Nezahualcóyotl, Edomex.- Pacientes y familiares de enfermos que acuden a consulta o aquellos que van a visitar a los internos en el hospital general de La Perla deben permanecer en la calle a consecuencia que la “Sala de Espera” es insuficiente, los mismos visitantes han llamado la “Calle de Espera” a donde les llaman para darles informes de los internados.
Mario Palafox asegura que “si lo que quieres es morir, no lo dudes aquí te garantizamos y te lo cumplimos” ello a consecuencia que estuvo varios días al exterior del nosocomio ubicado sobre la calle de Escondida, Norte Tres, Poniente 25 y Poniente 21 en la colonia La Perla en espera de que un familiar saliera, sin embargo no fue posible y sólo le avisaron que había fallecido.
Silvia Lara, otro familiar de un paciente asegura que deben hacer más grandes las marquesinas del hospital para poder resguardarse del sol y la lluvia: y allí frente a la puerta principal localizada en la calle de Escondida los vendedores de fritangas, dulces, jugos y otros negocios rentan las sillas para que las personas puedan sentarse mientras que les dan informes de sus pacientes.
Allí en los alrededores también los “franeleros” hacen de las suyas debido a que cobran hasta 25 pesos por cuidar el vehículo de algún familiar de paciente, por lo cual las autoridades de la Secretaría de Salud debe indagar el funcionamiento, no sólo interno del hospital sino también en los alrededores, ello a consecuencia que dan una mala imagen al hospital.
El hospital pertenece al Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) quien no ha podido brindar una atención adecuada para poder atender los casos de urgencias, pues es sabido que tanto el nosocomio de La Perla como el “Gustavo Baz Prada”, carecen de medicamentos y espacio para poder atender a las personas que requieren de atención inmediata, incluso los familiares deben comprar medicamentos en la calle para poder suministrar a los pacientes y poder curarlos de emergencia.
Para finalizar, los entrevistados aseguraron tener temor a represalia a consecuencia que desde que llegan al nosocomio hay policías que impiden el paso a las personas para poder preguntar por sus internos o pacientes que han ingresado; el trato es déspota y les niegan todo tipo de información.
Reporteros en movimiento
Mario Palafox asegura que “si lo que quieres es morir, no lo dudes aquí te garantizamos y te lo cumplimos” ello a consecuencia que estuvo varios días al exterior del nosocomio ubicado sobre la calle de Escondida, Norte Tres, Poniente 25 y Poniente 21 en la colonia La Perla en espera de que un familiar saliera, sin embargo no fue posible y sólo le avisaron que había fallecido.
Silvia Lara, otro familiar de un paciente asegura que deben hacer más grandes las marquesinas del hospital para poder resguardarse del sol y la lluvia: y allí frente a la puerta principal localizada en la calle de Escondida los vendedores de fritangas, dulces, jugos y otros negocios rentan las sillas para que las personas puedan sentarse mientras que les dan informes de sus pacientes.
Allí en los alrededores también los “franeleros” hacen de las suyas debido a que cobran hasta 25 pesos por cuidar el vehículo de algún familiar de paciente, por lo cual las autoridades de la Secretaría de Salud debe indagar el funcionamiento, no sólo interno del hospital sino también en los alrededores, ello a consecuencia que dan una mala imagen al hospital.
El hospital pertenece al Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) quien no ha podido brindar una atención adecuada para poder atender los casos de urgencias, pues es sabido que tanto el nosocomio de La Perla como el “Gustavo Baz Prada”, carecen de medicamentos y espacio para poder atender a las personas que requieren de atención inmediata, incluso los familiares deben comprar medicamentos en la calle para poder suministrar a los pacientes y poder curarlos de emergencia.
Para finalizar, los entrevistados aseguraron tener temor a represalia a consecuencia que desde que llegan al nosocomio hay policías que impiden el paso a las personas para poder preguntar por sus internos o pacientes que han ingresado; el trato es déspota y les niegan todo tipo de información.
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