Ciudad de México.- El titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, pactó con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) “revisar” la evaluación docente, “corazón” de la reforma educativa del gobierno federal.
De entre una serie de acuerdos que la SEP y el magisterio oficialista negociaron a lo largo de una semana de encuentros, gestados al momento que la Secretaría de Gobernación se hizo cargo de entablar una mesa de diálogo con la disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Nuño destacó:
“En este acuerdo, con pleno respeto a la Constitución y a las leyes educativas, es decir, con pleno respeto a la Reforma Educativa aprobada por el Congreso de la Unión y las legislaturas de las entidades federativas, hemos acordado hacer una revisión de la evaluación docente para mejorarla, para hacerla más pertinente y mucho más útil a las maestras y a los maestros de México”.
Desplazado de encabezar la agenda magisterial en los estados donde la reforma educativa ha sido rechazada, a partir de la escalada del conflicto de la CNTE en Oaxaca, que derivó en la muerte de por lo menos ocho simpatizantes de los maestros –en un operativo de las fuerzas federales–, el funcionario federal se comprometió ante la cúpula sindical del SNTE a “mejorar la implementación” de la reforma.
Reflexionó: “La reforma educativa es un proceso complejo que genera incertidumbres. Y es también un proceso que en su marcha de implementación, sin duda alguna en el respeto a la Constitución y a las leyes que dan marco a esta reforma, se puede mejorar mucho esta implementación, que para todos es un proceso nuevo. Lo es para los maestros, lo es para su sindicato y lo es también para las autoridades educativas”.
Fue así que el secretario, anfitrión del SNTE en las oficinas de la SEP, enumeró los “puntos a mejorar” y con los que se comprometió a satisfacer las demandas del sindicato respecto a la evaluación:
“Mejorar la contextualización de la evaluación, para que responda mejor a las realidades de cada región y estado del país; hacer una revisión a los instrumentos de la evaluación y una mejora significativa a las guías académicas; hacer una mejora significativa al simulador de exámenes; mejorar la acreditación de los evaluadores, y caminar y perfeccionar las bases de datos que permiten desplegar la evaluación, lo mismo en las plataformas de evidencia, así como la propia aplicación de la evaluación.
“Por supuesto, el proceso de calificación de cada uno de los maestros, la publicación de los resultados y, algo fundamental, mejorar la comunicación y la coordinación interinstitucional”, detalló el titular de la SEP entre la anuencia del auditorio, y se comprometió a hacer las “revisiones” necesarias en un plazo no mayor a 45 días con la participación del SNTE.
Todo esto, agregó, no atentaría al “absoluto y pleno respeto a la autonomía del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE)”, que sería partícipe de las modificaciones.
Nuño también acordó incluir a los maestros en el debate del modelo educativo, “tal como nos lo solicitó el SNTE”, y abrió la puerta para incluir a la disidencia magisterial. “Invitaremos al SNTE y a todo el magisterio a participar en el análisis”, dijo. Pero dicho modelo, agregó, será presentado la próxima semana.
Finalmente, el exjefe de la oficina presidencial también se comprometió a hacer modificaciones hacia una “profundización” de la formación continua e inicial, y en materia administrativa a “regularizar el pago de salarios e incentivos económicos, así como la asignación de plazas y promoción de docentes”, además de respetar los “beneficios” obtenidos a través del programa de Carrera Magisterial.
De entre una serie de acuerdos que la SEP y el magisterio oficialista negociaron a lo largo de una semana de encuentros, gestados al momento que la Secretaría de Gobernación se hizo cargo de entablar una mesa de diálogo con la disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Nuño destacó:
“En este acuerdo, con pleno respeto a la Constitución y a las leyes educativas, es decir, con pleno respeto a la Reforma Educativa aprobada por el Congreso de la Unión y las legislaturas de las entidades federativas, hemos acordado hacer una revisión de la evaluación docente para mejorarla, para hacerla más pertinente y mucho más útil a las maestras y a los maestros de México”.
Desplazado de encabezar la agenda magisterial en los estados donde la reforma educativa ha sido rechazada, a partir de la escalada del conflicto de la CNTE en Oaxaca, que derivó en la muerte de por lo menos ocho simpatizantes de los maestros –en un operativo de las fuerzas federales–, el funcionario federal se comprometió ante la cúpula sindical del SNTE a “mejorar la implementación” de la reforma.
Reflexionó: “La reforma educativa es un proceso complejo que genera incertidumbres. Y es también un proceso que en su marcha de implementación, sin duda alguna en el respeto a la Constitución y a las leyes que dan marco a esta reforma, se puede mejorar mucho esta implementación, que para todos es un proceso nuevo. Lo es para los maestros, lo es para su sindicato y lo es también para las autoridades educativas”.
Fue así que el secretario, anfitrión del SNTE en las oficinas de la SEP, enumeró los “puntos a mejorar” y con los que se comprometió a satisfacer las demandas del sindicato respecto a la evaluación:
“Mejorar la contextualización de la evaluación, para que responda mejor a las realidades de cada región y estado del país; hacer una revisión a los instrumentos de la evaluación y una mejora significativa a las guías académicas; hacer una mejora significativa al simulador de exámenes; mejorar la acreditación de los evaluadores, y caminar y perfeccionar las bases de datos que permiten desplegar la evaluación, lo mismo en las plataformas de evidencia, así como la propia aplicación de la evaluación.
“Por supuesto, el proceso de calificación de cada uno de los maestros, la publicación de los resultados y, algo fundamental, mejorar la comunicación y la coordinación interinstitucional”, detalló el titular de la SEP entre la anuencia del auditorio, y se comprometió a hacer las “revisiones” necesarias en un plazo no mayor a 45 días con la participación del SNTE.
Todo esto, agregó, no atentaría al “absoluto y pleno respeto a la autonomía del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE)”, que sería partícipe de las modificaciones.
Nuño también acordó incluir a los maestros en el debate del modelo educativo, “tal como nos lo solicitó el SNTE”, y abrió la puerta para incluir a la disidencia magisterial. “Invitaremos al SNTE y a todo el magisterio a participar en el análisis”, dijo. Pero dicho modelo, agregó, será presentado la próxima semana.
Finalmente, el exjefe de la oficina presidencial también se comprometió a hacer modificaciones hacia una “profundización” de la formación continua e inicial, y en materia administrativa a “regularizar el pago de salarios e incentivos económicos, así como la asignación de plazas y promoción de docentes”, además de respetar los “beneficios” obtenidos a través del programa de Carrera Magisterial.
1 comentario:
Publicar un comentario