En el primer semestre el instituto no logró vender 82 por ciento de los bienes incautados, que incluyen inmuebles, autos, lotes de vino, pacas de ropa, aparatos y juguetes.
Sus voces estruendosas se escuchan como eco en el Complejo Cultural Los Pinos. Es difícil decidir quién es más efusivo. Los encargados de la subasta recuerdan a los vendedores ochenteros de las que se hacían a medianoche en televisión. “¡Oigan en el zoom hay árabes!” “¡Muchas gracias por unirse con esta alegría!”.
En el evento del 3 de mayo hay 12 personas sentadas frente a los subastadores del Instituto Para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep), quienes de vez en vez levantan la paleta para ofrecer dinero a cambio de bienes que generalmente fueron decomisados por el gobierno. Ellos, ni por casualidad, comparten la efusividad de los subastadores.
A las cinco horas de empezar el evento, la alegría de los subastadores sube de tono. Empiezan a agradecer, a decir frasecitas motivadoras para incentivar a los posibles compradores y animarlos a que se lleven la grande: el famoso lote 235.
“Esta es la estrella, nuestra joya de la corona del día ¡y cómo no! ¡No es para menos!, porque es una oportunidad. Es una residencia en uno de los mejores conjuntos habitacionales de nuestra República Mexicana. ¡Y estamos hablando de Jardines del Pedregal de San Ángel! Así que esta es una oportunidad de llevarla a preciazo”.
La mansión está localizada en calle Cráter número 525, en la Ciudad de México, y es una superficie de 3 mil 370 metros cuadrados, con una barda blanca adornada por pilares y árboles añosos
Dentro de la casona hay seis jacuzzis, una piscina techada semi olímpica, entradas de luz de vidrio, cuarto de vigilancia, estacionamiento para 20 carros, cava, vapor, una cocina integral del tamaño de cualquier departamento promedio en la Ciudad de México. Según la página de catastro, fue construida en 1994, y de hecho arquitectónicamente se nota. Todo es monumental.
Al fin y al cabo, es la casa de un narcotraficante que de la noche a la mañana se volvió rico y quiso que todos lo vieran.
La efusiva vendedora omitió un dato: la mansión fue construida y habitada por Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, el capo que piloteaba aviones y trasladaba toneladas de cocaína a Estados Unidos. Ese que murió en pleno quirófano, cuando intentó cambiarse el rostro para evitar ser detenido.
Ese 3 de mayo del 2020 en Los Pinos, la residencia que solía ser de los presidentes, un hombre de traje de café sentado en la esquina izquierda de la primera fila, fue el único que levantó la paleta número 62.
Ofreció 49 millones 740 mil pesos por ella. Vendida a la 1, a las 2 y a las 3. Se viene un grito agudo, un empleado del Indep, un hombre corpulento con mascarilla, brinca, menea una hoja hacia arriba en señal de celebración.
“¡Ay felicidades!”, grita más que nunca la subastadora. “Muchas gracias, muchas felicidades además por contribuir a nuestro sentido social. ¡No, hasta la piel chinita se pone!” Su compañero remata: “Es muy emocionante ser parte de estos momentos”.
Unos años después se sabría que la venta de la casa nunca se concretó. El Indep no logró venderla, entonces tomaron una decisión para deshacerse finalmente de la narcomansión. La sorteó en junio de este año en conjunto con la Lotería Nacional. Vendió unos cachitos muy peculiares:
De colores, con unos niños de la Lotería en ilustración y la casa del Señor de los Cielos en medio. Fueron vendidos en 200 pesos y, ni así, fue fácil. En 17 ocasiones los niños gritaron al ganador, pero resultó que el cachito no se vendió.
Pero la historia de la mansión de Amado Carrilo no es el único revés que ha enfrentado el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado. Una investigación de MILENIO revela que este 2022 el Indep no ha logrado devolverles a los mexicanos lo que prometió.
Y es que de 22 mil 687 cosas que ha intentado vender, sólo ha logrado subastar 3 mil 962: no se ha logrado colocar 82 por ciento de lo que ha puesto a disposición. Entre lo ofertado destacan autos viejos y mercancías diversas como pacas de vino, juguetes y cargadores, entre otros.
Las pacas del Indep
Según las propias estadísticas e informes del Indep, este 2022 se pusieron a subasta 22 mil 687 artículos entre los que había desde departamentos, terrenos rurales, autos que no se pueden matricular, vehículos que sí se pueden usar, lotes de todo tipo de mercancías electrónicas, de muebles y más.
Lejos quedaron las épocas en que el SAE, su antecesor, ponía a la venta armas de oro, mansiones, obras de arte y joyas. En una revisión se encontró que del total fueron vendidos 3 mil 962 artículos, dados de baja 74 y desiertas 18 mil 620. La estadística que reportan es durante el primer semestre de este 2022.
Sobre los artículos vendidos se encontró que en total el gobierno pidió por ellos a primer saque 531 millones 63 mil 883, sin embargo terminó subastandolos en 421 millones 483 mil 822, es decir, dejaron de ganar 109 millones 580 mil 61 pesos.
Los estados donde más se obtuvieron estos artículos, bienes e inmuebles fueron Nuevo León, Baja California, el Estado de México y Chihuahua. Y las entidades que en su mayoría transfirieron al Indep estos bienes fueron la Fiscalía General de la República y el Sistema de Administración Tributaria.
Las ofertas de la paraestatal comenzaron en los 200 pesos y las cifras más altas fueron de 112 millones 887 mil pesos y 115 millones 281 que hicieron casi el total de la cifra de venta por dos aeronaves marca Gulfstream, que han salvado el año del instituto.
También se ofertaron vehículos de entre los 40 mil y los 77 mil pesos, como uno marca Mazda 2014.
Entre las ventas se encuentran bolsas de dama, mascadas, carteras, cordones para bisutería, tarjeteros, cepillos para perro, pantalones para caballero, perfumes y más.
Impresoras, bocinas marca Sony, grapas, fundas de tablet, tijeras de uso médico, pantallas de Samsung, protectores de celular, cámaras fotográficas, anillos, y sobre todo muchos autos para partes, ya que no se pueden matricular.
Los precios de la mercancía diversa y que excluye a los vehículos, fue de los 200 pesos a los 48 mil pesos.
Contra la corrupción
En 2019, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador prometió que con la creación del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado se iban a recuperar los recursos y bienes decomisados sobre todo al crimen organizado, a los corruptos y los delincuentes de cuello blanco para regresarle al pueblo.
El Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) desapareció para dar pie al Indep, que sería un instituto para devolver al pueblo “lo mal habido, lo robado”, según sus propias palabras.
López Obrador aseguró que se obtendrían en promedio al año unos mil 200 millones de pesos, calculado con lo que supuestamente obtendrían en 2019. Información obtenida a través de solicitudes de acceso a la información por MILENIO revela que ese año se recaudaron 964 millones 907 mil 692 pesos aproximadamente.
Además, que el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado también ha estado involucrado en escándalos de corrupción y es que fue el mismo Jaime Cardenas, ex director del Indep, quien denunció que al interior de la dependencia había corrupción, irregularidades administrativas, procedimientos de valuación que no correspondían, entre otros.
En su carta de renuncia habló de mutilación de joyas, contratos favorables a las empresas y no al Indep, y, conductas de servidores públicos contrarias a las normas.
En la auditoría que realizará la ASF al organismo descentralizado, apuntan que Cárdenas también realizó denuncias penales ante la FGR por la manipulación de distintas piezas de joyería.
La auditoría confirmó que se registraron y radicaron 66 denuncias, algunas de ellas se relacionan con hechos referidos en la carta de renuncia y hasta el 12 de noviembre de 2021, continuaban en etapa de investigación.
En el ámbito penal, se constató que el Indep presentó una denuncia ante la FGR, porque encontró cambios en las condiciones físicas de algunos bienes joyas en su custodia, la cual fue ratificada. Al 15 de septiembre de 2021, la carpeta de investigación se encontraba en integración, en la fase de investigación inicial.
La ASF comprobó también que el Indep no contó con la capacidad de pago para liquidar sus deudas con distintos proveedores, por ejemplo, los que resguardan los artículos que se encuentran en su custodia.
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