jueves, 8 de octubre de 2015

José Luis Abarca ofreció 500 mil pesos a policías para evitar su captura

Ciudad de México.- La madrugada del 4 de noviembre de 2014, elementos de las fuerzas federales detuvieron en un domicilio de Iztapalapa a los entonces prófugos José Luis Abarca, exalcalde de Iguala y su esposa María de Los Ángeles Pineda Villa.
La pareja imperial, como se les bautizó, huía luego de que Abarca fue señalado como el autor intelectual de la agresión contra los normalistas de Ayotzinapa, el 26 y 27 de septiembre de 2014 y a Pineda Villa de operar desde la presidencia municipal de Iguala para el cártel Guerreros Unidos.
Al verse sorprendidos ninguno de los dos opuso resistencia a la detención, se sabían derrotados. Pero aquel sujeto que pasó de vendedor de sombreros en un mercado público a millonario empresario y alcalde de Iguala, creía tener un as bajo la manga.
Eran las 02:30 horas de la madrugada cuando agentes de la Policía Federal detectaron a la pareja. Iban a subir a un taxi, pero la presencia de la policía impidió que la pareja abordara la unidad.
Tras ser interrogados, confirmaron sus identidades. Se veían nerviosos. Estaban más delgados que de costumbre y sus rostros estaban pálidos.
El vestía un traje oscuro, no llevaba corbata. Ella vestía un suéter negro y blusa aleopardada. Su cabeza y rostro lo cubría con una mascada verde.
Abarca y su esposa cruzaron miradas y luego intentaron la jugada maestra. Pineda Villa sacó de su bolso un fajo de billetes, eran 23 mil 800 pesos que ofreció a los policías.
Así como compraron la presidencia municipal de Iguala, trataron de comprar su libertad.
Pero los policías hicieron caso omiso, dijeron a la pareja que tenían una orden de aprehensión en su contra. Iban a empezar a leer sus derechos como imputados pero Pineda Villa insistió.
Dijo que aceptaran el dinero, que tenían más, que les iban a dar 500 mil pesos y un automóvil de lujo, a cambio de su libertad. Pero los agentes no sucumbieron a la tentación y los pusieron a disposición de la Procuraduría. Así acabaron los 34 días de huida de Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda, que había iniciado el 30 de septiembre, cuando pidió licencia al cargo y, tras hacer la entrega, dar las gracias a su gente y a los integrantes del cabildo municipal, desapareció.
Sidronio Casarrubias Salgado, líder del cártel Guerreros Unidos, aseguró en su declaración que María de los Ángeles Pineda Villa era la operadora, desde la presidencia municipal, del grupo criminal.
Aseguró que ella siempre actuó con la anuencia y complicidad de su esposo, el alcalde José Luis Abarca y el primo de éste, Felipe Flores Velázquez, exsecretario de Seguridad de Iguala y por quien se ofrece desde el martes pasado una recompensa de 2.5 millones de pesos por su captura.
En torno a Abarca, el exprocurador Jesús Murillo Karam, aseguró que éste dio la orden de atacar a los estudiantes normalistas para evitar que sabotearan un acto político donde su esposa, entonces titular del DIF municipal, pretendía destaparse como aspirante a la alcaldía de Iguala.

El Financiero

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