Durango.- México tiene su propio parque Jurásico en el noroeste del país. Allí, en el estado de Durango, hay evidencias del paso de mamuts, gonfoterios o proboscídeos (una especie de elefantes), bisontes, caballos y camellos: especies de la "megafauna" –como la llaman los expertos– que deambularon por esta región durante el periodo del Pleistoceno, que va 10.000 a 1,8 millones de años.
En abril pasado, en una comunidad de 1.500 habitantes conocida como 10 de Octubre o San Lucas, en el municipio de San Juan del Río, los pobladores encontraron accidentalmente un colmillo de 3 metros de largo de un mamut, en el cauce del arroyo Tecomblates.
Es el vestigio paleontológico más grande hallado hasta ahora en la entidad, dice Cindy Sandoval Mora, arqueóloga estuvo a cargo del rescate, que comenzó el 12 de julio y concluyó en los primeros días de octubre.
Se trata de una pieza con 10.000 años de antigüedad, aproximadamente, conservada bajo sedimentos de esta región semiárida poblada por mezquites y huizaches (acacias).
De su hallazgo informó un profesor de secundaria de nombre Nerón Astorga, quien llamó al centro INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) de Durango para reportar algo que parecía un tronco gigante, que al tocarlo se deshacía, relata Sandoval Mora.
"Era parte de la defensa del mamut", dice la arqueóloga, quien no disimula su satisfacción en sus palabras, pues advierte que no es fácil el rescate y la conservación de estos hallazgos paleontológicos. Casi siempre están en riesgo por las condiciones en que se encuentran o el por robo de las piezas, explica.
"Hay muchísimo tráfico de piezas paleontológicas y arqueológicas, gente que lucra con el patrimonio, que lo vende o lo lleva a otro país, aunque es un delito", dice.
"A veces sólo se lo llevan a su casa y lo olvidan o después lo tiran, y eso es una pérdida muy grande para nosotros como investigadores y para todo el país porque se pierde mucho conocimiento y nuestro patrimonio", dice.
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