LOS GENERALES FRANCISCO QUIRÓS HERMOSILLO Y ACOSTA CHAPARRO
Por: Emiliano Mateo Carrillo Carrasco
Por: Emiliano Mateo Carrillo Carrasco
El general Quirós Hermosillo falleció el 19 de noviembre de 2006 en el Hospital Central Militar debido a la enfermedad de cáncer, fue acusado en 2000 por la Procuraduría General de la Republica que encabezaba el Gral. Rafael Macedo de la Concha (la familiaridad con Fox), así como por la Procuraduria General de Justicia Militar de estar involucrado en una red que dio protección a narcotraficantes pertenecientes al Cartel de Juárez junto con el General Mario Arturo Acosta Chaparro, fue juzgado por un Consejo de Guerra el 1 de noviembre de 2002, mismo que lo declara culpable, procediendo a su degradación inmediata y condenándole a 16 años de prisión. En 2005 fue absuelto del delito de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita pero continúo preso bajo el cargo de Fomento al Tráfico de Drogas.
La relación de generales por zonas militares y los gobernadores en esa época permitía establecer que todo giraba en torno de tráfico de drogas del golfo de México, el norte del país. La década de los 70 s una zona de vulnerabilidad en monterrey la colonia las mitras y por la necesidad se incorporaban al ejército. El nacimiento de la hermandad de militares y a la custodia de tráfico de drogas y migrantes a los estados unidos .las líneas de acción de subordinación a los jefes militares y funcionarios encargados de negociar su libre transporte y dotar de armamento a los carteles. Los recursos económicos adquiridos por sangre son distribuidos a operadores de lavado de dinero en el país, dependiendo de qué estado pertenezca cada militar y a la familiaridad, en ese laxo de tiempo en el estado de México y su relación con Veracruz de grupos de poder político y económico. Los detonantes de adquisición de propiedades y sembrar empresas desde venta de acero hasta empresas de bienes materiales.
Los políticos poderosos que ponían a los gobernadores y por conducto de los delegados del CEN-PRI; en la elección a la presidencia de la república por Colosio, la seguridad pagada por políticos del estado de México. Siendo presidente del PRI nacional, Colosio formo un círculo de jóvenes y políticos del país , la corriente democrática del PRI. Esto nos permitió adquirir una serie de conocimientos e ideologías nacionalistas, que nos permitieron enriquecer al priismo del estado de México, en participaciones directas desde delegados en nuestra entidad mexiquense, a su muerte muchos fueron perseguidos e excluidos por ser de la corriente democrática del PRI.
LAS DEUDAS DE UN BOINA VERDE Y SU RELACIÓN EN TEXCOCO: El expediente del asesinato de Colosio Murrieta a manos del general Francisco Quirós Hermosillo Con el asesinato de Mario Arturo Acosta Chaparro se va el último de los militares que participaron en torturas y desapariciones durante la guerra sucia de los años 70.
Su labor documentada a favor de capos de la droga en los 90 y sus recopilación de información sobre el narco, abren interrogantes sobre el móvil detrás de su muerte. La dupla de los generales en la zona de los zetas y el golfo de México, en la década de los 80s, hasta que son procesados militarmente.
La adquisición de bienes inmuebles y negocios en el estado de México, Texcoco. “— ¡Hijito! ¿Cómo estás? ¡Hijito!—. El único que llamaba “hijito” al general Acosta Chaparro era el jefe del cártel de Juárez, Amado Carrillo Fuentes. Aquella ocasión el “Señor de los Cielos”, mote que singularizó al capo muerto en 1997, le informó al militar el cierre de una operación con el entonces gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer. Transcurría el año de 1995, Acosta Chaparro realizaba labores de asesoría al entonces mandatario quien sería depuesto de su gestión tiempo después, por la masacre de campesinos en Aguas Blancas, donde se documentó la participación del militar. Durante varias horas los asistentes, en su mayoría militares en activo y retirados, quedaron absortos ante los detalles revelados paso a paso, de cómo la dupla de generales que se convirtieron en referencia en tortura y desaparición de guerrilleros durante la llamada “guerra sucia” en los años 70 y 80, se transformaron en operadores del “Señor de los Cielos”.”
ACOSTA CHAPARRO
EJECUCIONES: “ Entre los años 1994 y 1995 ambos participaban en la Coordinación de Seguridad Nacional, una instancia creada de facto por el presidente Ernesto Zedillo a raíz de secuestros de alto impacto como el del empresario Alfredo Harp Helú. Durante esta comisión, narraron testigos citados en el Consejo de Guerra, Acosta Chaparro planificó el aterrizaje de aviones cargados con droga proveniente de Colombia. Su labor logística implicó la entrega de vehículos, dinero, aparatos de comunicación encriptados para los militares que operaban para Carrillo Fuentes. De esta forma comandantes de las zonas militares del norte, como Sinaloa, Durango y Chihuahua, así como de las guarniciones y regimientos en la zona del pacífico, entraron en la nómina del cártel de Juárez.
Junto a Quirós Hermosillo hicieron de la base aérea de Pie de la Cuesta el lugar de “operaciones especiales”. Desde ahí despegaba el avión Arava , donde subían a los cuerpos sin vida de los detenidos para arrojarlos al mar en lo que se llamó “los vuelos de la muerte”.
En el empleo de los recursos, narró Tarín, utilizaban una pistola calibre .38 a la que le adaptaban un silenciador para dispararle en la nuca a los “paquetes”, como llamaron a los civiles capturados. “Le decíamos la espada justiciera, el general Quiroz era el jefe, él daba las órdenes.
Nos enseñó a vendarles la cabeza y apuntar en la nuca para que murieran de manera instantánea. Acosta Chaparro pudo haber ejecutado él solo a más de 200”, declaró ante el fiscal castrense en ese segundo juicio por la muerte de 143 personas entre los años 1975 a 1979, y que nunca llegó a consejo de guerra. El proceso y las acusaciones contra Acosta Chaparro se diluyeron por “falta de pruebas” y quedó absuelto del que se decía pudo ser el “juicio por la guerra sucia”. En el año 2007 un tribunal colegiado le ratificó el auto de libertad ante la “inconsistencia” de las acusaciones por narcotráfico y fue absuelto. Recuperó sus grados y patentes militares en ese año. ¿Cambio de bando?
La voz se le quebraba pero no perdió la verticalidad del metro 80 de su estatura. La tarde del 2 de noviembre del 2002, cuando Acosta Chaparro escuchó de pie, con la mirada al frente y en posición de firmes, el veredicto de la corte marcial que lo sentenció por narcotráfico a 17 años de prisión, pareció que se derrumbaba.
“No puedo creer cómo alguien con fama de cabrón dentro del ejército, casi se quiebra. Quienes lo conocemos sabíamos que se estaba quebrando”, decía un general a un par de reporteros a las afueras de la sala del consejo de guerra donde fue juzgado Acosta Chaparro y Quirós Hermosillo en el campo militar número uno. Hubo un momento en que fue visible que no podría mantener esa verticalidad, conforme escuchaba la lectura del resolutivo le temblaban las manos, las piernas se le movían y su rostro dejaba entrever abatimiento.
Tras cuatro años en prisión en diciembre del 2006 una buena noticia lo animó en su celda de la prisión militar. Un antiguo compañero del Colegio Militar acababa de ser nombrado secretario de la Defensa Nacional. Se trataba de Guillermo Galván, con el que tenía buena amistad desde que ambos eran cadetes en el alma mater de la milicia mexicana. La señal se tradujo un año después en su puesta en libertad y en un homenaje junto a otros militares que en 2007 pasaron a retiro. Acosta Chaparro había sido reivindicado por sus pares el día que dejó el servicio activo. Publica
En septiembre del 2011 uno de sus amigos y socios de tiempo atrás, Javier García Morales, hijo del ex dirigente del PRI Javier García Paniagua y nieto del general Marcelino García Barragán, titular de la Defensa Nacional en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, fue asesinado a las afueras de un restaurante en Guadalajara, Jalisco. García Morales y Acosta Chaparro estaban señalados como enlaces de capos de la droga con oficiales y mandos del ejército en una serie de documentos de inteligencia militar que fueron publicados en abril de 1997 por la revista Proceso. Ahí se detalló cómo ambos solían hacer reuniones entre comandantes de zona militar y jefes de diferentes unidades con capos de la droga avecindados en Guadalajara.” Gastón Pardo.
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