Veracruz.- Tiene razón la secretaria de Desarrollo Social del Gobierno del Estado, Indira Rosales cuando afirma que al no tener una política social ordenada no hay avances en la materia.
Y es que, de acuerdo con las cifras de la pobreza que manejó este viernes en Córdoba, el Estado de Veracruz ocupa el quinto lugar en pobreza y marginación a nivel nacional, lo que se traduce en 60 por ciento de los veracruzanos con carencia alimentaria, sin embargo, de acuerdo con el Informe Anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2017 de la SeDeSol Federal, actualizado al 23 de Julio de este año, la entidad ocupa el cuarto lugar de rezago social en la escala nacional y se ha mantenido sin cambios de 2000 a 2015.
De hecho, con base en ese informe, que cita la medición de la pobreza del CONEVAL de 2014, el 58 por ciento de la población del estado se encontraba ese año en situación de pobreza, es decir, 4 millones 634 mil 239 veracruzanos; y en situación de pobreza extrema el 17.15 por ciento, es decir, 1 millón 370 mil 456 personas. Para 2015, el informe refiere que 16 municipios del estado registraban un grado muy alto de rezago social, en tanto 57 municipios presentaban un grado alto.
En el mismo sentido, en el rubro de la Evolución de los rezagos sociales de 1990 a 2015, es de destacarse que en los nueve indicadores evaluados los índices de carencia o rezago social en Veracruz se encuentran por encima de la media nacional, siendo dos de los más relevantes la carencia educativa, que enfrenta el 25.77 de la población, contra el 18.56 a nivel nacional; y el de acceso a los servicios de salud, en el que el 20.14 por ciento de la población de la Entidad presenta carencia, contra el 16.68 nacional.
Por otro lado, de acuerdo con el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP-IS), del CONEVAL, correspondiente al primer trimestre de 2017, que se publica trimestralmente con el objetivo de mostrar el incremento o reducción del porcentaje de personas cuyo ingreso laboral es menor al valor de la canasta alimentaria, en Veracruz, del primer trimestre de 2016 al primertrimestre del 2017 hubo una reducción de 4.1 por ciento, es decir, los ingresos laborales de las personas fueron mayores en ese porcentaje al valor de la canasta alimentaria. Sin embargo, en el mismo periodo, se redujo la capacidad de compra del ingreso laboral en 2.9 por ciento.
Es decir, durante este periodo, el valor de la canasta alimentaria en la entidad ha incrementado un poco más que los ingresos laborales de las familias de la entidad. De ahí que, efectivamente, lo que se requiere es orden en la política social, comenzando por el manejo de las cifras.
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