Ciudad de México.- Este viernes 2 de octubre se conmemora el 47 aniversario de la represión estudiantil de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, la cual fue atribuida al gobierno federal que encabezaba en ese entonces Gustavo Díaz Ordaz.
En 1968 México era sede de los Juegos Olímpicos; sin embargo desde el mes de julio dieron inicio una serie manifestaciones y marchas estudiantiles en la Ciudad de México que criticaban el autoritarismo, apoyaban las protestas en el mundo, pedían se respetara la autonomía universitaria y exigían la libertad de los presos políticos, estudiantes detenidos durante los días de protesta.
A los estudiantes de la UNAM se unió el Instituto Politécnico Nacional y todos los centros educativos de la Ciudad de México, asociaciones y sindicatos hasta convertirse más tarde en el Consejo Nacional de Huelga que fue reprimido con la entrada del ejército a la Ciudad Universitaria donde se calculaban al menos docena de muertos y alrededor de 100 detenidos y desaparecidos.
El 2 de octubre, 10 días de iniciarse los juegos olímpicos, se convocó a una manifestación en la Plaza de las Tres culturas en Tlatelolco donde el Ejército Mexicano lanzó bengalas sobre la multitud y los militares, paramilitares y francotiradores abrieron fuego contra los 5 mil manifestantes que en su mayoría eran estudiantes.
Los historiadores coinciden en destacar como capítulos centrales el bazucazo con que el ejército derribó la puerta barroca de San Ildefonso, sede de la preparatoria 1; la marcha del rector Javier Barros Sierra y su condena a la violación de la autonomía universitaria; la ofensiva estudiantil de agosto, con el surgimiento del Consejo Nacional de Huelga; y las marchas multitudinarias del 13 y el 27 de aquel mes.
Este año además de conmemorar los hechos del 68, las marchas en la Ciudad de México y otros estados del país tendrán como objetivo la exigencia de justicia y el esclarecimiento de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa ocurrida hace 12 meses.
En 1968 México era sede de los Juegos Olímpicos; sin embargo desde el mes de julio dieron inicio una serie manifestaciones y marchas estudiantiles en la Ciudad de México que criticaban el autoritarismo, apoyaban las protestas en el mundo, pedían se respetara la autonomía universitaria y exigían la libertad de los presos políticos, estudiantes detenidos durante los días de protesta.
A los estudiantes de la UNAM se unió el Instituto Politécnico Nacional y todos los centros educativos de la Ciudad de México, asociaciones y sindicatos hasta convertirse más tarde en el Consejo Nacional de Huelga que fue reprimido con la entrada del ejército a la Ciudad Universitaria donde se calculaban al menos docena de muertos y alrededor de 100 detenidos y desaparecidos.
El 2 de octubre, 10 días de iniciarse los juegos olímpicos, se convocó a una manifestación en la Plaza de las Tres culturas en Tlatelolco donde el Ejército Mexicano lanzó bengalas sobre la multitud y los militares, paramilitares y francotiradores abrieron fuego contra los 5 mil manifestantes que en su mayoría eran estudiantes.
Los historiadores coinciden en destacar como capítulos centrales el bazucazo con que el ejército derribó la puerta barroca de San Ildefonso, sede de la preparatoria 1; la marcha del rector Javier Barros Sierra y su condena a la violación de la autonomía universitaria; la ofensiva estudiantil de agosto, con el surgimiento del Consejo Nacional de Huelga; y las marchas multitudinarias del 13 y el 27 de aquel mes.
Este año además de conmemorar los hechos del 68, las marchas en la Ciudad de México y otros estados del país tendrán como objetivo la exigencia de justicia y el esclarecimiento de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa ocurrida hace 12 meses.
Alfa Diario
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