miércoles, 20 de agosto de 2014

Perfilando

Por Iván Calderón

Peña, Carvallo y los cañeros.
Discutir sobre la zona cañera de los Tuxtlas es hablar de desatención gubernamental, humillación y necesidad.
No se puede ocultar, en los municipios de Lerdo de Tejada, Saltabarranca y Ángel R. Cabada día a día los cinturones de pobreza van en aumento.
Hasta el momento, nada, ni nadie lo puede contener.
No queda la menor duda que esta parte de Veracruz ha sido olvidada.
A pesar de los múltiples esfuerzos de las administraciones locales de ningún modo podrán con los paquetes.
Ellos han sido dejados solos.
Fue exactamente en la primera quincena de junio del 2012 cuando el presidente de la república Enrique Peña Nieto como candidato visitó a esta región.
Frente al sector azucarero Peña se comprometió en promover la homologación de políticas azucareras entre México y Estados Unidos para garantizar el continuo funcionamiento del TLC en favor de la industria nacional.
Esto solo pasó en el escritorio y jamás se ha visto el beneficio.
Resulta verdaderamente insólito que precisamente en el pueblo de Lerdo de Tejada donde el ahora presidente habló de frente a sus conciudadanos, ellos mismos a la vuelta de la esquina se estén muriendo de hambre.
Para esta parte de Veracruz las promesas incumplidas son el único pan de todos los días.
Con una zafra paralizada más de 10 mil personas esperan un milagro ante la negativa de pago de los máximos patrones.
Es triste ver como en estas poblaciones pasen sus días sin ninguna respuesta y sobreviviendo con las paliativas despensas que los Ayuntamientos otorgan.
La industria del azúcar es un gran negocio, pero los empresarios se olvidan de los hombres que les han llenado sus bolsillos y esto es un cuento de nunca acabar.
El Ingenio San Francisco sigue declarado en quiebra y quienes viven de esta actividad no tienen que comer.
Quién sabe si bajo la complacencia deliberada del estado Veracruzano se estén protegiendo a los dueños y a sus representantes.
Lamentablemente, todo esto pega directamente en la economía de las familias desamparadas.
Es más, ante este conflicto el propio alcalde de esta población Ricardo Llamas Huber en unas de las recientes visitas del presidente pidió nuevamente ayuda para amainar esta problemática.
Su voz tampoco ha sido escuchada.
Incluso desde la Sedesol estatal se han negado en ofrecer respuestas serias y qué decir desde una mezquina Sedarpa que sólo cuida los intereses y negocios de su secretario Manuel Emilio Martínez de Leo.
Incluso desde la federación a través de la Subsecretaría de Agricultura se anunció un pago acordado y resultó sólo un placebo.
Es muy extraño que precisamente el Secretario de Desarrollo Social Jorge Carvallo Delfín teniendo sus orígenes en esta tierra de azúcar con todo y sus presumidas aspiraciones nacionales no se efectúe nada al respecto.
Las promesas del oriundo de Santa Teresa en Lerdo, han sido de puro caramelo.
Está sí que es una dolorosa realidad.
En el 2015 para el PRI en esta parte de Veracruz la cosa estará más que difícil.
Ni techos, ni pisos firmes, colchonetas o despensas vendrán a comprar a una sociedad que está cansada de escuchar las mismas mentiras.
La gente está fastidiada de espejismos y de un discurso barato y sin sentido.
Ya no se requieren de burlescos bálsamos que amainen las necesidades por un rato.
En la zona cañera esperan y exigen trabajo.
Eso, sólo eso y nada más.
Ya no quieren pescado, quieren ir a pescar.

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