Ciudad de México.- Hartazgo e indignación entre los mexicanos por la telenovela que protagoniza Duarte de Ochoa, dicha simulación de "justicia” donde el desenlace es bastante predecible.
De nueva cuenta un golpe bajo a nuestra inteligencia, ya que resulta absurdo que el gobierno pretenda que nos creamos que la detención del ex Gobernador corrupto Javier Duarte, es producto de una minuciosa operación de inteligencia policiaca que ubicó perfectamente el lugar exacto donde se encontraba en Guatemala. Esto después de varios meses prófugo.
El show es tan previsible que resulta aburrido, todo tiene tintes electorales. Y si no fuera tan trágica nuestra situación democrática sería hasta cómico. Aunque para la representación de la pantomima se necesitan ciertos dotes de dramatismo que el ex gobernador de Veracruz es evidente que no tiene, y hasta se burla mostrando su mejor sonrisa llena de cinismo.
Así como el cinismo de la clase política mexicana, el cinismo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el poder, el cinismo de las instituciones policiacas, el cinismo de los que dicen procurar justicia, el cinismo de sus cómplices impunes y por supuesto, el fracaso del estado de derecho.
Con una presidencia impuesta, a manos de Enrique Peña Nieto, priístas que primero permitieron a Duarte justificarse en televisión, luego le dejan huir y después en el momento preciso electoral del Estado de México, donde lamentable; Alfredo del Mazo no levanta las preferencias del voto para Gobernador, nos presenta al supuesto “capturado” con todo el peso de la ley.
Notable fue como le aprehendieron perfectamente vestido, sonriente, mostrando unas esposas por delante, pero sonriendo; riéndose primero de los veracruzanos a los que desfalcó, de sus víctimas a quienes finalmente la muerte los encontró, de los miles de desaparecidos, riéndose incluso de los periodistas a quienes apuntó con su dedo depredador, riéndose de los mexicanos.
Javier Duarte dice que está de acuerdo con la extradición. Claro, cómo no iba estarlo si este gobierno y este aparato de justicia le ofrecen impunidad, toda la impunidad de la que gozó durante su mandato, la misma impunidad que le permitió huir. Misma impunidad que lo inculpará por corto tiempo al presentar una condena corta y después misma impunidad con la que saldrá en libertad para gozar del dinero que consiguió con toda la impunidad mientras gobernó.
Pero allí están sus crímenes. Más allá del interés electoral que tiene la detención, la PGR debería aprovechar y basar el proceso debidamente en los expedientes FESP/013/2016/1-04 y FESP/216/2016/14-07, por enriquecimiento ilícito, peculado e incumplimiento del deber legal. Ambos procesos contienen 14 tomos y 81 anexos, contenidos en 18 cajas.
Allí está el monto total de lo robado que supera los 14 mil 300 millones de pesos y que esperamos sea devuelto, esperamos que el arreglo del Estado Mexicano para detenerlo no sea dejar sin tocar sus finanzas mal habidas. Porque aquí se detiene a bombo y platillo a los corruptos y no se les quita lo que robaron, los mexicanos no hemos visto que nadie devuelva los dineros del erario.
Allí están los métodos de Duarte para robar: contratos a empresas fantasmas, adquisiciones de productos para gente marginada, niños enfermos de cáncer que no recibieron el tratamiento adecuado, es decir, damnificados debieron recibir esos recursos y nunca llegaron, facturas de operaciones falsas y un largo etcétera de métodos absolutamente claros jurídicamente.
Allí están también los crímenes contra 24 periodistas y foto reporteros. Allí están las 300 agresiones a los medios de comunicación y a los profesionales de la comunicación. Duarte, también debe ser enjuiciado por haberse convertido en el mayor depredador de la prensa en México.
Pero el sonriente Duarte no robó solo. Tiene una larga lista de cómplices. Lo detienen a él, pero falta su esposa Karime Macías Tubilla, una mujer nunca dejó de ostentar riqueza, que jamás se preocupó por los veracruzanos. Además anotó con su puño y letra números de cuentas bancarias, referencias sobre sus propiedades en México y el extranjero. Karime era quien manejaba la libreta de los cómplices de Duarte con nombres de familiares, funcionarios públicos, empresarios, comerciantes y en definitiva los socios de todos los negocios ilícitos que ellos realizaban ante la atenta mirada de las autoridades federales.
Ahora resulta que las autoridades detienen solo a Javier Duarte y nos explican que ni su esposa, familiares y socios tienen “proceso abierto”. ¿Y qué esperan para abrirles proceso? ¿O ese fue el acuerdo? ¿A caso el gobierno de Peña Nieto pactó que Duarte se entregara para ser exhibido como esperpento de circo, pero con el compromiso de no tocar a los suyos?
Más allá de los acuerdos en lo oscurito de este espectáculo circense, los ciudadanos queremos resultados y necesitamos la transparencia del proceso judicial contra Duarte, la devolución de los recursos financieros que le pertenecen a los mexicanos y el enjuiciamiento de todos sus cómplices, incluida su señora esposa.
Pero si el PRI quiere seguir con la tradición que les caracteriza. Sigan exhibiendo al esperpento de circo, sigan simulando que los mexicanos tenemos procuración de “Justicia”.
Basta saber si los ciudadanos mexicanos se van a tragar esta telenovela electorera, este as bajo la manga que sacó el PRI para levantar a su candidato que se encuentra por los suelos al no ser lo que esperaban.
De nueva cuenta un golpe bajo a nuestra inteligencia, ya que resulta absurdo que el gobierno pretenda que nos creamos que la detención del ex Gobernador corrupto Javier Duarte, es producto de una minuciosa operación de inteligencia policiaca que ubicó perfectamente el lugar exacto donde se encontraba en Guatemala. Esto después de varios meses prófugo.
El show es tan previsible que resulta aburrido, todo tiene tintes electorales. Y si no fuera tan trágica nuestra situación democrática sería hasta cómico. Aunque para la representación de la pantomima se necesitan ciertos dotes de dramatismo que el ex gobernador de Veracruz es evidente que no tiene, y hasta se burla mostrando su mejor sonrisa llena de cinismo.
Así como el cinismo de la clase política mexicana, el cinismo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el poder, el cinismo de las instituciones policiacas, el cinismo de los que dicen procurar justicia, el cinismo de sus cómplices impunes y por supuesto, el fracaso del estado de derecho.
Con una presidencia impuesta, a manos de Enrique Peña Nieto, priístas que primero permitieron a Duarte justificarse en televisión, luego le dejan huir y después en el momento preciso electoral del Estado de México, donde lamentable; Alfredo del Mazo no levanta las preferencias del voto para Gobernador, nos presenta al supuesto “capturado” con todo el peso de la ley.
Notable fue como le aprehendieron perfectamente vestido, sonriente, mostrando unas esposas por delante, pero sonriendo; riéndose primero de los veracruzanos a los que desfalcó, de sus víctimas a quienes finalmente la muerte los encontró, de los miles de desaparecidos, riéndose incluso de los periodistas a quienes apuntó con su dedo depredador, riéndose de los mexicanos.
Javier Duarte dice que está de acuerdo con la extradición. Claro, cómo no iba estarlo si este gobierno y este aparato de justicia le ofrecen impunidad, toda la impunidad de la que gozó durante su mandato, la misma impunidad que le permitió huir. Misma impunidad que lo inculpará por corto tiempo al presentar una condena corta y después misma impunidad con la que saldrá en libertad para gozar del dinero que consiguió con toda la impunidad mientras gobernó.
Pero allí están sus crímenes. Más allá del interés electoral que tiene la detención, la PGR debería aprovechar y basar el proceso debidamente en los expedientes FESP/013/2016/1-04 y FESP/216/2016/14-07, por enriquecimiento ilícito, peculado e incumplimiento del deber legal. Ambos procesos contienen 14 tomos y 81 anexos, contenidos en 18 cajas.
Allí está el monto total de lo robado que supera los 14 mil 300 millones de pesos y que esperamos sea devuelto, esperamos que el arreglo del Estado Mexicano para detenerlo no sea dejar sin tocar sus finanzas mal habidas. Porque aquí se detiene a bombo y platillo a los corruptos y no se les quita lo que robaron, los mexicanos no hemos visto que nadie devuelva los dineros del erario.
Allí están los métodos de Duarte para robar: contratos a empresas fantasmas, adquisiciones de productos para gente marginada, niños enfermos de cáncer que no recibieron el tratamiento adecuado, es decir, damnificados debieron recibir esos recursos y nunca llegaron, facturas de operaciones falsas y un largo etcétera de métodos absolutamente claros jurídicamente.
Allí están también los crímenes contra 24 periodistas y foto reporteros. Allí están las 300 agresiones a los medios de comunicación y a los profesionales de la comunicación. Duarte, también debe ser enjuiciado por haberse convertido en el mayor depredador de la prensa en México.
Pero el sonriente Duarte no robó solo. Tiene una larga lista de cómplices. Lo detienen a él, pero falta su esposa Karime Macías Tubilla, una mujer nunca dejó de ostentar riqueza, que jamás se preocupó por los veracruzanos. Además anotó con su puño y letra números de cuentas bancarias, referencias sobre sus propiedades en México y el extranjero. Karime era quien manejaba la libreta de los cómplices de Duarte con nombres de familiares, funcionarios públicos, empresarios, comerciantes y en definitiva los socios de todos los negocios ilícitos que ellos realizaban ante la atenta mirada de las autoridades federales.
Ahora resulta que las autoridades detienen solo a Javier Duarte y nos explican que ni su esposa, familiares y socios tienen “proceso abierto”. ¿Y qué esperan para abrirles proceso? ¿O ese fue el acuerdo? ¿A caso el gobierno de Peña Nieto pactó que Duarte se entregara para ser exhibido como esperpento de circo, pero con el compromiso de no tocar a los suyos?
Más allá de los acuerdos en lo oscurito de este espectáculo circense, los ciudadanos queremos resultados y necesitamos la transparencia del proceso judicial contra Duarte, la devolución de los recursos financieros que le pertenecen a los mexicanos y el enjuiciamiento de todos sus cómplices, incluida su señora esposa.
Pero si el PRI quiere seguir con la tradición que les caracteriza. Sigan exhibiendo al esperpento de circo, sigan simulando que los mexicanos tenemos procuración de “Justicia”.
Basta saber si los ciudadanos mexicanos se van a tragar esta telenovela electorera, este as bajo la manga que sacó el PRI para levantar a su candidato que se encuentra por los suelos al no ser lo que esperaban.
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