Xalapa, Ver.- Como muestra del desorden y el caos que hay en Xalapa en materia de comercio, la Plaza Lerdo y sus alrededores fueron tomadas prácticamente por unos 70 vendedores ambulantes para vender sus productos que van desde nieves de sabores, ropa de temporada de invierno, frutas, frituras, calcetines, bolsas de colgar, dulces, zapatos, muñecos de peluche, bebidas alcohólicas como los famosos “toritos”, y hasta ollas de barro.
Al parecer se trata de comerciantes que en años anteriores tenían permiso para instalar en los bajos del Palacio de Gobierno este tianguis navideño y de fin de año, pero ahora, alegando “razones de seguridad”, se les impidió y por eso decidieron instalarse donde se pueda.
Así, están a un costado del árbol navideño y el nacimiento instalado en la plaza, y solo dejaron una especie de pasillo entre las vallas que rodean a las figuras, también a un costado de la sucursal bancaria de BBVA Bancomer, en el edificio Xalapa, y hasta en la banqueta de la plaza, del lado de la calle de Doctor Rafael Lucio.
Los inspectores de comercio, esos que persiguen a los más modestos, ahora brillan por su ausencia, los policías brillan por su ausencia, y el señor alcalde Américo Zúñiga Martínez seguramente descansa en su mansión, si no es que anda por allí de vacaciones, fatigado por festejos navideños. Una deprimente imagen de una ciudad sin orden, sucia, maloliente, caótica, rebasada ante la indiferencia de sus cuestionadas autoridades. Y los vendedores “amenazan” permanecer allí hasta después del 6 de enero, Día de Reyes.
Gobernantes.com
Al parecer se trata de comerciantes que en años anteriores tenían permiso para instalar en los bajos del Palacio de Gobierno este tianguis navideño y de fin de año, pero ahora, alegando “razones de seguridad”, se les impidió y por eso decidieron instalarse donde se pueda.
Así, están a un costado del árbol navideño y el nacimiento instalado en la plaza, y solo dejaron una especie de pasillo entre las vallas que rodean a las figuras, también a un costado de la sucursal bancaria de BBVA Bancomer, en el edificio Xalapa, y hasta en la banqueta de la plaza, del lado de la calle de Doctor Rafael Lucio.
Los inspectores de comercio, esos que persiguen a los más modestos, ahora brillan por su ausencia, los policías brillan por su ausencia, y el señor alcalde Américo Zúñiga Martínez seguramente descansa en su mansión, si no es que anda por allí de vacaciones, fatigado por festejos navideños. Una deprimente imagen de una ciudad sin orden, sucia, maloliente, caótica, rebasada ante la indiferencia de sus cuestionadas autoridades. Y los vendedores “amenazan” permanecer allí hasta después del 6 de enero, Día de Reyes.
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