Estado de México.- De acuerdo con cifras, se estima que más de 30 mil mujeres mexiquenses acuden al Distrito Federal a interrumpir el embarazo, lo cual es un atentado contra la vida, ya que ésta es un don de Dios, señaló la licenciada en psicología, Nohemí Quiñónez Zaragoza, durante el foro "Canto a la vida".
La ponente, ante un nutrido público joven, destacó que esa población femenil se encuentra entre los 18 y 24 años de edad, quienes serán la segunda víctima de ese acto -pues la primera fue el ser que tenía en su vientre- y quien seguramente padecerá el Síndrome Post Aborto (SPA).
Quiñónez Zaragoza precisó que cerca de 34 mil mujeres del Estado de México se han realizado la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), en la capital de la República, cuyo dato dio a conocer no para que se apruebe su legalización en la entidad, "pero sí para decir que sufren las secuelas del aborto, sufre la población, los jóvenes necesitamos ser escuchados, acogidos y acompañados".
Agregó que las instituciones de salud no son suficientes para dar una orientación sobre el tema, ni siquiera sucederá en un espacio particular.
La psicóloga mencionó que las mujeres que han decido abortar son solteras, con 53.1 por ciento, regularmente, lo hacen durante la séptima semana de gestación y su nivel educativo es medio superior.
Explicó que el aborto es la interrupción de forma natural o provocada del desarrollo del feto durante el embarazo, existen dos tipos: el voluntario y el médico, además, descartó que éste sea un método anticonceptivo, sino un alto a la vida.
Acerca del SPA, la víctima sufrirá de depresión, desinterés, anorexia, bulimia, disfunciones sexuales en cerca de 30 a 60 por ciento, de los casos; 90 por ciento habrá experimentado ruptura con su pareja y 60 por ciento tendrá ideas suicidas o provocarse autolesiones.
Otros efectos, agregó, son presentar crisis de ansiedad, manifestaciones psicosomáticas, incapacidad de concentración y pérdida del contacto con la realidad.
Durante la sesión de preguntas y respuestas, la ponente dijo que habrá que levantar la voz para evitar esa práctica, porque atenta contra la vida, además de solicitar el apoyo de los adultos para que sean una guía efectiva, pues los jóvenes "caminamos solos" y necesitamos luz y guía.
La ponente, ante un nutrido público joven, destacó que esa población femenil se encuentra entre los 18 y 24 años de edad, quienes serán la segunda víctima de ese acto -pues la primera fue el ser que tenía en su vientre- y quien seguramente padecerá el Síndrome Post Aborto (SPA).
Quiñónez Zaragoza precisó que cerca de 34 mil mujeres del Estado de México se han realizado la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), en la capital de la República, cuyo dato dio a conocer no para que se apruebe su legalización en la entidad, "pero sí para decir que sufren las secuelas del aborto, sufre la población, los jóvenes necesitamos ser escuchados, acogidos y acompañados".
Agregó que las instituciones de salud no son suficientes para dar una orientación sobre el tema, ni siquiera sucederá en un espacio particular.
La psicóloga mencionó que las mujeres que han decido abortar son solteras, con 53.1 por ciento, regularmente, lo hacen durante la séptima semana de gestación y su nivel educativo es medio superior.
Explicó que el aborto es la interrupción de forma natural o provocada del desarrollo del feto durante el embarazo, existen dos tipos: el voluntario y el médico, además, descartó que éste sea un método anticonceptivo, sino un alto a la vida.
Acerca del SPA, la víctima sufrirá de depresión, desinterés, anorexia, bulimia, disfunciones sexuales en cerca de 30 a 60 por ciento, de los casos; 90 por ciento habrá experimentado ruptura con su pareja y 60 por ciento tendrá ideas suicidas o provocarse autolesiones.
Otros efectos, agregó, son presentar crisis de ansiedad, manifestaciones psicosomáticas, incapacidad de concentración y pérdida del contacto con la realidad.
Durante la sesión de preguntas y respuestas, la ponente dijo que habrá que levantar la voz para evitar esa práctica, porque atenta contra la vida, además de solicitar el apoyo de los adultos para que sean una guía efectiva, pues los jóvenes "caminamos solos" y necesitamos luz y guía.
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