Por: Alfredo Martínez de Aguilar
¡Qué irónica y paradójica es la vida! Y más todavía la política. Y peor aún la grilla aldeana de enanos mentales en Oaxaca. Ahora resulta que, quienes más conflictos innecesarios generan a Alejandro Murat en su gabinete son los viejos políticos, hoy altos funcionarios.
Los jóvenes, oaxaqueños y no, que invitó el gobernador a colaborar avanzan en la curva del aprendizaje. Difícil, complejo y complicado proceso de enseñanza-aprendizaje, ciertamente. Merecen, sin embargo, el beneficio de la duda. Tienen pleno derecho a ello.
Están obligados a no fallar a su amigo y hoy nuevamente jefe. La primera obligación de los amigos es la lealtad. Es un compromiso de vida. Es estar dispuesto a matar y morir por el amigo. Código de honor que, lamentablemente, se ha olvidado.
Los jóvenes amigos y colaboradores del mandatario estatal, de ninguna manera son tontos. Son inteligentes. Cuentan a su favor con el enorme activo de una sólida formación académica. Están obligados a ser más humildes, con visión y sensibilidad.
Quienes no tienen derecho a fallar simplemente por su edad, son los servidores públicos adultos. No obstante su controvertida trayectoria es de suponer a primera vista que cuentan con amplia trayectoria y experiencia. Pero los hechos prueban que no es así.
Secretarios de despacho como Alejandro Avilés Álvarez y Sofía Castro Ríos tienen sí muchos intereses económicos y compromisos políticos oscuros, incluso, vinculados a actividades abiertamente ilegales hasta ahora impunes. Es un secreto a voces.
El negro historial de corrupción de ambos personajes siniestros y perversos es públicamente conocido por los oaxaqueños. Tienen sobrada experiencia en la grilla partidista, pero no en la administración pública. Son actividades totalmente diferentes.
Han abusado de la disciplina al interior de las filas del PRI para comprar cuerpos y conciencias, pero sobre todo vender candidaturas al mejor postor. No es un ningún secreto. Ahí están las múltiples denuncias durante el pasado proceso electoral local.
Los innecesarios conflictos que provocan desde sus altos cargos para llevar agua a su molino político-económico empieza a ser motivo de escándalo nacional in crescendo. Columnistas como Fernando Tavares, de SDPnoticias, se han ocupado ya del tema.
En su columna intitulada “Murat no está contento con su gabinete” escribe: “A menos de 50 días del inicio de su mandato, el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, no está contento con los integrantes de su gabinete ni con el desempeño de los mismos, el gabinete guarda silencio”.
Avilés, corrupción y tráfico de influencias
Tavares sostiene que “Alejandro Avilés Álvarez al frente de la Secretaría General de Gobierno ha mostrado que sigue cojeando del mismo pie, el hambre de poder se manifiesta ya en acusaciones de corrupción, tráfico de influencias en posiciones estratégicas para desviar recursos a sus arcas, a través de terceros y nexos con personajes oscuros para lograr posicionarse al interior del gabinete, su incipiente carrera sigue ensuciándose por acusaciones fundadas, los problemas al interior ya se manifiestan al exterior, desaseo en la transición y falta de experiencia de quienes arribaron son la actual marca de la casa, los municipios considerados como focos rojos bajo la instrucción del corrupto personaje han sido negociados para seguir beneficiando a los mismos actores de siempre, Sofía Castro Ríos, Francisco López, y el mismo Alejandro Avilés los principales beneficiarios en el reparto de las administraciones municipales que dejan año con año millonarias bolsas a los promotores de los mismos, la gota que derramó el vaso, Alejandro Avilés Álvarez le tomó protesta a su grupo de seguidores y adeptos con nivel de directores sin la aprobación del gobernador, la relación entre el mandatario y el encargado de la política interna vive momentos de tensión, las cosas no van bien”.
Las cosas se complican porque la estructura gubernamental de origen diodorista-gabinista, no ha sido desmantelada. Como es lógico y natural quienes tienen el fierro de ambos establos en las nalgas, se dedican a sabotear el trabajo de Alejandro Murat.
Pueden hacerlo fácilmente. Están ubicados estratégicamente en mandos altos y medios. Controlan férreamente en su beneficio personal y faccioso dependencias sumamente vulnerables en secretarías estratégicas como son las áreas administrativas, recursos humanos, compras y adquisiciones.
En tales condiciones, el gobernante oaxaqueño que hizo renacer la esperanza de cambio, se enfrenta diariamente a enemigos y traidores. La actuación desleal y soterrada de los traidores es peor que la de los enemigos, muchas veces más honorables.
Urge, pues, un proceso de reingeniería en la estructura del Poder Ejecutivo para evitar más sabotajes. Si no se desmantela la estructura administrativa diodorista-gabinista quedará impune el saqueo de Oaxaca porque el combate a la corrupción será entorpecido.
Clamamos al Cielo con los brazos en alto que el priista Alejandro Murat no cometa el error del panista Vicente Fox al no desmantelar la añeja y corrupta estructura priista. A querer o no, guste o no, ello impidió consolidar la alternancia avanzar en la transición y arribar a la normalidad democrática.
Entendible, jamás aceptable. Fox Quezada está enfermo mentalmente. Padece un síndrome neurológico. Jamás debió ser Presidente de la República. Estaba inhabilitado constitucionalmente. Los dirigentes nacionales del PAN y las fuerzas armadas lo sabían y permitieron que llegara al poder e iniciara la debacle de México.
Los primeros 50 días de gobierno han permitido al gobernador Alejandro Murat conocer no solo la operación y funcionamiento del gabinete legal y ampliado, especialmente de Alejandro Avilés Álvarez, responsable de la política interior del estado, sino su actitud gandalla.
Obligado es que el mandatario haga la primera evaluación en una especie de primer corte de caja. Es indispensable que deje muy claro a los integrantes de su gabinete legal y ampliado que, a pesar de su juventud, sabe gobernar y no permitirá que algunos se pasen de vivos.
Supercarreteras harán El Milagro Oaxaqueño
Es innegable que las vías de comunicación en general son las arterias del desarrollo material y progreso espiritual. Lo son más aun todavía las modernas supercarreteras y autopistas. Detonan el crecimiento económico, político, social, educativo y cultural.
Ésta es la trascendencia social e histórica de la urgente terminación de las supercarreteras a la Costa y al Istmo de Tehuantepec. Ha sido un anhelo permanentemente reclamado. Ahora, el sueño largamente acariciado por los oaxaqueños, por fin, se hará realidad.
Más que generosa, la vida da oportunidad al gobernador Alejandro Murat de pasar a la historia con la conclusión de estas dos magnas obras que cambiarán el rostro a Oaxaca, en un antes y un después, y cambiarán para bien la vida de millones de oaxaqueños.
Semejante situación se vive con la supercarretera a Puebla, iniciada en el gobierno de Heladio Ramírez y terminada en el régimen de Diódoro Carrasco. Oaxaca cambió a partir de su inauguración, gracias al indiscutible apoyo del presidente Carlos Salinas de Gortari.
Los 253 kilómetros de la supercarretera Oaxaca-Cuacnopalan han permitido el surgimiento de restaurantes o, si prefiere, changarros, en los cuales los viajeros y visitantes tienen oportunidad de disfrutar de la exquisita gastronomía y de bellos paisajes oaxaqueños.
El indudable afecto personal y el apoyo institucional brindado desde el destape y la candidatura a Alejandro Murat por el presidente Enrique Peña Nieto frente a todos los pronósticos en contra ha sido permanentemente ratificado desde su rotundo triunfo.
Con el apoyo republicano de la diputación oaxaqueña obtuvo en el Congreso de la Unión 94 mil 414 millones de pesos como presupuesto federal para 29017, el primer año de su gobierno. Es de resaltar que en 2016 se ejercieron 85 mil 497 millones 416 mil pesos.
Posteriormente, durante la Reunión Ordinaria de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), el presidente Enrique Peña Nieto anuncio una inversión del Gobierno de la República por 3 mil millones de pesos para terminar la supercarretera a la Costa.
El gobernador Alejandro Murat y el subsecretario de Comunicaciones y Transportes, Óscar Callejo, anunciaron el reinicio de los trabajos de las carreteras a la Costa y al Istmo, cuya conclusión, aseguraron, sería de 12 a 13 meses.
Obras son votos; urge rentabilidad electoral
El mandatario destacó el respaldo del gobierno federal para la terminación de los trabajos en el tramo Barranca Larga-Ventanilla. Es por demás sabido que en política obras no solo son amores, sino sobre todo, votos, es decir, las obras tienen una alta rentabilidad electoral.
El joven gobernante que recuperó el poder para su partido, el Revolucionario Institucional, después del gobierno fallido de Gabino Cué, está obligado a contribuir al triunfo de los candidatos presidencial, diputados federales y senadores en 2018 en Oaxaca.
Y para ello, nada mejor que concluir finalmente las supercarreteras a las regiones de la Costa y al Istmo de Tehuantepec, después de ser proyectadas hace 19 años. Hoy es vital su terminación por el inicio del programa Zonas Económicas Especiales en el Istmo.
Por su parte, el funcionario federal detalló que en los 104 kilómetros de este tramo que conduce a la Costa ya presentan avances y su terminación cambiará totalmente el rostro de la entidad. En otras palabras, la terminación de las dos supercarreteras harán realidad El Milagro Oaxaqueño.
Cabe señalar que ambas carreteras han sido proyectadas desde 1998 y los tramos faltantes constan de aproximadamente los 104 kilómetros de la carretera a la Costa, y 169 de la carretera Mitla-Tehuantepec, en un proyecto que se ha estimado proporcionen más de 4 mil empleos directos y una inversión superior a los 9 mil millones de pesos.
Se estima que el tiempo de recorrido hacia ambos destinos desde la capital oaxaqueña será de 2 horas y media, aproximadamente, la mitad del tiempo que se emplea actualmente para recorrer la distancia entre ambos destinos.
Días después, en gira de trabajo por la región Costa, Alejandro Murat dio el banderazo de inicio a los trabajos de construcción de las carreteras Puerto Escondido-Oaxaca y Río Grande-Santa Catarina Juquila, en los que se destinarán más de 14.5 millones de pesos.
En compañía del Presidente Municipal de San Pedro Mixtepec, el titular del Poder Ejecutivo señaló que con la puesta en marcha de estas obras de infraestructura su Gobierno está dando resultados palpables para las y los oaxaqueños.
Asimismo, aseguró que su Gobierno no solapará retrasos en la construcción de infraestructura carretera, toda vez que es imprescindible para mantener a las ocho regiones de Oaxaca mejor conectadas y facilitar el transporte público, además del intercambio de bienes y servicios.
“Hoy damos un primer paso significativo para que nuestra gente de la Costa esté mejor conectada, y también contribuimos a que más visitantes de diversas latitudes del mundo, vengan a este destino paradisíaco de la costa oaxaqueña, que de acuerdo con el periódico New York Times forma parte de los 50 mejores lugares del mundo que deben visitar y conocer este año”, afirmó el gobernador.
Es indispensable que los constructores camineros oaxaqueños se organicen para poder participar en los trabajos de terminación de las supercarreteras, pero con toda objetividad es necesario reconocer que si no se unen, solos no podrán hacerlo.
Tienen que aprovechar que llevan mano para hacerlo, como reiteradamente lo ha manifestado el gobernador Alejandro Murat. Ahora falta que antepongan su egoísmo natural y celo profesional normal en la condición humana, de lo contrario, otra vez, vendrán constructoras foráneas hacer los trabajos.
efektoaguila /Oaxaca Político
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