Estado de México.- Debido a que su operación no se encuentra permitida por ninguna disposición legal y a que se convierten en gestores de inseguridad, el Gobierno del Estado de México destruyó mil 30 máquinas tragamonedas aseguradas en 284 establecimientos de alrededor de 15 municipios de la entidad.
Cada máquina de este tipo genera 5 mil pesos a la semana, que se traducen en 260 millones de pesos al año que dejaron de llegar a las mesas de las familias porque se emplearon en este vicio.
Estos artefactos no son, como parecen, inofensivos, pues generan una cadena de vicios y detrás de cada una hay una historia triste y lamentable.
"Cuántos hombres perdieron su trabajo por estar pendientes de estas máquinas, cuántas bebidas alcohólicas y sustancias prohibidas consumieron durante esta actividad, cuánto dinero dejó de llegar a las familias mexiquenses porque el recurso se destinó a estos artefactos".
Estos artefactos no son, como parecen, inofensivos, pues generan una cadena de vicios y detrás de cada una hay una historia triste y lamentable.
"Cuántos hombres perdieron su trabajo por estar pendientes de estas máquinas, cuántas bebidas alcohólicas y sustancias prohibidas consumieron durante esta actividad, cuánto dinero dejó de llegar a las familias mexiquenses porque el recurso se destinó a estos artefactos".
José Manzur, secretario general de Gobierno, recordó que a mediados de julio de 2014 se inició, en coordinación con la Secretaría de Gobernación, un programa de retiro de máquinas tragamonedas.
El funcionario estatal aseguró que estas máquinas, además no estar autorizadas por el reglamento de la Ley Federal de Juegos y Sorteos, son instrumentos que generan condiciones de inseguridad pública, por lo que es necesario que el gobierno intervenga para decomisaras y evitar que con ellas se ponga en riesgo la integridad de la población mexiquense.
"Sirven para realizar apuestas en las que se obtienen sin permiso premios no determinadas y cuyas ganancias no son reportadas fiscalmente", expuso.
Detalló que los artefactos asegurados son resultado de operativos emprendidos en los municipios de Zinacantepec, Villa Victoria, Tecámac, Cuautitlán Izcalli, Nezahualcóyotl, Toluca, Tlalnepantla, Zumpango, Acolman, Ecatepec, Otumba, Atizapán de Zaragoza, entre otros; y las máquinas aseguradas operaban en 284 establecimientos, de los que varios fueron clausurados definitivamente.
Por su parte, Marcela González Salas, directora general de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación, aclaró que la máquinas en disputa no se encuentran relacionadas con los juegos de video, pues resultan más dañinas en virtud de que han sido diseñadas para que niños entre 4 y 9 años de edad para que se vuelvan adictivas, y constituyen una apuesta no regulada.
"Tenemos estudios gravísimos: de 2000 a 2007 estas máquinas crecieron de una manera exponencial, y dan como resultado deserción escolar, bullying, robo a los papás, y luego robo a mayor escala, quizás con uso de armas y hasta la adhesión a algún grupo criminal con el propósito de allegarse de recursos para solventar el juego", agregó.
El funcionario estatal aseguró que estas máquinas, además no estar autorizadas por el reglamento de la Ley Federal de Juegos y Sorteos, son instrumentos que generan condiciones de inseguridad pública, por lo que es necesario que el gobierno intervenga para decomisaras y evitar que con ellas se ponga en riesgo la integridad de la población mexiquense.
"Sirven para realizar apuestas en las que se obtienen sin permiso premios no determinadas y cuyas ganancias no son reportadas fiscalmente", expuso.
Detalló que los artefactos asegurados son resultado de operativos emprendidos en los municipios de Zinacantepec, Villa Victoria, Tecámac, Cuautitlán Izcalli, Nezahualcóyotl, Toluca, Tlalnepantla, Zumpango, Acolman, Ecatepec, Otumba, Atizapán de Zaragoza, entre otros; y las máquinas aseguradas operaban en 284 establecimientos, de los que varios fueron clausurados definitivamente.
Por su parte, Marcela González Salas, directora general de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación, aclaró que la máquinas en disputa no se encuentran relacionadas con los juegos de video, pues resultan más dañinas en virtud de que han sido diseñadas para que niños entre 4 y 9 años de edad para que se vuelvan adictivas, y constituyen una apuesta no regulada.
"Tenemos estudios gravísimos: de 2000 a 2007 estas máquinas crecieron de una manera exponencial, y dan como resultado deserción escolar, bullying, robo a los papás, y luego robo a mayor escala, quizás con uso de armas y hasta la adhesión a algún grupo criminal con el propósito de allegarse de recursos para solventar el juego", agregó.
Hoy Estado
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