Fidel Herrera Beltrán
La zafra de la confianza 2014-2015
1.Por su importancia y valor estratégico, la industria azucarera representa uno de los pilares de la actividad agropecuaria de nuestro país. El sector azucarero genera empleos directos e indirectos para más de tres millones de personas; contribuye con 2.5% del Producto Interno Bruto; y está presente en la economía regional de 227 municipios y 15 estados de la República.
2.La firma del TLCAN en 1994 despertó amplias expectativas para la industria azucarera nacional. Podrían fijarse controles a la importación de jarabe de maíz de alta fructosa y abrir el mercado estadounidense a los excedentes azucareros nacionales. Lamentablemente, en el marco del Tratado no fue establecido un mecanismo que detuviera el ingreso de fructosa al país y en compensación fue acordada una disposición a efecto de que a partir del séptimo año de operación del Tratado —1 de octubre del 2000— México tuviera la oportunidad de exportar, libre de aranceles, todo su excedente de azúcar a Estados Unidos.
3.Sin embargo, las llamadas Cartas Paralelas suscritas en 2002 entre los jefes comerciales de ambos países limitaron nuestro derecho de exportación, entonces de más de 500 mil toneladas, permitiéndonos un cupo de tan sólo 148 mil toneladas. En octubre de ese mismo año, a propuesta del Grupo Parlamentario del PRI en el Senado de la República, al que me honra haber pertenecido, fue aprobado un Punto de Acuerdo por el que exigimos el cabal cumplimiento de lo establecido en el TLCAN. Además, en la Ley de Ingresos de la Federación, el Congreso aprobó imponer un gravamen del 20% a la importación de fructosa.
4.Con altas y bajas los acuerdos se fueron cumpliendo, pero a finales de marzo de 2014, la American Sugar Coalition inició una controversia ante el Departamento Estadounidense de Comercio, en la que exigía a la Comisión de Comercio Internacional una investigación de dumping contra el azúcar mexicana. En agosto de ese mismo año, la Comisión fijó el pago de aranceles preliminares diferenciados de hasta el 15% a las importaciones de nuestro edulcorante.
5.Las negociaciones encauzadas con gran éxito por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, al frente de las cuales se encontraba el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, en coordinación con los principales actores de este sector productivo, lograron en octubre pasado llegar a un acuerdo de suspensión de las medidas anteriores y poner fin a esta controversia.
6.Finalmente, el 6 de febrero pasado, la Secretaría de Economía dio a conocer el Acuerdo que establece un cupo máximo de 1’162,604.75 de toneladas métricas valor crudo de exportación de azúcar mexicana a Estados Unidos para este año, en base a las necesidades expresadas por ese país. Algunos analistas sugieren prestar atención al balance de edulcorantes, incluida la importación de alta fructuosa.
7.En la zafra 2013-2014 se produjeron 6’021,000 toneladas de azúcar. Una vez delimitado el abasto interno, que asciende a alrededor de 4.3 millones de toneladas, y cubierto el cupo de exportación hacia Estados Unidos, contamos con un excedente de casi 600 mil toneladas que tendremos que colocar en nuevos mercados como los asiáticos y europeos.
8.Recordemos que México cuenta con una red de diez tratados de libre comercio con 45 países, y 39 acuerdos de complementación económica, lo que debe estimular la confianza en nuestra agroindustria. Es el momento de abrir el abanico de nuestras exportaciones y producir más, aprovechando los avances científicos y tecnológicos que la proyectan como una de las más promisorias en el futuro inmediato.
9.Más allá de la producción de azúcar, el sector tiene un enorme potencial para la cogeneración de electricidad y otros derivados de la caña, como el etanol y los bioplásticos. Ingenios como Grupo Piasa y Grupo Pantaleón ya lo están haciendo en nuestro país con gran éxito. Por otro lado, Pemex autorizó recientemente la norma para agregar etanol a la gasolina.
10.La zafra 2014-2015 va bien y acaba de recomenzar la industrialización de la gramínea en el ingenio de San Gabriel en Cosamaloapan, Veracruz, que en unos días más iniciará la molienda. Resulta alentador atestiguar que el gobierno federal enfrenta la problemática azucarera en forma integral y adopta las medidas adecuadas.
2.La firma del TLCAN en 1994 despertó amplias expectativas para la industria azucarera nacional. Podrían fijarse controles a la importación de jarabe de maíz de alta fructosa y abrir el mercado estadounidense a los excedentes azucareros nacionales. Lamentablemente, en el marco del Tratado no fue establecido un mecanismo que detuviera el ingreso de fructosa al país y en compensación fue acordada una disposición a efecto de que a partir del séptimo año de operación del Tratado —1 de octubre del 2000— México tuviera la oportunidad de exportar, libre de aranceles, todo su excedente de azúcar a Estados Unidos.
3.Sin embargo, las llamadas Cartas Paralelas suscritas en 2002 entre los jefes comerciales de ambos países limitaron nuestro derecho de exportación, entonces de más de 500 mil toneladas, permitiéndonos un cupo de tan sólo 148 mil toneladas. En octubre de ese mismo año, a propuesta del Grupo Parlamentario del PRI en el Senado de la República, al que me honra haber pertenecido, fue aprobado un Punto de Acuerdo por el que exigimos el cabal cumplimiento de lo establecido en el TLCAN. Además, en la Ley de Ingresos de la Federación, el Congreso aprobó imponer un gravamen del 20% a la importación de fructosa.
4.Con altas y bajas los acuerdos se fueron cumpliendo, pero a finales de marzo de 2014, la American Sugar Coalition inició una controversia ante el Departamento Estadounidense de Comercio, en la que exigía a la Comisión de Comercio Internacional una investigación de dumping contra el azúcar mexicana. En agosto de ese mismo año, la Comisión fijó el pago de aranceles preliminares diferenciados de hasta el 15% a las importaciones de nuestro edulcorante.
5.Las negociaciones encauzadas con gran éxito por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, al frente de las cuales se encontraba el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, en coordinación con los principales actores de este sector productivo, lograron en octubre pasado llegar a un acuerdo de suspensión de las medidas anteriores y poner fin a esta controversia.
6.Finalmente, el 6 de febrero pasado, la Secretaría de Economía dio a conocer el Acuerdo que establece un cupo máximo de 1’162,604.75 de toneladas métricas valor crudo de exportación de azúcar mexicana a Estados Unidos para este año, en base a las necesidades expresadas por ese país. Algunos analistas sugieren prestar atención al balance de edulcorantes, incluida la importación de alta fructuosa.
7.En la zafra 2013-2014 se produjeron 6’021,000 toneladas de azúcar. Una vez delimitado el abasto interno, que asciende a alrededor de 4.3 millones de toneladas, y cubierto el cupo de exportación hacia Estados Unidos, contamos con un excedente de casi 600 mil toneladas que tendremos que colocar en nuevos mercados como los asiáticos y europeos.
8.Recordemos que México cuenta con una red de diez tratados de libre comercio con 45 países, y 39 acuerdos de complementación económica, lo que debe estimular la confianza en nuestra agroindustria. Es el momento de abrir el abanico de nuestras exportaciones y producir más, aprovechando los avances científicos y tecnológicos que la proyectan como una de las más promisorias en el futuro inmediato.
9.Más allá de la producción de azúcar, el sector tiene un enorme potencial para la cogeneración de electricidad y otros derivados de la caña, como el etanol y los bioplásticos. Ingenios como Grupo Piasa y Grupo Pantaleón ya lo están haciendo en nuestro país con gran éxito. Por otro lado, Pemex autorizó recientemente la norma para agregar etanol a la gasolina.
10.La zafra 2014-2015 va bien y acaba de recomenzar la industrialización de la gramínea en el ingenio de San Gabriel en Cosamaloapan, Veracruz, que en unos días más iniciará la molienda. Resulta alentador atestiguar que el gobierno federal enfrenta la problemática azucarera en forma integral y adopta las medidas adecuadas.
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