“Escuela al Centro”, una política pública en beneficio de la educación mexicana
Por: Javier Herrera Borunda
En días recientes tuve la oportunidad de reunirme con el titular de la Secretaría de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, maestro en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Oxford.
Por: Javier Herrera Borunda
En días recientes tuve la oportunidad de reunirme con el titular de la Secretaría de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, maestro en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Oxford.
En mi carácter de diputado federal y vicecoordinador del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en la LXIII Legislatura, asistí a la reunión con el objeto de conocer la mejor manera de coadyuvar en la implementación en el estado de Veracruz del programa
“Escuela al Centro”.
Reconozco que quedé gratamente sorprendido con la claridad del secretario Nuño Mayer al exponer los conceptos que incluye este Programa, uno de los siete pilares fundamentales en la operacionalización de la Reforma Educativa, sin duda, la más trascendente para el futuro de México entre las Reformas Estructurales promovidas por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
¿Por qué afirmo lo anterior? Recordemos que México cuenta actualmente con un extraordinario bono demográfico, es decir, nuestra población joven económicamente activa, entre 15 y 34 años de edad, es mayor que la dependiente —niños y adultos mayores— y asciende a 40 millones de mexicanos. Este fenómeno estadístico se presenta en promedio cada doscientos años y representa una magnífica ventana de oportunidad para el crecimiento económico y social si somos capaces de vincularlo con la economía, y de manera muy especial con la inversión en una educación cuantitativa y cualitativa que permita a nuestros niños y jóvenes contar con las herramientas necesarias que demanda actualmente la especialización del empleo.
Ese es el principal reto que nuestro país enfrenta hoy. Aprovechar el bono demográfico nos permitirá afrontar en el año 2050 las consecuencias de una pirámide demográfica invertida en la que uno de cuatro mexicanos será mayor de 65 años. Invertir en educación es el principal detonador del progreso individual y colectivo, y acceder a ella permite a los integrantes de una nación promover el desarrollo científico, económico, tecnológico y de innovación que impone hoy en día el mundo globalizado y que es condición indispensable para entrar de lleno en la sociedad del conocimiento.
“Escuela al Centro” va más allá de un simple programa de gobierno y es resultado de un gran diagnóstico. Se trata de una importante política pública que busca cambiar el paradigma de organización de las escuelas con objeto de que todos los integrantes de una comunidad educativa se involucren en su mejora permanente, y así remediar las carencias y rezagos que nuestro país arrastra en materia educativa. Como afirmó el secretario Nuño Mayer, el sistema educativo nacional debe estar al servicio de las escuelas, y más específicamente de sus educadores y educandos, para apoyarlos en la tarea de elevar la calidad de nuestra educación.
Debido a la politización que se han encargado de realizar los detractores de la Reforma Educativa que estoy seguro en muchos casos desconocen— se ha perdido en el ruido mediático la esencia de la Reforma Educativa, de la cual la evaluación de los docentes es sólo una parte. Cabe mencionar que el proceso de evaluación ha sido exitoso gracias a la colaboración de los maestros que, seguros de sus conocimientos, se han evaluado y que ya representan el 86% del cuerpo docente.
Debemos tener claro que la evaluación de nuestro magisterio tiene por principal objetivo ayudarlos a impartir una educación de calidad, aún en los centros escolares más apartados de las zonas urbanas, como una medida más para cerrar la brecha de la desigualdad. De ninguna manera es una medida coercitiva para eliminar plazas docentes, por el contrario, se trata de apoyar a nuestros profesores para que tengan acceso a las mejores herramientas teóricas y de comunicación que nos ofrece la modernidad y ayudarlos así en su educación permanente y a crecer en su carrera magisterial.
Con objeto de lograr una evaluación formativa de calidad y exitosa, en la actual Legislatura de la Cámara de Diputados autorizamos un presupuesto nunca antes visto para capacitación magisterial, el cual pasó de 220 millones de pesos en 2015 a más de 1,800 millones para este ejercicio fiscal.
Colocar la “Escuela al Centro” es un gran acierto. Con ello se fortalece el poder de gestión de los directores que podrán ejercer su liderazgo docente al trabajar de forma colegiada con Consejos Técnicos Escolares que estarán integrados por el propio director, un supervisor y maestros. Los directores podrán apoyarse administrativa y pedagógicamente en sus supervisores, quienes por primera vez contarán con un presupuesto para resolver de manera inmediata problemas tan simples como reponer un cristal roto o un corto circuito que anteriormente requerían de un proceso burocrático que podía durar meses y que se prestaba a medidas coercitivas sobre los padres de familia, lo que ya se había convertido en prácticas cotidianas poco transparentes.
Por otro lado, padres de familia, maestros, autoridades educativas, organizaciones de la sociedad civil, y representantes de los sectores social y productivo de cada comunidad integrarán Consejos Escolares de Participación Social que serán la base de la toma de decisiones para resolver las necesidades del plantel y su vinculación con la comunidad.
La evidencia internacional en investigación educativa señala que entre más tiempo pase un maestro al frente de su grupo en labores de enseñanza, más efectiva será su labor educativa. Los docentes deberían cuando menos dedicar el 85% de su tiempo a estas labores. La realidad en nuestro país es que, debido a la carga burocrática, el profesor promedio dedica tan sólo el 56% de su tiempo a labores de enseñanza.
El Programa “Escuela al Centro” está estrechamente vinculado con el de “Escuelas al Cien” que beneficiará en 2016 a 16 mil planteles de un total de 33 mil hasta finales de 2018. A través de certificados bursátiles fiduciarios emitidos por la Bolsa Mexicana de Valores, el gobierno podrá contar con 50 mil millones de pesos adicionales durante tres años para rehabilitar una sexta parte de los 200 mil centros escolares existentes, especialmente los de las comunidades más pobres.
Una de las propuestas de la campaña electoral del PVEM en 2015 fue impulsar un programa de becas de carácter universal que permita luchar contra la deserción escolar. Por esta razón, celebramos que otro de los pilares que contempla esta nueva política de Estado es el replantear los criterios de selección para el otorgamiento de becas a efecto de que las más de 8 millones que otorga actualmente la federación lleguen a los deciles de la población más necesitada, donde la deserción escolar, por falta de recursos, es mucho más alta.
La educación del siglo XXI debe ser multidisciplinar e integral. Los programas educativos están obligados a sumar conocimiento, valores, responsabilidad ambiental y social, y un alto componente de actividades culturales. Por ello se elabora ya un nuevo modelo educativo para educación básica y media superior, de tal suerte que los contenidos y métodos empleados equipen a nuestros niños y jóvenes con conocimientos y habilidades propias del siglo XXI. En esta línea, se comenzará un programa piloto para utilizar la infraestructura escolar instalada durante los veranos con programas que incluyan actividades culturales, sociales e incluso de actualización escolar.
El mayor motor del progreso de una nación es el conocimiento adquirido por su capital humano, de ahí que cualquier política pública que presuma de serlo deberá valorar tres elementos fundamentales: Contar con un diagnóstico real; elaborar un plan de acción que considere metodología y metas concretas; y por último que sea medible y evaluable. La actual Reforma Educativa cumple cabalmente con ello y la “Escuela al Centro” es justamente eso, una política pública encaminada a formar ciudadanos bien capacitados e informados, emprendedores, autónomos y responsables con el futuro de su país y del mundo.
“Escuela al Centro”.
Reconozco que quedé gratamente sorprendido con la claridad del secretario Nuño Mayer al exponer los conceptos que incluye este Programa, uno de los siete pilares fundamentales en la operacionalización de la Reforma Educativa, sin duda, la más trascendente para el futuro de México entre las Reformas Estructurales promovidas por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
¿Por qué afirmo lo anterior? Recordemos que México cuenta actualmente con un extraordinario bono demográfico, es decir, nuestra población joven económicamente activa, entre 15 y 34 años de edad, es mayor que la dependiente —niños y adultos mayores— y asciende a 40 millones de mexicanos. Este fenómeno estadístico se presenta en promedio cada doscientos años y representa una magnífica ventana de oportunidad para el crecimiento económico y social si somos capaces de vincularlo con la economía, y de manera muy especial con la inversión en una educación cuantitativa y cualitativa que permita a nuestros niños y jóvenes contar con las herramientas necesarias que demanda actualmente la especialización del empleo.
Ese es el principal reto que nuestro país enfrenta hoy. Aprovechar el bono demográfico nos permitirá afrontar en el año 2050 las consecuencias de una pirámide demográfica invertida en la que uno de cuatro mexicanos será mayor de 65 años. Invertir en educación es el principal detonador del progreso individual y colectivo, y acceder a ella permite a los integrantes de una nación promover el desarrollo científico, económico, tecnológico y de innovación que impone hoy en día el mundo globalizado y que es condición indispensable para entrar de lleno en la sociedad del conocimiento.
“Escuela al Centro” va más allá de un simple programa de gobierno y es resultado de un gran diagnóstico. Se trata de una importante política pública que busca cambiar el paradigma de organización de las escuelas con objeto de que todos los integrantes de una comunidad educativa se involucren en su mejora permanente, y así remediar las carencias y rezagos que nuestro país arrastra en materia educativa. Como afirmó el secretario Nuño Mayer, el sistema educativo nacional debe estar al servicio de las escuelas, y más específicamente de sus educadores y educandos, para apoyarlos en la tarea de elevar la calidad de nuestra educación.
Debido a la politización que se han encargado de realizar los detractores de la Reforma Educativa que estoy seguro en muchos casos desconocen— se ha perdido en el ruido mediático la esencia de la Reforma Educativa, de la cual la evaluación de los docentes es sólo una parte. Cabe mencionar que el proceso de evaluación ha sido exitoso gracias a la colaboración de los maestros que, seguros de sus conocimientos, se han evaluado y que ya representan el 86% del cuerpo docente.
Debemos tener claro que la evaluación de nuestro magisterio tiene por principal objetivo ayudarlos a impartir una educación de calidad, aún en los centros escolares más apartados de las zonas urbanas, como una medida más para cerrar la brecha de la desigualdad. De ninguna manera es una medida coercitiva para eliminar plazas docentes, por el contrario, se trata de apoyar a nuestros profesores para que tengan acceso a las mejores herramientas teóricas y de comunicación que nos ofrece la modernidad y ayudarlos así en su educación permanente y a crecer en su carrera magisterial.
Con objeto de lograr una evaluación formativa de calidad y exitosa, en la actual Legislatura de la Cámara de Diputados autorizamos un presupuesto nunca antes visto para capacitación magisterial, el cual pasó de 220 millones de pesos en 2015 a más de 1,800 millones para este ejercicio fiscal.
Colocar la “Escuela al Centro” es un gran acierto. Con ello se fortalece el poder de gestión de los directores que podrán ejercer su liderazgo docente al trabajar de forma colegiada con Consejos Técnicos Escolares que estarán integrados por el propio director, un supervisor y maestros. Los directores podrán apoyarse administrativa y pedagógicamente en sus supervisores, quienes por primera vez contarán con un presupuesto para resolver de manera inmediata problemas tan simples como reponer un cristal roto o un corto circuito que anteriormente requerían de un proceso burocrático que podía durar meses y que se prestaba a medidas coercitivas sobre los padres de familia, lo que ya se había convertido en prácticas cotidianas poco transparentes.
Por otro lado, padres de familia, maestros, autoridades educativas, organizaciones de la sociedad civil, y representantes de los sectores social y productivo de cada comunidad integrarán Consejos Escolares de Participación Social que serán la base de la toma de decisiones para resolver las necesidades del plantel y su vinculación con la comunidad.
La evidencia internacional en investigación educativa señala que entre más tiempo pase un maestro al frente de su grupo en labores de enseñanza, más efectiva será su labor educativa. Los docentes deberían cuando menos dedicar el 85% de su tiempo a estas labores. La realidad en nuestro país es que, debido a la carga burocrática, el profesor promedio dedica tan sólo el 56% de su tiempo a labores de enseñanza.
El Programa “Escuela al Centro” está estrechamente vinculado con el de “Escuelas al Cien” que beneficiará en 2016 a 16 mil planteles de un total de 33 mil hasta finales de 2018. A través de certificados bursátiles fiduciarios emitidos por la Bolsa Mexicana de Valores, el gobierno podrá contar con 50 mil millones de pesos adicionales durante tres años para rehabilitar una sexta parte de los 200 mil centros escolares existentes, especialmente los de las comunidades más pobres.
Una de las propuestas de la campaña electoral del PVEM en 2015 fue impulsar un programa de becas de carácter universal que permita luchar contra la deserción escolar. Por esta razón, celebramos que otro de los pilares que contempla esta nueva política de Estado es el replantear los criterios de selección para el otorgamiento de becas a efecto de que las más de 8 millones que otorga actualmente la federación lleguen a los deciles de la población más necesitada, donde la deserción escolar, por falta de recursos, es mucho más alta.
La educación del siglo XXI debe ser multidisciplinar e integral. Los programas educativos están obligados a sumar conocimiento, valores, responsabilidad ambiental y social, y un alto componente de actividades culturales. Por ello se elabora ya un nuevo modelo educativo para educación básica y media superior, de tal suerte que los contenidos y métodos empleados equipen a nuestros niños y jóvenes con conocimientos y habilidades propias del siglo XXI. En esta línea, se comenzará un programa piloto para utilizar la infraestructura escolar instalada durante los veranos con programas que incluyan actividades culturales, sociales e incluso de actualización escolar.
El mayor motor del progreso de una nación es el conocimiento adquirido por su capital humano, de ahí que cualquier política pública que presuma de serlo deberá valorar tres elementos fundamentales: Contar con un diagnóstico real; elaborar un plan de acción que considere metodología y metas concretas; y por último que sea medible y evaluable. La actual Reforma Educativa cumple cabalmente con ello y la “Escuela al Centro” es justamente eso, una política pública encaminada a formar ciudadanos bien capacitados e informados, emprendedores, autónomos y responsables con el futuro de su país y del mundo.
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