Ciudad de México.- Los caminos para llegar al poder son muchos, tantos como los obstáculos que los adversarios ponen en el camino, a quien aspira a conquistarlo. El periodista Salvador García Soto publicó en su columna Serpientes y Escaleras (El Universal, 30 enero 2017) refiriendo a dos de sus “fuentes” de información que le comentaron que en Los Pinos y por petición del presidente del PAN, Ricardo Anaya, se había reunido, acompañado por Santiago Creel, con el Presidente Enrique Peña Nieto en su oficina, la noche del 20 de enero.
La reunión duró dos horas y su resultado fueron “dos acuerdos y un pacto rumbo al 2018: Josefina Vázquez Mota sería candidata al Estado de México y el PRI reconocería su eventual triunfo; y para la elección presidencial, Peña y su partido ofrecían apoyo al PAN para ayudarlo a ganar la presidencia y evitar así un posible triunfo de Andrés Manuel López Obrador.”
Señala García Soto que con este pacto, como en 2006 y 2012, identifican “como su enemigo común a López Obrador” y se comprometieron a unir fuerzas para ir en su contra. Quienes confirmaron esta versión de la reunión de Ricardo Anaya comentan que fue “Peña Nieto quien pidió unir fuerzas en 2018 para impedir lo que en este momento registran todas las encuestas: que el presidente y virtual candidato presidencial de Morena se alzaría con el triunfo en una elección presidencial ante la distancia cada vez mayor que saca al resto de los aspirantes.”
En este contexto parecería que la voluntad de todos los demás sale sobrando, que los políticos ya decidieron cual va a ser la suerte de López Obrador, pero también la del resto de los mexicanos.
De ser cierta la versión del relato que hace Salvador García Soto el que ya tiene su destino decidido por “los dioses” del poder es Alfredo del Mazo Maza, el primo del presidente Peña Nieto y “candidato de unidad” del PRI, quien busca repetir la hazaña de su abuelo y su padre de gobernar el Estado de México y que podría terminar como perdedor, como su padre cuando fue candidato a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, elecciones en las que perdió porque, según comentaron en su momento, no le fueron entregados los recursos para financiar su campaña, lo que fue interpretado como que lo habían enviado a perder. La historia podría repetirse.
En cambio, la ganadora en las elecciones del Estado de México sería Josefina Vázquez Mota que, sin proponérselo, se convirtió en moneda de cambio y le cae la gubernatura en un proceso en el que para participar había puesto condiciones difíciles de conceder para los panistas del Estado de México, que la habían marginado al interior del partido en la entidad.
La versión de esa reunión, que aporta Salvador García Soto, es el relato de cómo se armó en Los Pinos el TUCOP, Todos Unidos Contra el Peje, que ahora entraría en su tercera edición correspondiente al proceso electoral federal 2018. La explicación llama la atención, según dicen los informantes, el presidente Peña Nieto reconoce ya desde ahora que ningún priista podría derrotar en las urnas a López Obrador y la otra explicación indigna, pero se entiende en el contexto del servilismo que caracteriza a los políticos mexicanos, dados a inclinarse ante el poder de la Casa Blanca, la de Washington, que señala que El Peje no le da confianza a Donald Trump y no desea que llegue al poder.
Esta alianza contra López Obrador entre el jefe real del PRI y los dirigentes del PAN, estaría refrendando la versión que cuenta que siendo candidato a la presidencia Peña Nieto fue llamado por Felipe Calderón a Los Pinos para manifestarle que estaba dispuesto a frenar la campaña de Josefina Vázquez Mota para beneficiarlo, emprender acciones contra López Obrador y reconocer su triunfo, a cambio de que en 2018 no obstaculizara a Margarita Zavala, que buscaría ser candidata del PAN y la primera presidenta de México.
El artículo de Salvador García Soto es interesante porque, sin decirlo, nos habla de la forma de hacer política en lo “oscurito” de los dirigentes de los partidos. Es el relato sobre las traiciones a las instituciones, a los ciudadanos y hasta a los parientes.
Pero no todo está decidido, es cierto que López Obrador figura como puntero en las encuestas sobre preferencias electorales, también es cierto que falta un año para que empiece el proceso electoral federal de 2018, pero sobre todo es cierto que lo que hace crecer día con día al virtual candidato de Morena son los errores del gobierno, sus contradicciones y su inocultable búsqueda de impunidad.
Con cada error y ataque a López Obrador lo hacen crecer y lo posicionan en los medios de comunicación. El voto cuenta y contará en 2018. Si hoy se mantiene al frente de las preferencias electorales es porque el grupo gobernante no ha cumplido sus compromisos, destacadamente el regreso de la seguridad y el combate a la corrupción. Son problemas que afectan a la mayoría de los mexicanos. Las encuestas, no mienten y sí cuentan.
La reunión duró dos horas y su resultado fueron “dos acuerdos y un pacto rumbo al 2018: Josefina Vázquez Mota sería candidata al Estado de México y el PRI reconocería su eventual triunfo; y para la elección presidencial, Peña y su partido ofrecían apoyo al PAN para ayudarlo a ganar la presidencia y evitar así un posible triunfo de Andrés Manuel López Obrador.”
Señala García Soto que con este pacto, como en 2006 y 2012, identifican “como su enemigo común a López Obrador” y se comprometieron a unir fuerzas para ir en su contra. Quienes confirmaron esta versión de la reunión de Ricardo Anaya comentan que fue “Peña Nieto quien pidió unir fuerzas en 2018 para impedir lo que en este momento registran todas las encuestas: que el presidente y virtual candidato presidencial de Morena se alzaría con el triunfo en una elección presidencial ante la distancia cada vez mayor que saca al resto de los aspirantes.”
En este contexto parecería que la voluntad de todos los demás sale sobrando, que los políticos ya decidieron cual va a ser la suerte de López Obrador, pero también la del resto de los mexicanos.
De ser cierta la versión del relato que hace Salvador García Soto el que ya tiene su destino decidido por “los dioses” del poder es Alfredo del Mazo Maza, el primo del presidente Peña Nieto y “candidato de unidad” del PRI, quien busca repetir la hazaña de su abuelo y su padre de gobernar el Estado de México y que podría terminar como perdedor, como su padre cuando fue candidato a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, elecciones en las que perdió porque, según comentaron en su momento, no le fueron entregados los recursos para financiar su campaña, lo que fue interpretado como que lo habían enviado a perder. La historia podría repetirse.
En cambio, la ganadora en las elecciones del Estado de México sería Josefina Vázquez Mota que, sin proponérselo, se convirtió en moneda de cambio y le cae la gubernatura en un proceso en el que para participar había puesto condiciones difíciles de conceder para los panistas del Estado de México, que la habían marginado al interior del partido en la entidad.
La versión de esa reunión, que aporta Salvador García Soto, es el relato de cómo se armó en Los Pinos el TUCOP, Todos Unidos Contra el Peje, que ahora entraría en su tercera edición correspondiente al proceso electoral federal 2018. La explicación llama la atención, según dicen los informantes, el presidente Peña Nieto reconoce ya desde ahora que ningún priista podría derrotar en las urnas a López Obrador y la otra explicación indigna, pero se entiende en el contexto del servilismo que caracteriza a los políticos mexicanos, dados a inclinarse ante el poder de la Casa Blanca, la de Washington, que señala que El Peje no le da confianza a Donald Trump y no desea que llegue al poder.
Esta alianza contra López Obrador entre el jefe real del PRI y los dirigentes del PAN, estaría refrendando la versión que cuenta que siendo candidato a la presidencia Peña Nieto fue llamado por Felipe Calderón a Los Pinos para manifestarle que estaba dispuesto a frenar la campaña de Josefina Vázquez Mota para beneficiarlo, emprender acciones contra López Obrador y reconocer su triunfo, a cambio de que en 2018 no obstaculizara a Margarita Zavala, que buscaría ser candidata del PAN y la primera presidenta de México.
El artículo de Salvador García Soto es interesante porque, sin decirlo, nos habla de la forma de hacer política en lo “oscurito” de los dirigentes de los partidos. Es el relato sobre las traiciones a las instituciones, a los ciudadanos y hasta a los parientes.
Pero no todo está decidido, es cierto que López Obrador figura como puntero en las encuestas sobre preferencias electorales, también es cierto que falta un año para que empiece el proceso electoral federal de 2018, pero sobre todo es cierto que lo que hace crecer día con día al virtual candidato de Morena son los errores del gobierno, sus contradicciones y su inocultable búsqueda de impunidad.
Con cada error y ataque a López Obrador lo hacen crecer y lo posicionan en los medios de comunicación. El voto cuenta y contará en 2018. Si hoy se mantiene al frente de las preferencias electorales es porque el grupo gobernante no ha cumplido sus compromisos, destacadamente el regreso de la seguridad y el combate a la corrupción. Son problemas que afectan a la mayoría de los mexicanos. Las encuestas, no mienten y sí cuentan.
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