jueves, 7 de diciembre de 2017

El imperio gasero dicta precios sin consideración

Estado de México.- Regularmente las amas de casa son las primeras en poner el grito en el cielo, cada vez que el gas LP sube. Ellas son las que verdaderamente sufren las de Caín y, es que su precio tiene modificaciones cada mes, es así que deben estirar el gasto para poder salir al día.
Con la reciente liberalización del gas LP, indispensable en todos los hogares, las señoras son las que sufren. No hay una sola que no se queje. Es más, el reclamo es constante y los que reciben las quejas de estas son los mismos repartidores.
Para ser claros, en los últimos 10 meses, los distribuidores de gas LP han aumentado los precios a los consumidores domésticos sin ningún control pues en algunos estados este combustible se comercializa hasta 60% más caro que en diciembre de 2016.
De acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía (CRE), 76% de los hogares utiliza gas Licuado de Petróleo LP como principal combustible para la cocción de alimentos y calentamiento de agua, por lo que es un insumo obligatorio.
Bajo el argumento de una difícil logística y altos precios en los mercados internacionales, los distribuidores han mantenido alzas constantes desde enero, cuando el precio fue liberado por las autoridades, quienes aseguraron que esta medida beneficiaría a los consumidores.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la tasa anual de inflación se ubicó en 6.73%, la cual fue influenciada, entre otros factores, por el constante incremento que ha registrado el precio del gas LP para los consumidores domésticos.
El último reporte de la CRE, al 15 de octubre pasado, menciona que los precios máximos del gas LP registraron aumentos de 29% a 60.8%, pero en los mínimos, los distribuidores también reportaron alzas de hasta 34%, mientras que en promedio el alza alcanzó un rango de 21.73% a 47% a pesar de que algunas empresas han recibido importantes descuentos por parte de Petróleos Mexicanos.
En este momento, los estados con mayor afectación por el aumento de precios son Quintana Roo, con aumentos que alcanzan un promedio de 37.81% y un máximo de 60.8%, Tamaulipas con alzas de 38.02% y 57.3%, respectivamente; Baja California con 46.95 y 50.3%, Baja California Sur con 44.04% y 46.4%, Guerrero con 29.82% y 47.9%, Michoacán con 35.51% y 46.5%, Colima con 41.23 y 42.2%, entre otros.
En el caso de la Ciudad de México, el precio máximo del gas LP alcanzó 18 pesos por kilogramo, que representa un aumento de 37.7%, mientras que el costo promedio fue 16.84 pesos por kilogramo, es decir, 28.8% más caro.
Esto significa que un tanque de 20 kilogramos, pasó de 267.6 pesos en diciembre de 2016 a un costo máximo de 360.2 pesos y un promedio de 336.85 pesos. De esta manera los hogares deben destinar 75 a 98.6 pesos más por cada taque de gas que compran.
En el Estado de México, el costo máximo del hidrocarburo alcanzó 18.01 por kilo, mientras que el promedio fue de 16.97 pesos por kilo, esto se traduce en incrementos de 36.5% y 28.6% respectivamente.
El Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, ha justificado estos aumentos como un ajuste del mercado, así como a las afectaciones en la disponibilidad del combustible por el huracán “Harvey”.
SE APUÑALA A LA CLASE TRABAJADORA
Entrevistado por el Diario de las Mayorías, el diputado local de Movimiento Ciudadano, Armando López Velarde Campa, recomendó, que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), tome las riendas en este caso de incremento en el precio del combustible, y sancione a todas aquellas personas, que sin pretexto de las liberalizaciones en el costo de gas LP, exagere en sus cobros, porque se debe proteger a los grupos vulnerables.
“Ahora con el paupérrimo aumento al salario mínimo, deja de existir, pues con esta liberación del gas automáticamente queda eliminado”, fustigó el diputado local.
Y agregó: “estamos en manos de los tecnócratas del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), que son los que gobiernan este país para la desgracia de la economía nacional”.
Y fue más lejos al señalar que “no es, con apuñalar a las clases trabajadoras a la gente humilde, como se va a reactivar la economía de la nación. Aquí lo único que se está privilegiando es a las empresas trasnacionales”.
Puso como ejemplo las cocinas económicas que con cada aumento del gas LP, por ende, aumentan el costo de la comida, por el constante uso de este combustible.
“Si vas a cualquier puestecito, una comida por muy barata te sale en 30 pesitos, pero ya con este incremento sube su costo y para solventar estos gastos extra, de 30 pesitos sube a 50”, indicó.
Se sorprende Velarde Campa: “¡cual incremento al salario?, es una burla, no puede ser que la gente que en verdad trabaja siga siendo la más afectada, mientras que las grandes empresas sean las más beneficiadas”.

La Prensa

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