La oportunidad de Namiko
Chantaje Antorchista
Chantaje Antorchista
Por: José Calzada
La nueva presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Veracruz, Namiko Matzumoto, tiene la gran oportunidad de reivindicarse y lavar ese mal prestigio que, cierto o no, generó como percepción a su paso por la Secretaría Técnica de la Comisión para la Atención a los Periodistas.
El pasado jueves la abogada, que porta una serie de maestrías, doctorados y diplomados, los cuales en su anterior cargo le fueron insuficientes para remontar la mala percepción pública, arañó la mayoría calificada de 35 votos de los 50 diputados locales veracruzanos.
Los diputados, quienes han demostrado capacidad crítica con argumentos votaron en contra, otros de plano no asistieron; pero con la mayoría priista y sus aliados, se logró sacar la votación a su favor y se convirtió en la nueva presidenta del Organismo descentralizado que en teoría, vigila el respeto de los derechos elementales de los ciudadanos veracruzanos, pero en los hechos habrá que esperar para conocer si en realidad se convierte en la Ombudsman, es decir, en la defensora del pueblo como lo establece esa figura creada en Suecia y que es adoptada por la mayoría de los pases del mundo.
La señora Matzumoto tienen dos grandes ventajas para revertir la percepción pública que hasta ahora existe de su persona, independientemente de los resultados obtenidos en su anterior labor; la turbiedad de su antecesor y la larga lista de abusos de autoridad que se registran todos los días, por parte de los servidores públicos veracruzanos.
En el primer caso, es evidente que la peor etapa para la defensa de los derechos humanos en Veracruz, fue la de Fernando Perera Escamilla, un personaje que empezaba la violación a las garantías elementales por él mismo y quienes lo rodeaban, se trata de un fumador empedernido e incontinente del derecho de los demás a respirar aire puro.
Pero, más allá de eso, el vicioso personaje omitió la aplicación de la ley y se convirtió en cómplice de cientos y cientos de abusos, que se registraron por años por parte de los servidores públicos veracruzanos, desde maestros, policías, funcionarios, inspectores, agentes de tránsito, alcaldes, jueces, etcétera, etcétera.
La negra historia de Fernando Perera Escamilla alcanza a las migrantes centroamericanas, quienes eran detenidas a su paso por Veracruz y retenidas en los albergues, el oscuro personaje ocupó un cargo para el que no estaba preparado.
Por años, como presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Veracruz, Perera Escamilla se dedicó a archivar los expedientes, las denuncias y las quejas de las víctimas y fueron enviadas a la congeladora para no oficializar la mala imagen de los servidores públicos.
La otra oportunidad de Namiko Matzumoto se deriva de la larga lista de abusos que se cometen en todo el territorio veracruzano y que no existe persona o institución con calidad moral ni autoridad suficiente para poner un hasta aquí.
Aunque el recuento de los daños es abundante y de todos tamaños con saldo de injusticia para las víctimas, la nueva presidenta tiene un caso muy reciente y latente: la desaparición de cinco jóvenes en Tres Valles a plena luz del día y por parte de elementos de la policía estatal.
Los jóvenes originarios de Tierra Blanca se suman a otras desapariciones forzadas y ubican a la policial estatal como un blanco de escrutinio y castigo, sin duda, la mejor oportunidad para que se estrene con resultados la nueva titular de la CEDHV.
La funcionaria pública deberá predicar con el ejemplo y trabajar mucho en la recuperación de su imagen ante los veracruzanos, para lo cual requiere de un buen equipo de trabajo que le genere resultados para saciar la sed de justicia de una buena parte de los veracruzanos, por desgracia los que menos tienen.
Chantaje Antorchista
La diputada local Minerva Salcedo Baca, del PRI, evidenció el más puro espíritu chantajista que identifica a la organización de Aquiles Córdova, denominada Antorcha Campesina. Tras el evidente abandono de tres cadáveres en las inmediaciones de la colonia Antorchista en los límites de Xalapa y que la Fiscalía de Veracruz investiga si se trata de algunos de los cinco jóvenes desaparecidos hace más de una semana, la señora diputada pegó el grito en el cielo y acusó al gobierno del estado de tacharlos de asesinos para desprestigiarlos.
Antorcha Campesina vive del gobierno y de sus chantajes al igual que la mayoría de las agrupaciones, en el caso de la señora Minerva es diputada por el PRI como pago a su "lealtad" al gobierno, pero como su organización no ha saciado su sed de intereses, amaga para preparar un nuevo chantaje que seguramente llevará a otros actos como medida de presión.
La nueva presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Veracruz, Namiko Matzumoto, tiene la gran oportunidad de reivindicarse y lavar ese mal prestigio que, cierto o no, generó como percepción a su paso por la Secretaría Técnica de la Comisión para la Atención a los Periodistas.
El pasado jueves la abogada, que porta una serie de maestrías, doctorados y diplomados, los cuales en su anterior cargo le fueron insuficientes para remontar la mala percepción pública, arañó la mayoría calificada de 35 votos de los 50 diputados locales veracruzanos.
Los diputados, quienes han demostrado capacidad crítica con argumentos votaron en contra, otros de plano no asistieron; pero con la mayoría priista y sus aliados, se logró sacar la votación a su favor y se convirtió en la nueva presidenta del Organismo descentralizado que en teoría, vigila el respeto de los derechos elementales de los ciudadanos veracruzanos, pero en los hechos habrá que esperar para conocer si en realidad se convierte en la Ombudsman, es decir, en la defensora del pueblo como lo establece esa figura creada en Suecia y que es adoptada por la mayoría de los pases del mundo.
La señora Matzumoto tienen dos grandes ventajas para revertir la percepción pública que hasta ahora existe de su persona, independientemente de los resultados obtenidos en su anterior labor; la turbiedad de su antecesor y la larga lista de abusos de autoridad que se registran todos los días, por parte de los servidores públicos veracruzanos.
En el primer caso, es evidente que la peor etapa para la defensa de los derechos humanos en Veracruz, fue la de Fernando Perera Escamilla, un personaje que empezaba la violación a las garantías elementales por él mismo y quienes lo rodeaban, se trata de un fumador empedernido e incontinente del derecho de los demás a respirar aire puro.
Pero, más allá de eso, el vicioso personaje omitió la aplicación de la ley y se convirtió en cómplice de cientos y cientos de abusos, que se registraron por años por parte de los servidores públicos veracruzanos, desde maestros, policías, funcionarios, inspectores, agentes de tránsito, alcaldes, jueces, etcétera, etcétera.
La negra historia de Fernando Perera Escamilla alcanza a las migrantes centroamericanas, quienes eran detenidas a su paso por Veracruz y retenidas en los albergues, el oscuro personaje ocupó un cargo para el que no estaba preparado.
Por años, como presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Veracruz, Perera Escamilla se dedicó a archivar los expedientes, las denuncias y las quejas de las víctimas y fueron enviadas a la congeladora para no oficializar la mala imagen de los servidores públicos.
La otra oportunidad de Namiko Matzumoto se deriva de la larga lista de abusos que se cometen en todo el territorio veracruzano y que no existe persona o institución con calidad moral ni autoridad suficiente para poner un hasta aquí.
Aunque el recuento de los daños es abundante y de todos tamaños con saldo de injusticia para las víctimas, la nueva presidenta tiene un caso muy reciente y latente: la desaparición de cinco jóvenes en Tres Valles a plena luz del día y por parte de elementos de la policía estatal.
Los jóvenes originarios de Tierra Blanca se suman a otras desapariciones forzadas y ubican a la policial estatal como un blanco de escrutinio y castigo, sin duda, la mejor oportunidad para que se estrene con resultados la nueva titular de la CEDHV.
La funcionaria pública deberá predicar con el ejemplo y trabajar mucho en la recuperación de su imagen ante los veracruzanos, para lo cual requiere de un buen equipo de trabajo que le genere resultados para saciar la sed de justicia de una buena parte de los veracruzanos, por desgracia los que menos tienen.
Chantaje Antorchista
La diputada local Minerva Salcedo Baca, del PRI, evidenció el más puro espíritu chantajista que identifica a la organización de Aquiles Córdova, denominada Antorcha Campesina. Tras el evidente abandono de tres cadáveres en las inmediaciones de la colonia Antorchista en los límites de Xalapa y que la Fiscalía de Veracruz investiga si se trata de algunos de los cinco jóvenes desaparecidos hace más de una semana, la señora diputada pegó el grito en el cielo y acusó al gobierno del estado de tacharlos de asesinos para desprestigiarlos.
Antorcha Campesina vive del gobierno y de sus chantajes al igual que la mayoría de las agrupaciones, en el caso de la señora Minerva es diputada por el PRI como pago a su "lealtad" al gobierno, pero como su organización no ha saciado su sed de intereses, amaga para preparar un nuevo chantaje que seguramente llevará a otros actos como medida de presión.
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