Ciudad de México.- La inflación inició el año a la baja, sin embargo continúan las alzas en los precios de la gasolina de bajo octanaje y del gas doméstico LP.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró en la primera quincena de enero de 2018 un incremento de 0.24%, así como una tasa de inflación anual de 5.51%, inferior a la de 6.77% reportada al cierre de 2017.
Al interior del INPC, la inflación subyacente, integrada por los precios mercancías y servicios, excepto energéticos y agropecuarios, tuvo un aumento de 0.17% quincenal y de 4.63% anual.
Por su parte, el índice de precios no subyacente aumentó 0.43%, alcanzando una variación anual de 8.10%. Este índice está compuesto por los costos de los productos agropecuarios y energéticos, caracterizados por su elevada volatilidad.
Al interior de la inflación no subyacente, los precios de los productos agropecuarios disminuyeron 1.01% quincenal, mientras que los de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno se elevaron 1.32%.
Durante los primeros 15 días de enero, los productos que más incrementaron su precio fueron los plátanos en 9.69%; seguido de la papa y otros tubérculos con un 6.09%; el gas doméstico LP, 3.86%; el huevo, 3.44%; la gasolina de bajo octanaje, 1.47%; en menor medida aumentaron los costos de la vivienda propia, de la electricidad, los derechos de suministro de agua, entre otros.
En contraste, cayeron los precios del jitomate, transporte aéreo, servicios turísticos en paquete, la calabacita, chayote, ropa de abrigo, el chile poblano, cebolla, así como otros chiles frescos.
En este contexto, el Banco de México (Banxico) señaló en su último Anuncio de Política Monetaria que la inflación alcanzaría la meta del 3% hacia finales del 2018 y principios del 2019.
No obstante, dicha previsión está sujeta a riesgos como una depreciación de la moneda nacional en respuesta, entre otros factores, a una evolución desfavorable del proceso de negociación del TLCAN; también es probable que se dé una reacción adversa de los mercados a las acciones de política monetaria o fiscal en los Estados Unidos o a volatilidad asociada al proceso electoral de 2018.
Otro riesgo es que los precios de los bienes agropecuarios y de los energéticos, en particular del gas LP presenten presiones adicionales.
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