Estado de México.- Como “una gran falacia” calificó Daniel Rivas Torres, presidente de la Asociación Mexicana de Arboricultura (AMA), las acciones del gobierno estatal y federal respecto a la reforestación masiva que llevó a cabo en los meses pasados.
Como compensación a la tala de 37 mil árboles a causa de la ampliación de la carretera México-Toluca, el gobierno estatal se comprometió en julio del año pasado a sembrar 20 árboles por cada ejemplar retirado, -10 por parte del estado y otros 10 de la federación- en total, 37 mil árboles fueron derribados. El compromiso de las autoridades fue de sembrar más de 700 mil árboles en áreas aledañas a la autopista.
“Es una vieja forma de entender el problema, hoy por hoy esta forma de actuar es obsoleta y ya no funciona. Para empezar porque no hay dónde [sembrar los árboles] y en segundo lugar, no lo hacen de la manera adecuada. Nunca se va a lograr compensar de esta manera todos los servicios ambientales que están siendo perdidos por el cambio de uso del área” afirmó el especialista.
Rivas Torres agregó que la posibilidad de supervivencia a un año de los árboles reforestados no pasa del 30 por ciento del total. Es decir, de los más de 700 mil árboles sembrados, sólo 21 mil tendrán la posibilidad de crecer sanos. Estos datos están basados en estudios realizados por la asociación que encabeza y avalados por la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR).
“La logística y el tamaño de la empresa que requeriría plantar 700 mil árboles es descomunal. Rebasa la capacidad del gobierno para lograr en tan poco tiempo realizar la plantación de los árboles. Por ejemplo, a lo sumo en 2 meses pudieran hacer, con mucho interés, unas 50 hectáreas pero aquí estamos hablando de 700.”
Asimismo, afirma que en estos casos donde se pierde masa forestal, lo ideal sería que el gobierno y empresas involucradas en la obra, habilitaran o donaran áreas verdes para uso recreativo de la comunidad de igual tamaño a las que fueron removidas por las obras. Esto con el fin de compensar a la población por el cambio de uso de suelo.
Finalmente, advirtió sobre las consecuencias negativas que acarrea retirar cantidades importantes de masa forestal en la zona. En primer lugar, aseguró, retirar tantos árboles empobrece en todos los sentidos las zonas que se beneficiaban de los recursos que provee el bosque. Además, su capacidad para captar agua disminuye considerablemente. La calidad y producción de oxigeno también se ve afectada de manera importante. No obstante, reconoce que este tipo de obras favorecen la conectividad, pero cuestiona a qué precio y a quiénes realmente beneficia.
Alfa Diario
Como compensación a la tala de 37 mil árboles a causa de la ampliación de la carretera México-Toluca, el gobierno estatal se comprometió en julio del año pasado a sembrar 20 árboles por cada ejemplar retirado, -10 por parte del estado y otros 10 de la federación- en total, 37 mil árboles fueron derribados. El compromiso de las autoridades fue de sembrar más de 700 mil árboles en áreas aledañas a la autopista.
“Es una vieja forma de entender el problema, hoy por hoy esta forma de actuar es obsoleta y ya no funciona. Para empezar porque no hay dónde [sembrar los árboles] y en segundo lugar, no lo hacen de la manera adecuada. Nunca se va a lograr compensar de esta manera todos los servicios ambientales que están siendo perdidos por el cambio de uso del área” afirmó el especialista.
Rivas Torres agregó que la posibilidad de supervivencia a un año de los árboles reforestados no pasa del 30 por ciento del total. Es decir, de los más de 700 mil árboles sembrados, sólo 21 mil tendrán la posibilidad de crecer sanos. Estos datos están basados en estudios realizados por la asociación que encabeza y avalados por la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR).
“La logística y el tamaño de la empresa que requeriría plantar 700 mil árboles es descomunal. Rebasa la capacidad del gobierno para lograr en tan poco tiempo realizar la plantación de los árboles. Por ejemplo, a lo sumo en 2 meses pudieran hacer, con mucho interés, unas 50 hectáreas pero aquí estamos hablando de 700.”
Asimismo, afirma que en estos casos donde se pierde masa forestal, lo ideal sería que el gobierno y empresas involucradas en la obra, habilitaran o donaran áreas verdes para uso recreativo de la comunidad de igual tamaño a las que fueron removidas por las obras. Esto con el fin de compensar a la población por el cambio de uso de suelo.
Finalmente, advirtió sobre las consecuencias negativas que acarrea retirar cantidades importantes de masa forestal en la zona. En primer lugar, aseguró, retirar tantos árboles empobrece en todos los sentidos las zonas que se beneficiaban de los recursos que provee el bosque. Además, su capacidad para captar agua disminuye considerablemente. La calidad y producción de oxigeno también se ve afectada de manera importante. No obstante, reconoce que este tipo de obras favorecen la conectividad, pero cuestiona a qué precio y a quiénes realmente beneficia.
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