Ciudad de México.- Existe una probabilidad de 50 por ciento de que el fenómeno climático La Niña se desarrolle hacia el otoño (a partir del 21 de septiembre) en el Hemisferio Norte, inmediatamente después del paso de El Niño, advirtió una agencia meteorológica del gobierno de Estados Unidos.
Los efectos de El Niño se disiparían en los próximos meses, no antes de que La Niña causará estragos.
El Centro de Predicción Climática (CPC), una agencia del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos, mantuvo en su previsión mensual que las condiciones de El Niño, que ha sido vinculado a daños en cultivos alrededor del mundo, probablemente se disiparán hacia el fin de la primavera o comienzos del verano boreal.
Todos los modelos indican que El Niño se debilitará (...) y que las condiciones generadas por La Niña aumentarán hacia el otoño”, señaló el CPC en su reporte.
El mes pasado, la agencia dijo que veía una posibilidad de que La Niña —que resurgirá luego de su paso en 2012— se desarrolle a finales de este año.
Generalmente menos dañino que El Niño, La Niña se caracteriza por temperaturas de las aguas inusualmente frías en el océano Pacífico y suele darse de manera impredecible cada dos a siete años. La Niña varias veces ha estado relacionada con inundaciones y sequías.
El Niño, que está vigente y con mucha potencia, ha tenido un fuerte impacto a nivel global y se espera que afecte a los patrones de temperatura y precipitaciones en Estados Unidos en los próximos meses, dijo el Centro de Predicción Climática.
Este fenómeno climático, que implica un calentamiento de las temperaturas en la superficie del mar en el océano Pacífico, ha estado vinculado con graves daños a cultivos, incendios forestales e inundaciones repentinas.
En conjunto, se aprecia que en la actualidad El Niño sigue “fuerte”, aunque “todos los modelos” indican que va a debilitarse a partir de junio.
Según la página web de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, en inglés), El Niño y La Niña son, respectivamente, las fases cálida y fría de un patrón climático recurrente que se da en el Pacífico Tropical de manera irregular cada dos o siete años y produce anomalías en las temperaturas, las precipitaciones y los vientos, con variados efectos secundarios.
Los meteorólogos indican que “el actual fenómeno de El Niño, iniciado en 2015, ha producido un significativo impacto global y se espera que en los meses venideros afecte todavía a las temperaturas y lluvias en todo Estados Unidos”.
Para el periodo marzo-mayo hay probabilidades aumentadas de que las precipitaciones en el tercio meridional de Estados Unidos se sitúen en el promedio o más arriba, y sean por debajo o del promedio en el Medio Oeste y parte del Pacífico Noroccidental.
Puede haber temperaturas por arriba de la media en el norte y el este y por debajo de la media en la zona meridional central.
La “discusión de diagnóstico”, como calificó el Centro de Predicción Climática este informe, está respaldada por la NOAA, el Servicio Meteorológico Nacional y otras instituciones especializadas.
Los efectos de El Niño se disiparían en los próximos meses, no antes de que La Niña causará estragos.
El Centro de Predicción Climática (CPC), una agencia del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos, mantuvo en su previsión mensual que las condiciones de El Niño, que ha sido vinculado a daños en cultivos alrededor del mundo, probablemente se disiparán hacia el fin de la primavera o comienzos del verano boreal.
Todos los modelos indican que El Niño se debilitará (...) y que las condiciones generadas por La Niña aumentarán hacia el otoño”, señaló el CPC en su reporte.
El mes pasado, la agencia dijo que veía una posibilidad de que La Niña —que resurgirá luego de su paso en 2012— se desarrolle a finales de este año.
Generalmente menos dañino que El Niño, La Niña se caracteriza por temperaturas de las aguas inusualmente frías en el océano Pacífico y suele darse de manera impredecible cada dos a siete años. La Niña varias veces ha estado relacionada con inundaciones y sequías.
El Niño, que está vigente y con mucha potencia, ha tenido un fuerte impacto a nivel global y se espera que afecte a los patrones de temperatura y precipitaciones en Estados Unidos en los próximos meses, dijo el Centro de Predicción Climática.
Este fenómeno climático, que implica un calentamiento de las temperaturas en la superficie del mar en el océano Pacífico, ha estado vinculado con graves daños a cultivos, incendios forestales e inundaciones repentinas.
En conjunto, se aprecia que en la actualidad El Niño sigue “fuerte”, aunque “todos los modelos” indican que va a debilitarse a partir de junio.
Según la página web de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, en inglés), El Niño y La Niña son, respectivamente, las fases cálida y fría de un patrón climático recurrente que se da en el Pacífico Tropical de manera irregular cada dos o siete años y produce anomalías en las temperaturas, las precipitaciones y los vientos, con variados efectos secundarios.
Los meteorólogos indican que “el actual fenómeno de El Niño, iniciado en 2015, ha producido un significativo impacto global y se espera que en los meses venideros afecte todavía a las temperaturas y lluvias en todo Estados Unidos”.
Para el periodo marzo-mayo hay probabilidades aumentadas de que las precipitaciones en el tercio meridional de Estados Unidos se sitúen en el promedio o más arriba, y sean por debajo o del promedio en el Medio Oeste y parte del Pacífico Noroccidental.
Puede haber temperaturas por arriba de la media en el norte y el este y por debajo de la media en la zona meridional central.
La “discusión de diagnóstico”, como calificó el Centro de Predicción Climática este informe, está respaldada por la NOAA, el Servicio Meteorológico Nacional y otras instituciones especializadas.
AFP
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