Chimalhuacán, México.- Un accidente automovilístico casi le cuesta la vida. Ulises Zertuche Ramírez, de 13 años de edad, fue atropellado en el municipio mexiquense de Atlacomulco el pasado 15 de julio del presenta año. El presunto responsable, de nombre Moisés Tomás Sánchez, huyó. Aunque hay una denuncia en su contra –con el número de carpeta de investigación 362860620064213-, las autoridades estatales aún no lo han capturado.
El caso de este niño es seguido puntualmente por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Chimalhuacán, instancia que lo ayuda con el traslado periódico a Toluca, donde Ulises continúa su proceso de rehabilitación. Él espera su pronta recuperación, desea reincorporarse a la escuela, chutar el balón con sus compañeros de clase y continuar con las clases de geografía que tanto le apasionan.
Ulises Zertuche Ramírez es habitante del barrio Transportistas, del municipio de Chimalhuacán, antes del accidente cursaba la secundaria. Vive en condiciones de hacinamiento con sus siete hermanos y sus padres.
Su familia es originaria del estado de Oaxaca, desde hace algunos años renta una casa compuesta de dos dormitorios y una cocina –ésta última, también funge como habitación-. Antes, los 10 miembros habitaron en el predio conocido como Hidalgo y Carrizo, ubicado en la zona limítrofe entre los municipios de Chimalhuacán y Texcoco, de donde fueron desalojados por autoridades federales, quienes argumentaron que el fraccionamiento de dicho terreno era irregular.
El padre del menor, Andrés Vargas Zertuche, es músico de oficio y, en compañía de su familia, llegó al Estado de México buscando mejores oportunidades de vida.
Vargas Zertuche narra, todavía con voz quebradiza, que tras un evento en Atlacomulco, donde amenizó, con su agrupación musical, una fiesta, su hijo fue envestido por el vehículo de Moisés Tomás Sánchez, un conductor que invadió la banqueta para esquivar a otro automotor, y quien, luego de lo ocurrido, escapó del lugar, llevándose las aspiraciones de un niño que anhelaba ser futbolista.
“Papá: ¡ayúdame!”, gritaba Ulises aquel 15 de julio, quien, según refiere el padre, yacía bajo las ruedas de la camioneta que lo atropelló: “si no me sacas de aquí, me muero”, chilló. Dos meses después, el 12 de septiembre, el menor de 15 años regresó a casa, con su familia, apoyado por el DIF municipal. Antes, el niño permaneció internado en el Hospital General de Atlacomulco y en el Hospital del Niño de Toluca, en tanto que sus padres y hermanos dormían en la intemperie, cobijados sólo por la sombra de plásticos y cartones, en las inmediaciones de los nosocomios.
La familia logró contactar al diputado federal Jesús Tolentino Román Bojórquez, quien los canalizó al DIF municipal de Chimalhuacán, donde, por medio de este organismo, la familia pagó los gastos médicos que ascendían a más de 100 mil pesos, mismos que disminuyeron a sólo 20 mil, luego de las gestiones de trabajadores sociales del DIF ante el Hospital del Niño.
Tras el accidente, Ulises Zertuche Ramírez resultó con lesiones de gravedad, mismas que, según cuenta su padre, “casi le quitan la vida”. Su intestino delgado fue el órgano más afectado, y para que éste cumpla su función, a Ulises le implantaron un aparato (colostomía); además, tiene una placa quirúrgica en la pierna derecha, resultado de una fractura.
El padre exige a las instancias correspondientes justicia, toda vez que el presunto responsable sigue libre y, según denuncia Andrés Vargas Zertuche, ha falseado testimonio e inculpa al afectado de lo sucedido.
El caso de este niño es seguido puntualmente por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Chimalhuacán, instancia que lo ayuda con el traslado periódico a Toluca, donde Ulises continúa su proceso de rehabilitación. Él espera su pronta recuperación, desea reincorporarse a la escuela, chutar el balón con sus compañeros de clase y continuar con las clases de geografía que tanto le apasionan.
Ulises Zertuche Ramírez es habitante del barrio Transportistas, del municipio de Chimalhuacán, antes del accidente cursaba la secundaria. Vive en condiciones de hacinamiento con sus siete hermanos y sus padres.
Su familia es originaria del estado de Oaxaca, desde hace algunos años renta una casa compuesta de dos dormitorios y una cocina –ésta última, también funge como habitación-. Antes, los 10 miembros habitaron en el predio conocido como Hidalgo y Carrizo, ubicado en la zona limítrofe entre los municipios de Chimalhuacán y Texcoco, de donde fueron desalojados por autoridades federales, quienes argumentaron que el fraccionamiento de dicho terreno era irregular.
El padre del menor, Andrés Vargas Zertuche, es músico de oficio y, en compañía de su familia, llegó al Estado de México buscando mejores oportunidades de vida.
Vargas Zertuche narra, todavía con voz quebradiza, que tras un evento en Atlacomulco, donde amenizó, con su agrupación musical, una fiesta, su hijo fue envestido por el vehículo de Moisés Tomás Sánchez, un conductor que invadió la banqueta para esquivar a otro automotor, y quien, luego de lo ocurrido, escapó del lugar, llevándose las aspiraciones de un niño que anhelaba ser futbolista.
“Papá: ¡ayúdame!”, gritaba Ulises aquel 15 de julio, quien, según refiere el padre, yacía bajo las ruedas de la camioneta que lo atropelló: “si no me sacas de aquí, me muero”, chilló. Dos meses después, el 12 de septiembre, el menor de 15 años regresó a casa, con su familia, apoyado por el DIF municipal. Antes, el niño permaneció internado en el Hospital General de Atlacomulco y en el Hospital del Niño de Toluca, en tanto que sus padres y hermanos dormían en la intemperie, cobijados sólo por la sombra de plásticos y cartones, en las inmediaciones de los nosocomios.
La familia logró contactar al diputado federal Jesús Tolentino Román Bojórquez, quien los canalizó al DIF municipal de Chimalhuacán, donde, por medio de este organismo, la familia pagó los gastos médicos que ascendían a más de 100 mil pesos, mismos que disminuyeron a sólo 20 mil, luego de las gestiones de trabajadores sociales del DIF ante el Hospital del Niño.
Tras el accidente, Ulises Zertuche Ramírez resultó con lesiones de gravedad, mismas que, según cuenta su padre, “casi le quitan la vida”. Su intestino delgado fue el órgano más afectado, y para que éste cumpla su función, a Ulises le implantaron un aparato (colostomía); además, tiene una placa quirúrgica en la pierna derecha, resultado de una fractura.
El padre exige a las instancias correspondientes justicia, toda vez que el presunto responsable sigue libre y, según denuncia Andrés Vargas Zertuche, ha falseado testimonio e inculpa al afectado de lo sucedido.
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