Por: Bruno Cortés
A mis tres amados lectores, como les prometí va la segunda parte de cinco de la historia de cómo el gatón de Oscar Arguelles, el director de relaciones públicas de la Cámara de Diputados ha hecho de los tres metros que tiene de espacio su oficina un lugar de fascismo para muchos reporteros y comunicadores, donde debería de haber una apertura mayor por la pluralidad de partidos y actores sociales que ahí se mueven.
Pues resulta que este señor don gatón, trató de minar nuestra labor informativa desde muchos ángulos, ¿por qué? Era la pregunta obligada, qué ganaba el gatón al minar los grupos de periodistas, al principio como lo dije antes pensamos que era porque quería tener el control absoluto de la relación de políticos con comunicadores, y en algún sentido así era la idea.
Nuestra forma de hacer acercamientos con políticos mediante los desayunos, era una de sus ideas que nunca había podido hacer antes, así que copió el modelito y quiso quedarse con la franquicia completa, empezó a llevarle relaciones públicas a diputados por fuerita pero como lo único que sabe es ser un policía con garrote ha fracasado en su idea, una de sus muchas víctimas fue el diputado federal Jorge Triana.
Digo víctima porqué el gatón ha sido siempre ave de mal agüero, y nunca ha llevado a nadie a buen puerto, uno porque no sabe cómo hacerlo y dos porque tiene patrón y correa, y en el caso de Jorge Triana el que lo llevara a desayunar a La mansión con tres medios nacionales y que después intentara impulsarlo como presidente de la Cámara de Diputados, le salió contraproducente, pues son aves de mal agüero, todo lo que tocan lo echan a perder, a pesar de su religión yuruba.
El otro caso es la diputada Mariana Benítez Tiburcio a la cual el gatón también la tomó entre sus manos, para querer apoyarla a ser candidata a la gubernatura de Oaxaca, pero al igual que con Jorge Triana, la dejó en el camino porque así también se lo pidieron.
Uno más a destacar fue Raymundo King al cual el gatón quiso ponerlo como candidato al gobierno de Quintana Roo, llevándole sus relaciones publicas y según él haciendo negociaciones de alto nivel después resultaron no ser ni sus amigos, ni tener compromisos con él como lo había anunciado a los cuatro vientos.
Su historia ha sido de una serie de tropiezos y engaños a políticos por cuatro años, porque no sabe hacer otra cosa que ser un policía de garrote, y no el gran estratega de medios de comunicación como se vende, y ahí está el último tropiezo, si fuera tan bueno como dice ser hubiera podido aminorar el golpe a Jorge Triana, al cual anda lambisconeándole desde hace más de seis meses, para mantener su puesto por lo menos un año más.
A estas tranzas, que son tratar a unos diputados como si fueran de primera, otros de segunda y otros más allá de tercera, claro el nivel es según le caigan bien por razones que por demás se ven claras, y el mantener su cargo implica seguir gozando de las plazas para sus familiares, sus amigos y allegados.
Y por otro lado seguir manteniendo su negocio hormiga con venta de frutas en la sala de prensa, el cual permite, alienta y no creo que sea por buena persona, porque no lo es, también está el negocio hormiga de sacar de la bodeguita el café, las galletas, los consumibles, etc.
Por esto es que mediante el twitter y redes sociales hemos pedido a Jesús Zambrano y ahora a Javier Bolaños pidan a estos funcionarios públicos que presenten sus declaraciones 3 de 3 y que se haga una auditoría a la Coordinación de Comunicación Social de la Cámara de Diputados.
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