viernes, 28 de octubre de 2016

Se adapta el hampa a la oferta y demanda

Ciudad de México.- Basados en la ley de la oferta y la demanda, los delincuentes en la Ciudad de México se ha ido transformado y adaptando a las circunstancias.
Los llamados bancazos, en los que participaban hombres armados que ingresaban a las sucursales, prácticamente se extinguieron por los dispositivos de seguridad y los mecanismos de reacción de la Policía.
Expertos en seguridad coinciden en la evolución que han tenido los delincuentes y la forma como han ido cambiando de objetivos.
“El ladrón carterista está desapareciendo, ahora hay bandas de residencias, los delincuentes van notando qué actividad les deja más ganancias y tienen menos riesgos de que los atrapen. La delincuencia siempre se va transformando”, advierte Miguel Amelio Gómez, consultor en temas de seguridad.
Ahora los delincuentes son más violentos, buscan el menor riesgo y botines que puedan comercializar rápidamente.
“Hace unos 10 o 15 años, el traer un reloj de hasta un millón de pesos era un símbolo de estatus social. Había gran demanda por ese tipo de relojes y los delincuentes trabajaban bajo esa premisa.
“Ahora son pocas las personas que los portan y quienes lo hacen llevan escoltas, entonces se vuelve muy complicado obtenerlos”, apunta Gabriel Regino, jurista y experto en temas de seguridad.
Explica que los delincuentes buscan principalmente dinero en efectivo o joyas, y de no ser así prefieren objetos que puedan vender rápido y sacar ganancias inmediatas.
“Un ladrón común no le va interesar robar un reloj de un millón de pesos cuando la gente lo que más quiere actualmente es un iPhone 7, que el ladrón lo va a vender casi inmediatamente rematándolo en 5 mil pesos.
“Por eso ahora se roban tantos teléfonos, los delincuentes se adaptan a la ley del mercado”, señala.
Hasta hace cinco años, la CDMX era una de las entidades con un mayor número de robos de vehículo, pero el uso de arcos detectores, sistema de localización satelital, cámaras de seguridad y retenes ha disuadido a los delincuentes.
Pero, en el Estado de México el fenómeno ha subido, sobre todo en los municipios conurbados.
Otro caso es el de los fraudes, uno de los delitos que más ha crecido en los últimos años, en especial la clonación de documentos, tarjetas de crédito e ilícitos cibernéticos.
“Un ejemplo muy claro es la Plaza de la Computación. Los muchachos, con conocimientos de software y marcas, venden pirata”, comenta Bernardo Gómez del Campo, criminalista y presidente de Misiones Regionales de Seguridad.
“No son delincuentes ignorantes y con grandes necesidades de supervivencia, son personas que han hecho un trabajo especializado y cada día conocen más de su proceso y lo hacen sin cargo de conciencia”, añade.

Reforma/CR

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