Morelos.- "Ya matamos a tus familiares, pero le vamos a echar la culpa a tu papá", dijeron policías estatales a Alejandro, hijo de José Valdez y Faustina Chapa –una de las seis personas asesinadas presuntamente por los agentes que el 30 de noviembre allanaron la vivienda de esa familia en Temixco.
El joven declaró lo anterior ante la juez de procesos orales que la noche del 2 de diciembre encabezó la audiencia contra su padre, José, dos de sus hermanos y una de sus cuñadas, acusados de tratar de matar a los uniformados, lo cual no fue probado, por lo que el lunes obtuvieron su libertad.
De 19 años de edad, pero con un padecimiento congénito que lo hace ver como de 12, Alejandro fue presentado a declarar como menor de edad la noche del sábado pasado detrás de una cámara de Gessel y acompañado de una tía, pues él fue testigo de parte de lo ocurrido en su domicilio la madrugada del 30 de noviembre.
Relató que él y su amigo Gilberto dormían en una camioneta estacionada en el patio porque aquella noche hubo un convivio familiar en su casa y no cabían en las habitaciones. Lo despertaron los ruidos que hicieron los policías al forzar el zaguán de su casa con un tubo metálico. Pasaban de las tres de la madrugada, calculó.
En seguida, policías encapuchados les apuntaron con sus armas, los obligaron a salir de la camioneta y, sin dejar de encañonarlos, los obligaron a tirarse boca abajo en la calle para luego subirlos a una patrulla cerrada.
Mientras, otro grupo de agentes allanaba la casa de sus padres, pero antes uno de ellos le dijo que "iban a matar a toda mi familia". Permanecieron allí, escuchando disparos, hasta que terminó la matanza.
Un uniformado dijo al salir del domicilio: Ya matamos a tus familiares, pero le vamos a echar la culpa a tu papá, aseguró el adolescente, quien no precisó el número de policías que entraron a la vivienda.
Después supo que habían asesinado a su madre, Faustina, a su hermana Rosario, a su cuñada Camelia y al hermano de ésta, Diego, de 13 años de edad, además de sus sobrinos Leticia y una bebé de dos meses de edad. Otros dos menores resultaron heridos de bala y hasta ayer recibían atención médica.
En la camioneta donde fue encerrado, recordó, metieron a otros menores sobrevivientes del ataque, quienes permanecieron retenidos el 30 de noviembre en la Fiscalía General del Estado, mientras a los cuatro adultos y a otro menor los ponían a disposición del Ministerio Público.
Aunque no vio el ataque, Alejandro sostuvo ante la juez que los uniformados asesinaron a sus familiares.
Mientras, la Comisión Estatal de Seguridad (CES) no ha informado sobre la situación jurídica de los uniformados que participaron en la operación. Según el abogado de los sobrevivientes, Juan Manuel Cuéllar, sólo se sabe que son integrantes del Grupo de Operaciones Especiales.
El litigante acusó a las autoridades de Morelos de violar los artículos primero y 16 de la Constitución, así como diversos tratados internacionales de derechos de la niñez.
“No podemos ser molestados en nuestro domicilio si no es por mandamiento escrito de la autoridad. Existen casos de urgencia cundo la autoridad puede penetrar en un domicilio; pero en este caso no se dio se esa hipótesis.
Cuéllar Médina condenó que el gobernador Graco Ramírez –quien prometió abatir la delincuencia en año y medio, sin cumplirlo– ni siquiera haya mencionado la matanza que cometieron sus policías del mando único.
Agregó que el asesinato de la bebé de dos meses, quien fue exhibida con una herida de bala en la cabeza (tiro de gracia, según sus familiares), de un adolescente de 13, una joven de 20 años y otra de 27, así como una mujer de 65 años y otra de 40, ha sido "minimizado" tanto por el comandante del mando único, Alberto Capella Ibarra, quien en declaraciones a diversos medios sólo destaca el riesgo en que supuestamente estuvieron los uniformados.
La Jornada
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