Estado de México.- Con la renuncia de Damián Canales Mena a la titularidad de la Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana (CESC) suman tres funcionarios que han desfilado por esa dependencia durante la administración del gobernador Eruviel Ávila. La institución ha cambiado también de nomenclatura, pero con el mismo modelo.
En este tiempo la institución de seguridad también ha sufrido varios cambios en el nombre y estructura. Pasó de Agencia de Seguridad Estatal (ASE) a Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y, más recientemente, fue reducida a Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana (CESC), dependiente de la Secretaría General de Gobierno.
Al tomar las riendas del gobierno del Estado de México una de las primeras reformas a la ley de Eruviel Ávila, fue para desaparecer la Agencia de Seguridad Estatal y crear la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) del Estado de México, cuyo primer titular fue Salvador Neme Sastré.
Esta nueva dependencia, tendría como principal responsabilidad elaborar e impulsar políticas públicas en materia de seguridad, cuyo eje principal sería el ciudadano y no sólo la fuerza pública.
Neme Sastré estuvo al frente de la secretaría hasta agosto de 2013 cuando presentó su renuncia para incorporarse al gobierno federal de Enrique Peña Nieto -según se dijo-. Aunque la principal causa de su destitución fue la inoperancia de la dependencia en el combate a la delincuencia y los altos índices delictivos que se registraron durante los dos años de gobierno de Eruviel Ávila.
El lugar de Salvador Neme Sastré fue ocupado por Rocío Alonso Ríos. Llegó respaldada por una gran preparación en materia se seguridad y con la visión de que, por ser mujer, daría más confianza a los mexiquenses.
Sin embargo, su paso por la dependencia fue sin pena ni gloria. En medio de un incremento de violencia e inseguridad, principalmente en la zona oriente de la entidad –donde se registraban constantes ejecuciones-Rocío Alonso presentó subrepticiamente su renuncia al cargo.
Después, entre elogios y una gran expectativa, fue presentado en marzo del año pasado, Damián Canales Mena, quien llegaba respaldado por el gobierno federal, al ser presentado por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Canales Mena había sido secretario de Seguridad Pública en Hidalgo, y también fue jefe de la Policía Judicial en el Distrito Federal.
A su llegada, Damián Canales recalcó que no tenía una “varita mágica” para acabar con la inseguridad en el estado, ofreció hacer una limpia de la corporación, “dejar ir a quien se tenga que ir”, en alusión a los policías corruptos, así como combatir frontalmente a las organizaciones criminales que se disputaban el territorio mexiquense.
En una de sus primeras entrevistas, también ofreció dar resultados contundentes o dejar el cargo.
Todo parece indicar que sucedió lo segundo. Hay que destacar que a más de un año a cargo de esta dependencia, el Estado de México sigue ocupando los primeros lugares en los índices delictivos del fuero común.
En este tiempo la institución de seguridad también ha sufrido varios cambios en el nombre y estructura. Pasó de Agencia de Seguridad Estatal (ASE) a Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y, más recientemente, fue reducida a Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana (CESC), dependiente de la Secretaría General de Gobierno.
Al tomar las riendas del gobierno del Estado de México una de las primeras reformas a la ley de Eruviel Ávila, fue para desaparecer la Agencia de Seguridad Estatal y crear la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) del Estado de México, cuyo primer titular fue Salvador Neme Sastré.
Esta nueva dependencia, tendría como principal responsabilidad elaborar e impulsar políticas públicas en materia de seguridad, cuyo eje principal sería el ciudadano y no sólo la fuerza pública.
Neme Sastré estuvo al frente de la secretaría hasta agosto de 2013 cuando presentó su renuncia para incorporarse al gobierno federal de Enrique Peña Nieto -según se dijo-. Aunque la principal causa de su destitución fue la inoperancia de la dependencia en el combate a la delincuencia y los altos índices delictivos que se registraron durante los dos años de gobierno de Eruviel Ávila.
El lugar de Salvador Neme Sastré fue ocupado por Rocío Alonso Ríos. Llegó respaldada por una gran preparación en materia se seguridad y con la visión de que, por ser mujer, daría más confianza a los mexiquenses.
Sin embargo, su paso por la dependencia fue sin pena ni gloria. En medio de un incremento de violencia e inseguridad, principalmente en la zona oriente de la entidad –donde se registraban constantes ejecuciones-Rocío Alonso presentó subrepticiamente su renuncia al cargo.
Después, entre elogios y una gran expectativa, fue presentado en marzo del año pasado, Damián Canales Mena, quien llegaba respaldado por el gobierno federal, al ser presentado por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Canales Mena había sido secretario de Seguridad Pública en Hidalgo, y también fue jefe de la Policía Judicial en el Distrito Federal.
A su llegada, Damián Canales recalcó que no tenía una “varita mágica” para acabar con la inseguridad en el estado, ofreció hacer una limpia de la corporación, “dejar ir a quien se tenga que ir”, en alusión a los policías corruptos, así como combatir frontalmente a las organizaciones criminales que se disputaban el territorio mexiquense.
En una de sus primeras entrevistas, también ofreció dar resultados contundentes o dejar el cargo.
Todo parece indicar que sucedió lo segundo. Hay que destacar que a más de un año a cargo de esta dependencia, el Estado de México sigue ocupando los primeros lugares en los índices delictivos del fuero común.
Alfadiario
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