miércoles, 1 de abril de 2015

Perfilando

Por Iván Calderón
 
Yunes Márquez, enamorado.
Según se cuenta entre los amigos cercanos a los Kennedy jarochos, Miguel Ángel Yunes Márquez se casó más que enamorado.
Cuando el alcalde de Boca del Río unió su vida a Paty Lobeira fue una boda de ensueño.
Inclusive el cachorro confesó a sus amigos no merecerla.
Sin ninguna duda Patricia Lobeira de Yunes es una hermosa mujer.
Paty, joven, de gran porte, inteligente, elegante, pensó que junto con su Miguel construirían un imperio.
Pero esto fracasó.
Miguel Ángel Yunes Márquez resultó todo un Don Juan.
Hábil con las damas, más con el dinero, el munícipe boqueño disfruta sin empacho de los placeres que le permite su posición.
Yunes Márquez se siente un galán, el más apuesto de la familia.
El primer edil boqueño resultó todo un prodigio.
Bien portado, adinerado, poderoso, de buena familia, todo un efebo.
Vestido con Lacoste, Louis Vuitton, Boss, Armani, Ferragamo ó Versace, y ya muy jodido Nautica o Tommy Hilfiger no había fémina que se le resistiera.
Pero dicen que hasta al más canijo se le llega su hora.
Lamentablemente para el clan Yunes, Miguel Ángel ahora sí se enamoró.
El tema se ha vuelto un escándalo.
Y es que dicen entre los pasillos del palacio municipal de Boca del Río que en pleno proceso electoral al munícipe se le ve perdido, distraído y embriagado por las mieles que ofrece el amor.
Es tanta la pasión que lo embarga que en los primeros días del pasado mes de febrero se asegura que viajó junto a la nueva dueña de su corazón a las Vegas y allí perdidos entre los oasis del hotel Mirage se prometieron lealtad eterna.
Los tortolos juraron regresar.
En fin, este no es el punto.
Miguel Ángel Yunes puede hacer de su vida lo que quiera.
Pero mientras el alcalde mantiene sus juegos amorosos, lleno de rosas, dulces y bombones, en Boca del Río las cosas van de mal en peor.
Es cierto, la parte turística de este municipio luce espectacular.
Obviamente es la cara bonita de Veracruz.
Pero mientras esto pasa, en las colonias marginadas la desatención gubernamental es una constante.
Lo peor, Yunes Márquez evade su realidad.
Tal como si fuera una muletilla cada vez que se siente acorralado culpa a otros de sus errores con tal de no salir manchado.
El junior ha resultado un cobarde, y en 15 meses de gestión se ha dedicado a tirar la piedra y esconder la mano, acusando a las diferentes instancias de gobierno de la situación que se vive en el municipio y omitiendo sus excesivos gastos cómo los más de 150 mil pesos que dicen que perdió en las Vegas.
Aunque se quiera ocultar, la situación en Boca del Río es crítica.
Las decisiones unilaterales y los berrinches personales de su alcalde están deteniendo el avance de esta población que sin lugar a dudas puede ser la más importante de Veracruz.
Es más, entre el mismo personal de confianza se asegura que si no fuera por el secretario del ayuntamiento Enrique Pérez Rodríguez estas situaciones fueran catastróficas.
Pero esa es otra historia.

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