viernes, 29 de mayo de 2015

Sistema Anticorrupción, sin principios éticos

Ciudad de México.- La creación del Sistema Nacional Anticorrupción es una medida positiva, pero no suficiente para erradicar en México el problema de la corrupción, advierte el politólogo Oscar Diego Bautista.
Al destacar que la corrupción –en nuestro país- esta metida en los diferentes poderes públicos, en la sociedad y en el sector privado, una medida como esta no alcanza para dejar de escuchar estas prácticas, ya que el proyecto no presenta algo novedoso.
El investigador señala que crear un Sistema Nacional Anticorrupción es identificar las piezas sueltas y darles integridad; pero explica que no se toman en cuenta principios éticos de aplicación practica.
“Cuando uno se pone a estudiar el tema de la corrupción a fondo encuentra que una de las soluciones para frenar verdaderamente la corrupción es incorporando instrumentos de la ética pública”, recalca.
La propuesta de reforma parece ser-dice– una respuesta precipitada a la ola de escándalos que envuelven al actual gobierno federal. Resalta que en el proyecto no se habla de quitar el fuero a los funcionarios, cuestión que considera primordial,  porque entonces se caería en lo mismo, protegerse en el fuero o en el cobijo del partido. Tendría que haber un castigo severo para quien cometa un acto de corrupción más allá de la falta administrativa.
De lo contrario seguiremos ostentando el segundo lugar con mayor impunidad. “Donde no hay castigo y reina la impunidad, la corrupción se expande, se desborda”, asegura.
El investigador de la Universidad Autónoma del Estado de México agrega que el hecho de que el Senado vaya a ser quien ratifique al Titular de la Secretaría de la Función  Pública no significa imparcialidad.
Menciona que en países donde la corrupción ha logrado disminuir, la designación tanto de funcionarios como encargados de organismos independientes la hacen las Universidades Públicas.
“Son académicos de una conducta irreprochable, de una trayectoria limpia y forman este comité de ética y son quienes hacen las propuestas y son los que eligen para su país a la persona que dirija esa institución”, explica.
Otro ejemplo -señala- es Finlandia, donde el respeto a la educación es un principio fundamental. Oscar Bautista destaca que hay dos ejes que dirigen a la educación; una orientada al ser y la otra al hacer. Detalla que la del “ser” tiene que ver con la conducta de los funcionarios y en el proyecto del Sistema Nacional Anticorrupción no ve un sistema que instrumentos o mecanismos para modificar la conducta de los servidores públicos.
En conclusión y partiendo de estas ideas, se pueden tener leyes y organismos pero si la conducta sigue siendo la misma, seguiremos escuchando los escándalos de corrupción. Primero se debe modificar la conducta de los servidores públicos, apegada a valores, y luego crear los organismos que sean cien por ciento autónomos.

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