Ante este escenario, la gobernadora del Banxico, Victoria Rodríguez, aseguró que el banco central seguirá enfocado en procurar la convergencia ordenada y sostenida de la inflación hacia su meta del 3 por ciento.
En un contexto en el que el entorno de elevada inflación se deterioró aún más por el conflicto geopolítico en Ucrania que generó incrementos en los precios de energéticos y alimentos, y nuevas disrupciones en las cadenas de suministro, el Banco de México ajustó a la baja sus previsiones de crecimiento para la economía nacional.
Ante este escenario, la gobernadora del Banxico, Victoria Rodríguez, aseguró que el banco central seguirá enfocado en procurar la convergencia ordenada y sostenida de la inflación hacia su meta, estando dispuesto a actuar con mayor contundencia, si las condiciones así lo requieren.
De acuerdo con el “Informe Trimestral, enero-junio 2022”, para el presente año el banco central prevé un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de entre 1.6 y 2.8 con una estimación central de 2.2 por ciento, por debajo del crecimiento de 2.4 por ciento previsto hace tres meses.
Para 2023, el Banxico anticipa una expansión del PIB de entre 1.4 y 3.4 por ciento, con una estimación central de 2.4 por ciento, por debajo de la estimación anterior, de 2.9 por ciento.
El Banxico señaló que las revisiones para el crecimiento económico nacional en 2022 y 2023 reflejan tanto factores externos como internos, pues prevalece un entorno complejo y desafiante para la economía mundial derivado de las afectaciones que persisten por la pandemia a nivel global, a las cuales se han sumado las ocasionadas por el conflicto en Europa del Este.
De este modo, persisten disrupciones en las cadenas globales de suministro y fuertes presiones inflacionarias que han conducido a posturas monetarias más restrictivas, tanto a nivel mundial como en México, y a un deterioro en las perspectivas de crecimiento de la economía global.
Además, si bien la economía nacional enfrenta un entorno más favorable en lo relacionado con la pandemia en el país, lo que se espera apoye el desempeño de la demanda interna, elementos como el comportamiento esperado de la plataforma de producción petrolera del país se han revisado a la baja.
El banco central indicó que los principales riesgos para el crecimiento económico de México se relacionan con la posibilidad de que se presente una menor demanda externa en detrimento de la actividad económica en México y que se prolonguen las afectaciones al comercio y los cuellos de botella, conduciendo a mayores costos de insumos y de producción.
Además, condiciones financieras más astringentes y episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales; una recuperación del gasto en inversión menor a la esperada; y nuevas olas de contagio que afecten adversamente la recuperación económica son factores de riesgo.
El Banxico señaló que se mantuvo la trayectoria para la inflación presentada en el anuncio de política monetaria de mayo. Se espera que la inflación general anual alcance su pico en el segundo trimestre de 2022, para posteriormente descender en lo que resta de 2022 y a lo largo de 2023, ubicándose en niveles cercanos a 3 por ciento en el primer trimestre de 2024.
Los principales riesgos para que la inflación sea más alta se relacionan con la persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados; presiones inflacionarias externas asociadas con la evolución de la pandemia, mayores presiones sobre los precios derivadas del conflicto geopolítico; episodios de depreciación cambiaria; y presiones por mayores costos asociados con las condiciones de contratación o salarios.
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