Veracruz, Ver.- Con todo y crisis, bajas ventas y el paso del tiempo, el pan de muertos es una tradición que persiste y se resiste al olvido.
El pan de muerto no se vende como antes, ni la cuarta parte de los años pasados, indicó Juventino Báez Zamora, panadero desde hace 36 años, prácticamente toda su vida.
La crisis del país y la inflación en los precios de los ingredientes ocasiona que la venta disminuya por la necesidad de subir el precio a las piezas de pan, señaló.
El encargado de la panadería Rosabado, ubicada en Coatepec, explicó que en años anteriores comenzaban a realizar el pan de muerto 15 días antes de las fechas oficiales de Todos Santos; sin embargo, en esta ocasión iniciaron cinco días antes.
Ahora, precisó, en esta panadería, solo elaboran cerca de 100 piezas grandes de pan de muerto y el resto es de las diferentes variedades que normalmente se comercializan.
“Sube y baja la producción del pan, con estos tiempos no hacemos ni mil piezas al día, en cuanto al de muertos hacemos cerca de 100 piezas grandes”, declaró
Es a las 3 de la mañana que inicia la jornada laboral en una panadería, por lo que se cuenta con personal en tres diferentes turnos, señaló Báez Zamora.
La producción del pan se lleva a cabo entre 4 y 6 horas; dependiendo de la cantidad y el clima es la cantidad de ingredientes que mezclan, detalló.
Y la producción de pan es noble, al menos para Juventino, quien con el esfuerzo de su trabajo pudo sacar adelante a su familia, comprar su casa y su coche.
“Llevo 36 años trabajando aquí, de éste trabajo saqué adelante a mis hijos, obtuve mi casa y adquirí un carro”, comentó.
El pan de muerto es un tipo especial de pan que se prepara en México. No es un pan de consumo cotidiano, pues está asociado a la celebración de Todos Santos.
El pan de muerto se prepara con la misma masa que el bolillo, pero se le da forma humana y es espolvoreado con azúcar blanca si es pan para el altar de los niños, o con azúcar roja, si se destinará al altar de los adultos.
El pan de muerto no se vende como antes, ni la cuarta parte de los años pasados, indicó Juventino Báez Zamora, panadero desde hace 36 años, prácticamente toda su vida.
La crisis del país y la inflación en los precios de los ingredientes ocasiona que la venta disminuya por la necesidad de subir el precio a las piezas de pan, señaló.
El encargado de la panadería Rosabado, ubicada en Coatepec, explicó que en años anteriores comenzaban a realizar el pan de muerto 15 días antes de las fechas oficiales de Todos Santos; sin embargo, en esta ocasión iniciaron cinco días antes.
Ahora, precisó, en esta panadería, solo elaboran cerca de 100 piezas grandes de pan de muerto y el resto es de las diferentes variedades que normalmente se comercializan.
“Sube y baja la producción del pan, con estos tiempos no hacemos ni mil piezas al día, en cuanto al de muertos hacemos cerca de 100 piezas grandes”, declaró
Es a las 3 de la mañana que inicia la jornada laboral en una panadería, por lo que se cuenta con personal en tres diferentes turnos, señaló Báez Zamora.
La producción del pan se lleva a cabo entre 4 y 6 horas; dependiendo de la cantidad y el clima es la cantidad de ingredientes que mezclan, detalló.
Y la producción de pan es noble, al menos para Juventino, quien con el esfuerzo de su trabajo pudo sacar adelante a su familia, comprar su casa y su coche.
“Llevo 36 años trabajando aquí, de éste trabajo saqué adelante a mis hijos, obtuve mi casa y adquirí un carro”, comentó.
El pan de muerto es un tipo especial de pan que se prepara en México. No es un pan de consumo cotidiano, pues está asociado a la celebración de Todos Santos.
El pan de muerto se prepara con la misma masa que el bolillo, pero se le da forma humana y es espolvoreado con azúcar blanca si es pan para el altar de los niños, o con azúcar roja, si se destinará al altar de los adultos.
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