No hay interesados para la Guardia Nacional.
Por: Ethel Riquelme
De 264 elementos que el Ejército Mexicano esperaba entre abril y mayo, sólo ingresaron 12 personas. La situación es tan grave, que la Sedena ha impuesto a sus comandancias regionales “cuotas” mensuales de reclutas y la instrucción de no dilatar los procesos de alta; pero la urgencia y el relajamiento en los controles de personal ha empezado a causar críticas y hasta deserciones por la baja confiabilidad y poca seguridad que tendría la nueva institución.
El tema alcanza un nivel de crisis tal, que la Secretaría de la Defensa Nacional, en un mensaje interno de carácter urgente con número 13684, reprende a los encargados de las unidades y comandantes por no haber cumplido con la “cuota” mensual de aspirantes aptos para integrarse a la Guardia Nacional y responsabiliza directamente a los comandantes de unidades, a fin de que supervisen que en las secciones de personal y abastecimiento, el jefe de la unidad administrativa o los que estén encargados del reclutamiento, “no haya trastornos administrativos que ocasionen retraso en el proceso de reclutamiento”.
Revela su mecanismo de reclutamiento basado en captar 12 personas por cada una de las 11 regiones para sumar 132 aspirantes aprobados cada mes por parte del Ejército Mexicano, lo que en el plazo de abril a octubre debería aportar un total de 924 elementos.
El documento de nueve páginas de instrucciones fechado el 5 de junio, informa que el avance es de apenas 7 masculinos y 5 femeninos enrolados en el 26avo Batallón de la Policía Militar para la Guardia Nacional, 138 en proceso de elaboración y 50 más en revisión de documentos.
Las convocatorias para la Guardia Nacional fueron emitidas por todas las instancias de seguridad el país, la Marina Armada de México, la Secretaría de Seguridad Pública, la Defensa Nacional y hasta la Policía Federal que formalmente ya no existe, a fin de reunir 21 mil elementos antes de concluir este año. A esta tarea, el gobierno de López Obrador designó la nada despreciable cantidad de 17 mil millones de pesos en un proceso que ahora se sabe, nada tiene que ver con incentivos o invitaciones, sino con cuotas obligatorias de la estructura militar.
La situación se torna más difícil para las fuerzas armadas, frente los nuevos requerimientos de soldados en las fronteras norte y sur; la cobertura de elementos y recursos dentro del Plan DN III para ayuda a la población civil en casos de desastre y el desplazamiento de soldados adaptados de guardianes nacionales para atender la seguridad pública en los estados de Michoacán, Puebla, Veracruz, Guanajuato y otros anunciados en las últimas semanas por López Obrador y de donde, a decir verdad, los marinos y soldados han sido retirados de inmediato para cubrir faltantes en otras zonas.
Y todavía peor. A la ausencia de interesados, se añade la forma en que soldados y marinos han sido asignados de manera autoritaria a las filas de la GN generando ya el principio de una ola de deserciones en unidades castrenses, también el rechazo sistemático de los soldados de permanencia contra los civiles reclutados y particularmente contra los policías federales que se han incorporado las filas de la Guardia Nacional y que han levantado ya una protesta por el mal trato del que han venido siendo objeto por parte de la milicia.
De ahí han surgido las imágenes de mujeres policías federales obligadas a colocarse en posición denigrante durante los entrenamientos; videos donde denuncian las condiciones de maltrato en los que se encuentran en las instalaciones militares y otros testimonios que han llegado ya a las comisiones legislativas.
Así, el reclutamiento de elementos para la Guardia Nacional se está convirtiendo en un proceso que tiene inconforme a todos. Elementos del Ejército y la Marina que, además de haber sido asignados por autoridad, no confían en los civiles que serán reclutados bajo laxos mecanismos y con los que no desean compartir operaciones y riesgos; policías federales que se quejan de ser acosados para obligarlos a desertar y civiles que son rechazados a discreción o contratados sin control y comandantes que son reprendidos por no cumplir la cuota de reclutamiento.
Y apenas empieza
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