martes, 16 de enero de 2018

La sangrienta batalla por la plaza de Veracruz

Veracruz.- En los primeros 12 días de enero, una docena de cabezas humanas fueron abandonadas en los cofres de cuatro vehículos, con la advertencia de una “limpia delincuencial” en la zona sur del estado.
Los cuerpos desmembrados de las víctimas –presuntos delincuentes, según el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares– estaban envueltos en bolsas de plástico negras, mismas que fueron colocadas dentro de autos compactos localizados en Tlacotalpan (con cinco cadáveres), Sayula de Alemán (cuatro), Minatitlán (dos) y Cosoleacaque (uno). Las fotografías de la macabra escena circularon en medios nacionales e internacionales.
Y en esta capital se vivió una noche de terror el pasado sábado 13, luego de que presuntos sicarios de la Z-35 (zetas de la vieja escuela) dejaron nueve cuerpos desmembrados en la cajuela y en los asientos de una minivan, además de tres mensajes con amenazas al secretario de Seguridad Pública (SSP), Jaime Téllez, y a su director de operaciones, Gerardo Guzmán, a quienes responsabilizan “de no respetar los acuerdos”.
“Más unidos que nunca, la raza (sic) se respeta”, fue la frase que dejaron en los tres mensajes. Por la mañana, un hombre que había sido privado de su libertad en la colonia Laureles fue ejecutado de 14 balazos frente a la sede del Poder Judicial del Estado.
En el último trimestre de 2017, el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) dejó regados cientos de ejecutados en los municipios de Tuxpan, Tierra Blanca, Martínez de La Torre, Chacaltianguis, Tlacotalpan, Sayula de Alemán y Cosoleacaque, así como en los principales polos urbanos de Xalapa y el puerto de Veracruz.
En esta capital, los restos humanos fueron abandonados cerca del centro histórico y a una cuadra de un módulo de seguridad pública, y en las inmediaciones de la central de autobuses.
En Coatzacoalcos, tierra de asentamiento de Los Zetas, la violencia se recrudeció a raíz de la detención en Cárdenas, Tabasco, del líder regional Hernán Martínez Zavaleta, “El Comandante H”, y el abatimiento de Bernardo Cruz Mota, “El Niño Sicario”, y de Elías Aguirre Sánchez, “El Metro”. Sus subordinados mantienen una lucha interna por el control de la plaza, con la consecuente ejecución de varios integrantes.
Y mientras en el sur de la entidad el CJNG advierte que tomará el control de la plaza y “aniquilará” a zetas, secuestradores, asaltantes y extorsionadores, en la región huasteca, al norte de la entidad, el Grupo Sombra –célula adscrita al Cártel del Golfo, según indagatorias de la Fiscalía General del estado (FGE)– trata de ganarse el “cariño” de la población con diversos festivales en plazas públicas.
El pasado sábado 6, por ejemplo, repartieron regalos por el día de reyes, y a finales de 2017 organizaron cenas navideñas en zonas céntricas de los municipios de Pánuco, Tuxpan y Poza Rica.
En redes sociales circuló un video donde se observa a sicarios del Grupo Sombra repartiendo juguetes en el Parque La Concordia, en el municipio de Pánuco. Mientras regalan los juguetes y otros artículos a niños, jóvenes y madres de familia, los organizadores, algunos con chalecos con las insignias “FEGS” (Fuerzas Especiales Grupo Sombra), gritan: “Arriba el Grupo Sombra”. Los asistentes contestan: “Arriba, que viva Sombra”.
En Veracruz, el dolor de cabeza para el expriista Miguel Ángel Yunes Linares en sus primeros 13 meses de gobierno ha sido la seguridad, que en campaña prometió apaciguar en seis meses.
De acuerdo con estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en ese lapso se han cometido dos mil 414 asesinatos y 178 secuestros.
Al respecto, Yunes ha asegurado que 70% de esos crímenes involucra al crimen organizado y a “trabajadores” de la delincuencia.
La plataforma de la Secretaría de Gobernación (Segob) también da cuenta de 20 mil 787 robos de vehículos y a casa-habitación de diciembre de 2016 a noviembre de 2017, sin contar aquellas víctimas que han optado por no denunciar, debido a las amenazas recibidas, o por desconfianza en las autoridades.
El SESNSP no incluye a los presuntos delincuentes “abatidos” por fuerzas policíacas estatales o federales, porque –pretextan las autoridades– no se trata de homicidios.
En junio pasado, en una franca declaración de “batalla frontal” contra la delincuencia organizada, Yunes Linares aseguró que la SSP y la FGE, en coordinación con fuerzas federales, tenían 300 objetivos delincuenciales prioritarios y específicos, pero al día de hoy no se ha dicho cuántos delincuentes han sido detenidos y cuántos neutralizados.
A través de comunicados se sabe que fue abatido Ricardo Pacheco Tello, “El Quino”, jefe de plaza del CJNG en el Golfo de México. Sin embargo, varios de sus subordinados continúan delinquiendo en Veracruz y se han expandido a la región del Sotavento, Cuenca del Papaloapan, zona sur, y en puntos limítrofes de Oaxaca y zonas urbanas del estado de Puebla, según un informe de inteligencia de la Procuraduría General de la República.

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