Política en Movimiento

Los méritos propios de Esquivel Mossa

Por: Angélica Beltrán

Desde el punto de vista de las mujeres resulta chocante ser conocida como la mujer de… o la esposa de… Sobre todo, cuando se trata de una profesional en su campo, cuya trayectoria va más allá del matrimonio. Tal es el caso de la magistrada Yasmín Esquivel Mossa, doctora en Derecho; quien por estar casada con el arquitecto José María Riobóo -hace siete años-; su carrera de 35 años en el servicio público y 20 años especializada en la impartición de justicia, ha sido minimizada.

No obstante, en comparecencia ante la Comisión de Justicia del Senado de la República, sus méritos propios le brindaron la confianza para declararse preparada para ocupar un espacio en la Suprema Corte, y desde ahí impartir justicia como lo ha hecho durante toda su trayectoria, con sentido y responsabilidad social, viendo por el respeto a los derechos humanos, la dignidad humana y la población más vulnerable.

Una sorpresa para muchos fue que la actual presidenta del Tribunal de Justicia Administrativa, a pesar de ser propuesta por el presidente López Obrador dentro de la terna de aspirantes a ministra de la SCJN, mostró temple y criterio propio al desaprobar lo sugerido por el mandatario federal de bajar sueldos a ministros y reducir gasto a guarderías.

Los ministros deben ganar más que el presidente de México, pues en muchos casos tienen más de 30 años de servicio; y respaldó, por otro lado, las voces de legisladores que alertaron sobre la inseguridad que corren los menores al ser cuidados por familiares, siendo el hogar donde se cometen más abusos contra estos, según registros. Por eso respaldó fortalecer las guarderías; en vez de pagar a familiares para su cuidado..

*Así, por sus méritos propios, logros profesionales y académicos en el mundo del derecho, el perfil de la magistrada Yasmín Esquivel Mossa es digno de ser reconocido más allá de su relación marital.

El fin de la “democracia” de partidos.- La pluralidad de partidos políticos demostró en muy poco tiempo ser una falacia más de democracia. En la práctica los partidos minoritarios se convirtieron en comparsas del partido en el poder, y no fueron opciones ni de voto ni gobiernos.

Así, el PRD que en tiempos de López Obrador subió como la espuma y cayó estrepitosamente tras la salida del líder carismático, ha dejado para los anales de la historia, un registro de gobiernos nefastos, sanguinarios y corruptos. Como botones de muestra los de Guerrero, Michoacán, Chiapas, Morelos, donde creció el hampa al amparo de las autoridades.

En estos días aciagos para el PRD, el ex presidente de la Cámara de Diputados, Guadalupe Acosta, es de los pocos que tienen la esperanza de recupera algo del partido amarillo. Así, el líder del grupo Galileos se pasea últimamente por San Lázaro, en busca de consensos para afianzar la renovación de un nuevo partido, a partir del registro del PRD.

A decir del nayarita, derrotado en las urnas cuando contendió por el senado de la República, buscará crear un Frente Democrático, con todas las expresiones políticas y sociales que no coincidan con el modelo del presidente de la República y su partido Morena.  

Eso sí, a los chuchos ni los menciona… es sabido que esa corriente perredista, más unida al gobierno de Calderón y al partido conservador que al ala de izquierda; fue parte fundamental de la ruina del partido que vieron florecer y hoy ya no tiene futuro.  

El último sexenio del PRI/90 años después.- En el marco de la crisis de partidos, el PRI lleva mano en el derrumbe colosal, por ser el partido más grande del país y con más tentáculos que ningún otro. De este, los responsables de la caída fueron los neoliberales, que pisotearon lo que levantaron los históricos del priismo, como las instituciones y la soberanía de las riquezas naturales: petróleo, litorales, minas, agua, flora, fauna. Bien dice el dicho que la avaricia rompe el saco. Y así les sucedió a los priistas, quienes recuperaron la oportunidad de gobernar; pero la avaricia los rebasó y dejó en ruinas.