Ciudad de México.- De 2006 a 2015, autoridades militares incautaron 599 aviones a la organización criminal, que movieron drogas por toda Latinoamérica, es así como el términos numéricos el Cártel de Sinaloa puede considerarse como la aerolínea más grande de México, pues su flotilla supera la cantidad de unidades de la empresa con más aviones del país: Aeroméxico, que posee 127, según información de EL UNIVERSAL.
Además, el Cártel de Sinaloa cuenta con más de 4 mil 771 pistas de aterrizaje clandestinas de entre 500 metros y un kilómetro de longitud, enclavadas en el corazón de las sierras en estados como Baja California, Sinaloa, Chihuahua.
El propio líder de la organización criminal, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera, declaró en su entrevista para la revista Rolling Stone, difundida en enero pasado: “Yo suministro más heroína, metanfetaminas, cocaína y mariguana que cualquier otra persona en el mundo. Tengo una flota de submarinos y aviones”.
En los últimos años, el éxito del cártel de la droga más poderoso del mundo ha radicado en la operación de aviones ultraligeros que pueden transportar más de 500 kilos de drogas y que han sido piloteados —según informes de las fiscalías federales en Estados Unidos— por elementos de alto rango de la Fuerza Aérea Mexicana.
Los últimos 10 años el Cártel de Sinaloa ha trazado una serie de rutas aéreas para el trasiego de droga: parten de municipios enclavados en las sierras de Sinaloa, Chihuahua y Durango, conocido como el Triángulo Dorado.
Los aviones aterrizan en estados fronterizos donde han mantenido hegemonía, pese a las pugnas por el control de la zona con otros cárteles de la droga: Baja California y Sonora.
La ruta que han seguido los pilotos del narcotráfico es: salir de los estados de Sinaloa, Durango y Coahuila, en el Triángulo Dorado. Es ahí donde se localizaron un gran número de pistas, particularmente en Badiraguato, Guadalupe y Calvo, Guachochi y Tamazula, municipios enclavados en la Sierra Madre Occidental.
Municipios como Ensenada, Mexicali y Tijuana, en Baja California; Álamos, Caborca, Nogales y Santa Ana, en Sonora; Badiraguato, El Rosario y Culiacán, en Sinaloa; Guadalupe y Calvo y Guachochi, en Chihuahua; Tamazula, en Durango, y La Paz, en Baja California Sur, concentran 50.7% del total de las pistas clandestinas en México, de acuerdo con esta información.
Sin embargo, el mayor número de ellas se concentró en la frontera norte de México, específicamente en el noroeste. En el caso de Baja California fueron descubiertas mil 25, y en Sonora, mil 564.
Aunque la Secretaría de la Defensa Nacional mantiene clasificadas las especificaciones de los aviones asegurados, el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) proporcionó a El Universal, a través de la Ley de Transparencia, un listado de las aeronaves rematadas desde 2006 a la fecha, es decir, unidades que no pudieron comprobar su legal procedencia.
En total, de acuerdo con el SAE, fueron revendidos 105 aviones decomisados. Los modelos más comunes: Cessna, Rockwell, Gulfstream, Piper y Beechcraft. La venta de las aeronaves decomisadas también dejó al gobierno federal, según la institución, ingresos por 81 millones 654 mil 707 pesos.
Además, el Cártel de Sinaloa cuenta con más de 4 mil 771 pistas de aterrizaje clandestinas de entre 500 metros y un kilómetro de longitud, enclavadas en el corazón de las sierras en estados como Baja California, Sinaloa, Chihuahua.
El propio líder de la organización criminal, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán Loera, declaró en su entrevista para la revista Rolling Stone, difundida en enero pasado: “Yo suministro más heroína, metanfetaminas, cocaína y mariguana que cualquier otra persona en el mundo. Tengo una flota de submarinos y aviones”.
En los últimos años, el éxito del cártel de la droga más poderoso del mundo ha radicado en la operación de aviones ultraligeros que pueden transportar más de 500 kilos de drogas y que han sido piloteados —según informes de las fiscalías federales en Estados Unidos— por elementos de alto rango de la Fuerza Aérea Mexicana.
Los últimos 10 años el Cártel de Sinaloa ha trazado una serie de rutas aéreas para el trasiego de droga: parten de municipios enclavados en las sierras de Sinaloa, Chihuahua y Durango, conocido como el Triángulo Dorado.
Los aviones aterrizan en estados fronterizos donde han mantenido hegemonía, pese a las pugnas por el control de la zona con otros cárteles de la droga: Baja California y Sonora.
La ruta que han seguido los pilotos del narcotráfico es: salir de los estados de Sinaloa, Durango y Coahuila, en el Triángulo Dorado. Es ahí donde se localizaron un gran número de pistas, particularmente en Badiraguato, Guadalupe y Calvo, Guachochi y Tamazula, municipios enclavados en la Sierra Madre Occidental.
Municipios como Ensenada, Mexicali y Tijuana, en Baja California; Álamos, Caborca, Nogales y Santa Ana, en Sonora; Badiraguato, El Rosario y Culiacán, en Sinaloa; Guadalupe y Calvo y Guachochi, en Chihuahua; Tamazula, en Durango, y La Paz, en Baja California Sur, concentran 50.7% del total de las pistas clandestinas en México, de acuerdo con esta información.
Sin embargo, el mayor número de ellas se concentró en la frontera norte de México, específicamente en el noroeste. En el caso de Baja California fueron descubiertas mil 25, y en Sonora, mil 564.
Aunque la Secretaría de la Defensa Nacional mantiene clasificadas las especificaciones de los aviones asegurados, el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) proporcionó a El Universal, a través de la Ley de Transparencia, un listado de las aeronaves rematadas desde 2006 a la fecha, es decir, unidades que no pudieron comprobar su legal procedencia.
En total, de acuerdo con el SAE, fueron revendidos 105 aviones decomisados. Los modelos más comunes: Cessna, Rockwell, Gulfstream, Piper y Beechcraft. La venta de las aeronaves decomisadas también dejó al gobierno federal, según la institución, ingresos por 81 millones 654 mil 707 pesos.
Publimetro
No hay comentarios.:
Publicar un comentario