Ciudad de México.- “No necesito vejigas para nadar”, se escuchó exclamar a la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, desde la tribuna, fuera del micrófono.
La funcionaria había perdido la paciencia, luego de que el senador Luis Sánchez, del PRD, exigió su renuncia y pidió a la Mesa Directiva que callara a “las porras” que llevó la responsable del combate a la pobreza en el país.
Larga comparecencia ante diputados y senadores de la Comisión Permanente que llegó al momento climático cuando el senador del Estado de México le hizo perder la compostura:
“No puedo entender que usted se desmarque de los desastrosos resultados en materia de combate a la pobreza y desigualdad en nuestro país, tras el telón de los resultados macroeconómicos…
“Por tanto, en nombre de los grupos parlamentarios del PRD en las Cámaras de Diputados y Senadores, le exijo que renuncie a su cargo como secretaria de Desarrollo Social”.
Rosario Robles había presumido hasta ese momento que, gracias a la Cruzada Nacional contra el Hambre, se había reducido la pobreza extrema en 0.3%; que el combate a la pobreza es una política “transversal” y “multifactorial”, y que el aumento de 2 millones de pobres -de 53 a 55 millones- en el primer trienio del sexenio peñista se debía al crecimiento de la población.
Después de la intervención de Sánchez y ante las críticas reiteradas de diputados y senadores del PT, Movimiento Ciudadano y del PAN por el uso clientelar y electoral de los padrones de la pobreza, Robles se puso a la defensiva. Corrigió cifras, afirmó que la Cruzada Nacional contra el Hambre es “una estrategia” y no “un programa específico” e insistió que el combate a la pobreza “es un reto del Estado, no sólo de la Sedesol”.
“Evasivas e invenciones. Aquí sólo se disfraza la incapacidad, la irresponsabilidad y la corrupción del gobierno al que usted representa”, reprochó Luis Sánchez.
En respuesta, Rosario Robles le reclamó al senador perredista que hubiera “venganzas personales” y no discusión a fondo. También se molestó con la diputada del PT, Ligia Aguilar, quien le preguntó: “¿la pobreza tiene que ver solo con el crecimiento demográfico?”.
Y con legisladores del PAN, como la senadora Mariana Gómez del Campo, quien le reclamó “falta de humildad” y criticó a la Cruzada Nacional contra el Hambre como un “éxito propagandístico” y un “fracaso” para atender a los más necesitados.
La exjefa de Gobierno capitalino y exdirigente nacional del PRD negó una y otra vez que los programas de combate a la pobreza tengan un uso electoral y que los delegados estatales de Sedesol se hayan aprovechado de los padrones para ganar diputaciones federales.
“Yo no acepto que se piense que alguien vende su voto a cambio de un programa social. Eso es inaceptable”, respondió Robles a la diputada del Panal, María Sanjuana.
La atención de la Cruzada Nacional contra el Hambre en varias ciudades y polígonos urbanos de pobreza “no tiene nada qué ver con criterio electoral sino con el crecimiento del 70% de la pobreza en zonas urbanas”.
De los 32 delegados estatales de Sedesol “sólo tres” son diputados federales, afirmó Robles y consideró que no veía nada de malo que un funcionario quisiera hacer carrera política.
Cuando el diputado federal del PAN, Fernando Rodríguez, le reprochó la “tóxica” reforma fiscal del gobierno de Peña Nieto como factor que aceleró la pobreza, Rosario Robles respondió que, según estudios de la secretaría, si se hubiera aprobado el incremento del IVA a alimentos y medicinas el número de pobres no hubiera aumentado en 2 millones sino en 10 millones.
“Fue una reforma fiscal que protegió a los más pobres”, sentenció la funcionaria y también defendió la política económica del gobierno federal y las acciones del titular de Hacienda, Luis Videgaray.
El senador del PAN, Ernesto Cordero, exsecretario de Desarrollo Social, le recordó que entre 2010 y 2012, “salían de la pobreza extrema, gracias a la política del Estado mexicano, un millón 436 mil mexicanos”.
“Es decir, por cada mexicano que hoy su Cruzada contra el Hambre rescata, antes se rescataban 16. Dieciséis a uno, es el marcador de su Cruzada. Creo que esto no puede ser satisfactorio”, le dijo Cordero.
Más adelante, Rosario Robles respondió a los panistas y deslizó el dato que de 2006 a 2012 (durante el sexenio de Felipe Calderón) el número de pobres aumentó de 42 a 52 millones de mexicanos.
En defensa de la secretaria subió a la tribuna el senador priista Manuel Cavazos Lerma, quien afirmó que las encuestas recientes sobre crecimiento de la pobreza no son plenamente confiables porque tiene “horrores” y no “errores” y alabó el nuevo enfoque del programa Prospera para insertar productivamente a los mexicanos pobres.
También destacaron los logros de la política social el diputado federal priista Alejandro Montano, de Veracruz, y el senador del Partido Verde, Gerardo Flores.
Durante más de tres horas, en tres rondas de preguntas y respuestas, Rosario Robles insistió que el “camino correcto para el combate a la pobreza es la inclusión productiva” y que “no es suficiente la política social para combatir la pobreza. En eso coincidimos todos”.
La funcionaria había perdido la paciencia, luego de que el senador Luis Sánchez, del PRD, exigió su renuncia y pidió a la Mesa Directiva que callara a “las porras” que llevó la responsable del combate a la pobreza en el país.
Larga comparecencia ante diputados y senadores de la Comisión Permanente que llegó al momento climático cuando el senador del Estado de México le hizo perder la compostura:
“No puedo entender que usted se desmarque de los desastrosos resultados en materia de combate a la pobreza y desigualdad en nuestro país, tras el telón de los resultados macroeconómicos…
“Por tanto, en nombre de los grupos parlamentarios del PRD en las Cámaras de Diputados y Senadores, le exijo que renuncie a su cargo como secretaria de Desarrollo Social”.
Rosario Robles había presumido hasta ese momento que, gracias a la Cruzada Nacional contra el Hambre, se había reducido la pobreza extrema en 0.3%; que el combate a la pobreza es una política “transversal” y “multifactorial”, y que el aumento de 2 millones de pobres -de 53 a 55 millones- en el primer trienio del sexenio peñista se debía al crecimiento de la población.
Después de la intervención de Sánchez y ante las críticas reiteradas de diputados y senadores del PT, Movimiento Ciudadano y del PAN por el uso clientelar y electoral de los padrones de la pobreza, Robles se puso a la defensiva. Corrigió cifras, afirmó que la Cruzada Nacional contra el Hambre es “una estrategia” y no “un programa específico” e insistió que el combate a la pobreza “es un reto del Estado, no sólo de la Sedesol”.
“Evasivas e invenciones. Aquí sólo se disfraza la incapacidad, la irresponsabilidad y la corrupción del gobierno al que usted representa”, reprochó Luis Sánchez.
En respuesta, Rosario Robles le reclamó al senador perredista que hubiera “venganzas personales” y no discusión a fondo. También se molestó con la diputada del PT, Ligia Aguilar, quien le preguntó: “¿la pobreza tiene que ver solo con el crecimiento demográfico?”.
Y con legisladores del PAN, como la senadora Mariana Gómez del Campo, quien le reclamó “falta de humildad” y criticó a la Cruzada Nacional contra el Hambre como un “éxito propagandístico” y un “fracaso” para atender a los más necesitados.
La exjefa de Gobierno capitalino y exdirigente nacional del PRD negó una y otra vez que los programas de combate a la pobreza tengan un uso electoral y que los delegados estatales de Sedesol se hayan aprovechado de los padrones para ganar diputaciones federales.
“Yo no acepto que se piense que alguien vende su voto a cambio de un programa social. Eso es inaceptable”, respondió Robles a la diputada del Panal, María Sanjuana.
La atención de la Cruzada Nacional contra el Hambre en varias ciudades y polígonos urbanos de pobreza “no tiene nada qué ver con criterio electoral sino con el crecimiento del 70% de la pobreza en zonas urbanas”.
De los 32 delegados estatales de Sedesol “sólo tres” son diputados federales, afirmó Robles y consideró que no veía nada de malo que un funcionario quisiera hacer carrera política.
Cuando el diputado federal del PAN, Fernando Rodríguez, le reprochó la “tóxica” reforma fiscal del gobierno de Peña Nieto como factor que aceleró la pobreza, Rosario Robles respondió que, según estudios de la secretaría, si se hubiera aprobado el incremento del IVA a alimentos y medicinas el número de pobres no hubiera aumentado en 2 millones sino en 10 millones.
“Fue una reforma fiscal que protegió a los más pobres”, sentenció la funcionaria y también defendió la política económica del gobierno federal y las acciones del titular de Hacienda, Luis Videgaray.
El senador del PAN, Ernesto Cordero, exsecretario de Desarrollo Social, le recordó que entre 2010 y 2012, “salían de la pobreza extrema, gracias a la política del Estado mexicano, un millón 436 mil mexicanos”.
“Es decir, por cada mexicano que hoy su Cruzada contra el Hambre rescata, antes se rescataban 16. Dieciséis a uno, es el marcador de su Cruzada. Creo que esto no puede ser satisfactorio”, le dijo Cordero.
Más adelante, Rosario Robles respondió a los panistas y deslizó el dato que de 2006 a 2012 (durante el sexenio de Felipe Calderón) el número de pobres aumentó de 42 a 52 millones de mexicanos.
En defensa de la secretaria subió a la tribuna el senador priista Manuel Cavazos Lerma, quien afirmó que las encuestas recientes sobre crecimiento de la pobreza no son plenamente confiables porque tiene “horrores” y no “errores” y alabó el nuevo enfoque del programa Prospera para insertar productivamente a los mexicanos pobres.
También destacaron los logros de la política social el diputado federal priista Alejandro Montano, de Veracruz, y el senador del Partido Verde, Gerardo Flores.
Durante más de tres horas, en tres rondas de preguntas y respuestas, Rosario Robles insistió que el “camino correcto para el combate a la pobreza es la inclusión productiva” y que “no es suficiente la política social para combatir la pobreza. En eso coincidimos todos”.
Proceso
No hay comentarios.:
Publicar un comentario