Ciudad de México.- Según cifras de la Procuraduría General de la República, entre 30 y 35 por ciento de los objetos u artículos que se empeñan en casas prendarias son robados, lo que permite deducir que las casas de empeño son el mejor mecanismo para obtener recursos lícitos de un producto ilícito, sin que exista un control idóneo por parte de las autoridades, tomando en cuenta que las joyerías no entregan facturas por la adquisición de una prenda sino sólo recibos.
Por ello la delincuencia utiliza las casas de empeño para financiar sus actividades ilícitas a través de dos formas: instalando casas prendarias a través de prestanombres para lavar el dinero ilícito y, al mismo tiempo para obtener ganancias a través de los intereses que cobra, y fundiendo el oro de alhajas que no son recogidas para utilizarlo como moneda de cambio.
Para la fundición de alhajas de oro utiliza a joyeros encubiertos, quienes se encargan de ese trabajo y de la elaboración de nuevas prendas; estos mismos joyeros son cómplices para –en la mayoría de los casos– elaborar diversos artículos que van desde cachas para pistolas, hasta pulseras, cadenas o monedas que identifican a una organización criminal.
Y aunque desde el 2012, los procuradores de justicia de todo el país acordaron fortalecer los mecanismos de revisión de ingresos y registro de las casas de empeño instaladas en todo el territorio nacional, después de más de tres años, la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia no ha dado a conocer los resultados de las acciones y el número de delitos detectados.
Los protocolos de actuación no han sido homologados ni se han convertido en propuestas legislativas, señalaron funcionarios que participan en este organismo encabezado por la Procuraduría General de la República (PGR). Los fiscales y procuradores de justicia consideraron necesario que las operaciones de las empresas propietarias de los centros o casas de empeño sean supervisadas, ya que en entidades con altos índices delictivos se llegó a detectar que joyas y diversos objetos que tenían reportes de robo eran localizados en esos sitios y los datos dejados por los pignorantes resultaban falsos.
En mayo de 2012, durante la XXVI Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, realizada en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, fue la segunda ocasión en que los encargados de procurar justicia trataron el tema de las casas de empeño, pero la primera vez se llegó al acuerdo de trabajar en la elaboración de protocolos homologados que permitieran contar con una base de datos de operaciones y usuarios considerados inusuales, porque constantemente empeñan bienes que luego no son recuperados. Presuntamente, las procuradurías y fiscalías desarrollarían la base de datos necesaria para realizar la supervisión; sin embargo, la única autoridad que cuenta con un registro nacional de este tipo de establecimientos es la Procuraduría Federal del Consumidor, la cual de manera administrativa ha realizado supervisiones en este rubro. En fin, las casas de empeño son las principales lavadoras de recursos en el País
Por ello la delincuencia utiliza las casas de empeño para financiar sus actividades ilícitas a través de dos formas: instalando casas prendarias a través de prestanombres para lavar el dinero ilícito y, al mismo tiempo para obtener ganancias a través de los intereses que cobra, y fundiendo el oro de alhajas que no son recogidas para utilizarlo como moneda de cambio.
Para la fundición de alhajas de oro utiliza a joyeros encubiertos, quienes se encargan de ese trabajo y de la elaboración de nuevas prendas; estos mismos joyeros son cómplices para –en la mayoría de los casos– elaborar diversos artículos que van desde cachas para pistolas, hasta pulseras, cadenas o monedas que identifican a una organización criminal.
Y aunque desde el 2012, los procuradores de justicia de todo el país acordaron fortalecer los mecanismos de revisión de ingresos y registro de las casas de empeño instaladas en todo el territorio nacional, después de más de tres años, la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia no ha dado a conocer los resultados de las acciones y el número de delitos detectados.
Los protocolos de actuación no han sido homologados ni se han convertido en propuestas legislativas, señalaron funcionarios que participan en este organismo encabezado por la Procuraduría General de la República (PGR). Los fiscales y procuradores de justicia consideraron necesario que las operaciones de las empresas propietarias de los centros o casas de empeño sean supervisadas, ya que en entidades con altos índices delictivos se llegó a detectar que joyas y diversos objetos que tenían reportes de robo eran localizados en esos sitios y los datos dejados por los pignorantes resultaban falsos.
En mayo de 2012, durante la XXVI Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, realizada en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, fue la segunda ocasión en que los encargados de procurar justicia trataron el tema de las casas de empeño, pero la primera vez se llegó al acuerdo de trabajar en la elaboración de protocolos homologados que permitieran contar con una base de datos de operaciones y usuarios considerados inusuales, porque constantemente empeñan bienes que luego no son recuperados. Presuntamente, las procuradurías y fiscalías desarrollarían la base de datos necesaria para realizar la supervisión; sin embargo, la única autoridad que cuenta con un registro nacional de este tipo de establecimientos es la Procuraduría Federal del Consumidor, la cual de manera administrativa ha realizado supervisiones en este rubro. En fin, las casas de empeño son las principales lavadoras de recursos en el País
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