Sonora.- El sector Salud en Sonora tiene un desastre financiero y de infraestructura, así lo informó el secretario de Salud local, Gilberto Ungson, luego de presentar el diagnóstico que corresponde a su dependencia.
Dijo que el sistema de salud tiene abandono en infraestructura de hospitales y centros de salud, desabasto de medicamento y un boquete financiero superior a los mil millones de pesos.
Ungson Beltrán informó que mientras el presupuesto de la Secretaría de Salud creció 39 por ciento, en el periodo 2010-2015, al pasar de 3 mil 166 millones de pesos a 4 mil 222 millones, pero el descontento y las denuncias de los ciudadanos se incrementaron por el mal servicio, falta de medicinas y el mal estado de los hospitales.
Informó que en el periodo 2009-2015, periodo como gobernador de Guillermo Padrés, Sonora cayó en indicadores de salud, perdió certificación de hospitales, en la reafiliación del Seguro Popular, en abasto de medicamentos y desempeño del uso de recursos federales.
Ungson explicó que los indicadores médicos del estado pasaron de ser de los primeros del país a los últimos, señalando el caso del dengue, que actualmente ocupa el lugar 23, cuando en 2007, se tenía tasa cero de mortandad y este año –al mes de septiembre– se tienen registrados cinco decesos y 30 por muerte materna.
La entidad también registró retrocesos en enfermedades transmisibles, al bajar del lugar 8 al 25; en tuberculosis cayó 20 lugares, al pasar del 10 al 30 entre las 32 entidades del país y en diabetes llegaron al lugar 26, cuando el estado ocupaba el segundo lugar.
“Lo grave es que enfermedades que se asume que estaban controladas ahora resurgen como problemas de salud pública: tuberculosis, VIH, Dengue y Chikingunya”, dijo.
En el sector hay condiciones desastrosas y debe operar en este momento con un déficit entre el dinero disponible y los compromisos por pagar (mil 200 millones de pesos).
“Se observó a lo largo del sexenio anterior un aumento del 40 por ciento en los recursos, el tema no ha sido falta de recursos”, razonó.
Ungson señaló que hay deterioro general de infraestructura de salud, falta de recursos, hospitales y clínicas dañadas, falta de equipamiento médico y de medicinas.
En ese contexto –dijo–, se buscará el rastro del dinero para entender qué se hizo con los recursos, que a lo largo de esos seis años implicaron un ejercicio de 21 mil 500 millones de pesos y que no se dudará en encausar a los responsables si se detectan actos de corrupción, desvío de recursos o peculado.
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Dijo que el sistema de salud tiene abandono en infraestructura de hospitales y centros de salud, desabasto de medicamento y un boquete financiero superior a los mil millones de pesos.
Ungson Beltrán informó que mientras el presupuesto de la Secretaría de Salud creció 39 por ciento, en el periodo 2010-2015, al pasar de 3 mil 166 millones de pesos a 4 mil 222 millones, pero el descontento y las denuncias de los ciudadanos se incrementaron por el mal servicio, falta de medicinas y el mal estado de los hospitales.
Informó que en el periodo 2009-2015, periodo como gobernador de Guillermo Padrés, Sonora cayó en indicadores de salud, perdió certificación de hospitales, en la reafiliación del Seguro Popular, en abasto de medicamentos y desempeño del uso de recursos federales.
Ungson explicó que los indicadores médicos del estado pasaron de ser de los primeros del país a los últimos, señalando el caso del dengue, que actualmente ocupa el lugar 23, cuando en 2007, se tenía tasa cero de mortandad y este año –al mes de septiembre– se tienen registrados cinco decesos y 30 por muerte materna.
La entidad también registró retrocesos en enfermedades transmisibles, al bajar del lugar 8 al 25; en tuberculosis cayó 20 lugares, al pasar del 10 al 30 entre las 32 entidades del país y en diabetes llegaron al lugar 26, cuando el estado ocupaba el segundo lugar.
“Lo grave es que enfermedades que se asume que estaban controladas ahora resurgen como problemas de salud pública: tuberculosis, VIH, Dengue y Chikingunya”, dijo.
En el sector hay condiciones desastrosas y debe operar en este momento con un déficit entre el dinero disponible y los compromisos por pagar (mil 200 millones de pesos).
“Se observó a lo largo del sexenio anterior un aumento del 40 por ciento en los recursos, el tema no ha sido falta de recursos”, razonó.
Ungson señaló que hay deterioro general de infraestructura de salud, falta de recursos, hospitales y clínicas dañadas, falta de equipamiento médico y de medicinas.
En ese contexto –dijo–, se buscará el rastro del dinero para entender qué se hizo con los recursos, que a lo largo de esos seis años implicaron un ejercicio de 21 mil 500 millones de pesos y que no se dudará en encausar a los responsables si se detectan actos de corrupción, desvío de recursos o peculado.
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