Ciudad de México.- No es al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong a quien debe reclamar el General Salvador Cienfuegos el que los soldados sigan en las calles resguardando la seguridad de los gobernados, sino a los Gobernadores y Presidentes Municipales que no son capaces de tener una policía preparada para enfrentar a la delincuencia, y el caso más contundente es Veracruz que en la primera semana del gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares han sido asesinados 52 personas, hayan sido o no delincuentes. Y es que son, precisamente, los gobernadores y alcaldes quienes demandan que el Ejército y la Marina sigan patrullando las calles, acaso ignorantes de cuál es el papel de la milicia –o fuerzas armadas- en el concierto del País, y por ello tiene razón el Secretario de la Defensa Nacional cuando al referirse a la tropa y mandos deja en claro: “Nosotros no pedimos estar aquí, no nos sentimos a gusto, no estudiamos para perseguir delincuentes; nuestra función es otra y se está desnaturalizando”. Y vaya que es cierto: tras los acontecimientos de 1968, cuando un inefable Presidente de la República como lo fue Gustavo Díaz Ordaz, ordenó a la tropa disparar contra estudiantes y profesores universitarios, la imagen del Ejército se trastocó, y a base de servicio a la comunidad en desastres naturales, apoyo en reconstrucción de vivienda y otras muchas actividades fueron rescatando el orgullo y pundonor. Pero ha sido a partir de 2006, cuando el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa les ordenó abandonar los cuarteles para declarar la guerra a grupos fuera de la ley, que la milicia ha sido sacrificada de nuevo, acreditándole muchos acontecimientos que han acaparado la atención mundial, como la violación permanente a los derechos humanos. Por ello, Cienfuegos tiene razón cuando demanda el regreso a los cuarteles de los militares que luchan contra el crimen organizado. Cienfuegos se refirió a las tareas que los llevaron a salir a las calles ante la incapacidad de las corporaciones policiacas municipales, estatales y federales desde el 2006. En un mensaje inusual desde que fue nombrado al frente de la Sedena, Cienfuegos aprovechó el encuentro con los medios de comunicación en la fábrica de vestuario y equipo del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana para responder cuatro preguntas, en las cuales criticó el actuar de gobiernos estatales y municipales, el nuevo sistema de justicia penal y a los legisladores. Peor aún, reprochó que existe una falta de compromiso de muchos sectores para resolver la inseguridad y que hay fallas en el nuevo sistema de justicia penal. “Este nuevo sistema penal acusatorio, que ninguno de nosotros podría decir que es malo, pero hace falta, es cambiar lo que no está funcionando como debería, para que tengamos en la cárcel a quien está haciendo daño a la sociedad”. En ese sentido, consideró que a los soldados e infantes de Marina les sale más barato desobedecer órdenes que tener que enfrentar un proceso penal e incluso el cuestionamiento nacional e internacional, al ser señalados como violadores de los derechos humanos. “No se puede tasar igual a una persona que robó comida para llevar a su familia que a un criminal, pero a veces vemos que esto está sucediendo”, agregó. A las Fuerzas Armadas del país, enfatizó, les gustaría que a la policía se le impusiera un plazo para que empiece a dar resultados; sin embargo, al no existir éste, los elementos de la Sedena y la Semar, ante el incumplimiento, deben seguir en las calles, ciudades y estados del país, pero al no existir un marco legal que regule sus actividades es que enfrentan las condenas nacionales e internacionales. “Lo que nosotros hemos insistido y propuesto es que se hagan las leyes reglamentarias del artículo 89, fracción VI, porque más abajo no existe una sola norma que hable de la seguridad interior, lo que provoca que se demande: ¡hagan la ley! Creo que eso lo deben hacer, la seguridad interior no es responsabilidad de las Fuerzas Armadas sino de la Secretaría de Gobernación”.
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