a la tragedia ocurrida en Cuajimalpa, el Gobierno del Distrito Federal no está trabajando de forma inmediata, pues han sucedido cinco incidentes: una alarma por fuga de gas en una guardería, de la que fueron evacuados 129 menores y 68 trabajadores; una fuga en la escuela primaria Emperador Cuauhtémoc y el jardín de niños Tlatilco, en la delegación Azcapotzalco, de la que fueron evacuados por los bomberos más de 350 infantes y 60 adultos; así como en los hospitales Tláhuac y Rubén Leñero.
Por su parte, el diputado perredista Alejandro Ojeda, al presentar el punto sobre transportación segura de sustancias peligrosas, dijo que ante cualquier contingencia por alguna explosión de pipa que afecte a los ciudadanos de esta capital, son las autoridades locales las encargadas de resguardar su seguridad y protección, por lo que este tema “no debe ser materia de apropiación sólo de las autoridades federales”.
Hoy, la ciudad de México es “una bomba de tiempo”, por el incumplimiento de la norma en materia de protección civil y la obsolescencia de gran parte de los 700 mil tanques estacionarios y los 8 millones 500 mil cilindros, al contar con un promedio de vida de 30 años, según las cifras de la organización ciudadana.
Tan sólo los hospitales de la Secretaría de Salud son surtidos con gas LP, cuyos tanques están al lado de los de oxígeno, por lo que puede ocurrir “una peor explosión a la del Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, porque no se cumple con las normas federal de energía y de protección civil, pues el programa Hospital Seguro sólo atiende cuestiones arquitectónicas”, argumentó.
La Diputación Permanente de la ALDF aprobó ayer un punto de acuerdo para exhortar a las secretarías de Protección Civil y de Movilidad locales y sus homólogas del ámbito federal a hacer una revisión y mejorar los reglamentos que permitan la transportación segura de sustancias peligrosas por las calles de la ciudad de México.
Diariamente circulan en el Distrito Federal infinidad de pipas de gas LP, gasolina, aceites, químicos y otras sustancias peligrosas que ponen en riesgo a los ciudadanos, sin que se sepa a ciencia ciertas cuántas unidades realizan esta tarea, porque el sector está regulado en mayor medida por autoridades federales, indicó.
Asimismo, aprobó el punto de acuerdo presentado por la diputada panista Olivia Garza para exhortar a las secretarías de Salud y de Protección Civil, a realizar de manera inmediata visitas de verificación a los centros hospitalarios y guarderías de la ciudad, para conocer sus condiciones estructurales, médicas y de seguridad y evitar una tragedia.
Pese a la tragedia ocurrida en Cuajimalpa, el Gobierno del Distrito Federal no está trabajando de forma inmediata, pues han sucedido cinco incidentes: una alarma por fuga de gas en una guardería, de la que fueron evacuados 129 menores y 68 trabajadores; una fuga en la escuela primaria Emperador Cuauhtémoc y el jardín de niños Tlatilco, en la delegación Azcapotzalco, de la que fueron evacuados por los bomberos más de 350 infantes y 60 adultos; así como en los hospitales Tláhuac y Rubén Leñero.
Por su parte, el diputado perredista Alejandro Ojeda, al presentar el punto sobre transportación segura de sustancias peligrosas, dijo que ante cualquier contingencia por alguna explosión de pipa que afecte a los ciudadanos de esta capital, son las autoridades locales las encargadas de resguardar su seguridad y protección, por lo que este tema “no debe ser materia de apropiación sólo de las autoridades federales”.
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