Ciudad de México.- El PAN se convirtió en un partido de “tribus salvajes que no ve ni respeta a las instituciones”, asegura categórico Luis Felipe Bravo Mena, al identificar que la situación que enfrenta su partido es consecuencia de sus fallas estructurales: su burocratización y la lucha por el poder.
En entrevista, el ex dirigente nacional panista, bajo cuya conducción Vicente Fox ganó la Presidencia en 2000 y quien ahora es mediador en el conflicto entre los grupos que encabezan Gustavo Madero, actual líder del blanquiazul, y el senador Ernesto Cordero, asegura también que las diferencias personales entre ambos son consecuencia de la falta de empatía y considera necesario el perdón para doblar la página y seguir adelante.
¿El PAN se convirtió en un partido de corrientes?
Ya ni siquiera de corrientes, estamos peor, de tribus. Porque en esta lógica de burocratismo y de lucha por el poder, siquiera las corrientes tienen algo de ideología, tienen un sentido de propósito político; las tribus ya solo son los espacios, los lugares, las curules que se pelean. Ya no es un principio de fondo que las inspire, las tribus son salvajes, no ven ni respetan a las instituciones. La verdad es que sí, el PAN se trivalizó.
¿El pleito entre Gustavo Madero y Ernesto Cordero es una disputa por los recursos de la bancada en el Senado?
Ante el público parece que es una disputa por los recursos, pero no es así, es una visión diferente de cómo habría de conducirse la relación entre el partido y el grupo en el Senado. ¿Qué reclaman los senadores? Creo que en esto tienen razón, al reclamar un mayor espacio en la discusión y elaboración de las propuestas y les asiste la razón, al reclamar que solo sean ejecutores de una línea política que ya se decidió en otras instancias y creo que hay que respetar el papel de los legisladores.
Milenio
En entrevista, el ex dirigente nacional panista, bajo cuya conducción Vicente Fox ganó la Presidencia en 2000 y quien ahora es mediador en el conflicto entre los grupos que encabezan Gustavo Madero, actual líder del blanquiazul, y el senador Ernesto Cordero, asegura también que las diferencias personales entre ambos son consecuencia de la falta de empatía y considera necesario el perdón para doblar la página y seguir adelante.
¿El PAN se convirtió en un partido de corrientes?
Ya ni siquiera de corrientes, estamos peor, de tribus. Porque en esta lógica de burocratismo y de lucha por el poder, siquiera las corrientes tienen algo de ideología, tienen un sentido de propósito político; las tribus ya solo son los espacios, los lugares, las curules que se pelean. Ya no es un principio de fondo que las inspire, las tribus son salvajes, no ven ni respetan a las instituciones. La verdad es que sí, el PAN se trivalizó.
¿El pleito entre Gustavo Madero y Ernesto Cordero es una disputa por los recursos de la bancada en el Senado?
Ante el público parece que es una disputa por los recursos, pero no es así, es una visión diferente de cómo habría de conducirse la relación entre el partido y el grupo en el Senado. ¿Qué reclaman los senadores? Creo que en esto tienen razón, al reclamar un mayor espacio en la discusión y elaboración de las propuestas y les asiste la razón, al reclamar que solo sean ejecutores de una línea política que ya se decidió en otras instancias y creo que hay que respetar el papel de los legisladores.
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