México, D.F.- La bancada panista en el Senado enfrentó ayer otro problema, al culparse entre sí de la repartición de 430 mil pesos para cada uno de los 38 legisladores, es decir, una bolsa total de 16 millones de pesos, lo que al final atribuyeron a “un error administrativo”.
Desde temprano, Jorge Luis Lavalle, ex vicecoordinador de Administración, reconoció que la semana pasada aparecieron en su cuenta 430 mil pesos, sin que se le informara cuál era el objetivo de esos recursos.
En conferencia de prensa, rechazó que antes de ser removido del cargo hubiera autorizado la entrega de ese dinero, por lo que responsabilizó al coordinador Jorge Luis Preciado.
“Yo no autoricé que se transfirieran esos recursos a los senadores... eso habría que preguntárselo al coordinador Preciado, porque fue algo que hizo él directamente”, aseguró.
Explicó que cuando se necesitan mayores recursos para asesorías o trabajos legislativos se autoriza por todos los senadores panistas, y en este caso no se hizo. “De hecho, es la primera vez que ocurre, sin solicitar ningún tipo de comprobación”, señaló.
Lavalle recordó que fue destituido como administrador de la bancada mientras estaba fuera del país con la Comisión de Energía.
Casi de inmediato, Preciado respondió que él tampoco autorizó ese movimiento de dinero, e incluso afirmó que ese depósito fue la razón por la que destituyó a Lavalle.
En conferencia de prensa mostró un documento que envió a Lavalle en el que le informa que los 430 mil pesos que le fueron entregados, “mismos que yo no autoricé”, los devolvió “con la expedición del cheque número 601 de mi cuenta personal, con el número 00525963705 con el fin de que sean reintegrados al grupo parlamentario”.
Preciado agregó que hasta ahora no se le ha dado respuesta de cuál fue el objetivo de ese dinero y ante la insistencia de los reporteros atajó: “Pregúntenle a Lavalle”.
Durante el día otros senadores panistas como Adriana Dávila y Raúl Gracia comentaron que ese dinero está destinado a oficinas de atención ciudadana.
En tanto, Marcela Torres comentó que no le habían hecho el depósito, pero que de tenerlo lo devolvería. Javier Corral señaló que no es la primera vez que se hace este tipo de entrega, pero que él las ha rechazado.
Finalmente, en una conferencia emergente Preciado y Lavalle aseguraron que se había tratado de un “error” administrativo que sería investigado y sancionado.
Explicaron que el fondo se otorga a cada senador, quien tendrá que comprobar su uso para actividades legislativas, foros, asesorías, oficina de atención ciudadana y actividades de difusión y capacitación.
Por otra parte, respecto a los pagos a Juan Ignacio Zavala, Lavalle reconoció que se le hizo un depósito de 300 mil pesos por un préstamo que solicitó el senador Roberto Gil.
Argumentó que es “perfectamente normal” que se depositen recursos públicos a un particular, mientras el préstamo sea a nombre de un legislador.
Detalló que todos los préstamos deben ser liquidados en el último mes del año, y que el dinero que se entregó a Zavala tendrá que pagarlo el senador Gil.
Reconoció que el préstamo es independiente de lo que cobra Zavala por asesoría a Ernesto Cordero, el cual no es un gasto de la bancada.
El Economista
Desde temprano, Jorge Luis Lavalle, ex vicecoordinador de Administración, reconoció que la semana pasada aparecieron en su cuenta 430 mil pesos, sin que se le informara cuál era el objetivo de esos recursos.
En conferencia de prensa, rechazó que antes de ser removido del cargo hubiera autorizado la entrega de ese dinero, por lo que responsabilizó al coordinador Jorge Luis Preciado.
“Yo no autoricé que se transfirieran esos recursos a los senadores... eso habría que preguntárselo al coordinador Preciado, porque fue algo que hizo él directamente”, aseguró.
Explicó que cuando se necesitan mayores recursos para asesorías o trabajos legislativos se autoriza por todos los senadores panistas, y en este caso no se hizo. “De hecho, es la primera vez que ocurre, sin solicitar ningún tipo de comprobación”, señaló.
Lavalle recordó que fue destituido como administrador de la bancada mientras estaba fuera del país con la Comisión de Energía.
Casi de inmediato, Preciado respondió que él tampoco autorizó ese movimiento de dinero, e incluso afirmó que ese depósito fue la razón por la que destituyó a Lavalle.
En conferencia de prensa mostró un documento que envió a Lavalle en el que le informa que los 430 mil pesos que le fueron entregados, “mismos que yo no autoricé”, los devolvió “con la expedición del cheque número 601 de mi cuenta personal, con el número 00525963705 con el fin de que sean reintegrados al grupo parlamentario”.
Preciado agregó que hasta ahora no se le ha dado respuesta de cuál fue el objetivo de ese dinero y ante la insistencia de los reporteros atajó: “Pregúntenle a Lavalle”.
Durante el día otros senadores panistas como Adriana Dávila y Raúl Gracia comentaron que ese dinero está destinado a oficinas de atención ciudadana.
En tanto, Marcela Torres comentó que no le habían hecho el depósito, pero que de tenerlo lo devolvería. Javier Corral señaló que no es la primera vez que se hace este tipo de entrega, pero que él las ha rechazado.
Finalmente, en una conferencia emergente Preciado y Lavalle aseguraron que se había tratado de un “error” administrativo que sería investigado y sancionado.
Explicaron que el fondo se otorga a cada senador, quien tendrá que comprobar su uso para actividades legislativas, foros, asesorías, oficina de atención ciudadana y actividades de difusión y capacitación.
Por otra parte, respecto a los pagos a Juan Ignacio Zavala, Lavalle reconoció que se le hizo un depósito de 300 mil pesos por un préstamo que solicitó el senador Roberto Gil.
Argumentó que es “perfectamente normal” que se depositen recursos públicos a un particular, mientras el préstamo sea a nombre de un legislador.
Detalló que todos los préstamos deben ser liquidados en el último mes del año, y que el dinero que se entregó a Zavala tendrá que pagarlo el senador Gil.
Reconoció que el préstamo es independiente de lo que cobra Zavala por asesoría a Ernesto Cordero, el cual no es un gasto de la bancada.
El Economista
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