Se supone que las autopistas son de paga porque ofrecen el beneficio a los automovilistas de agilizar su trayecto y hacerlo más tranquilo, pero cuando estos dos objetivos no se cumplen por los enternos trabajos de mantenimiento, los bloqueos y otros problemas que atentan contra el tiempo de los automovilistas, nadie dice nada porque de todos modos tienen que pagar el peaje aunque la circulación sobre las autopistas sea mas lenta y peor que las carreteras federales.
Por eso es buena la propuesta del diputado panista Jorge Rosiñol Abreu (PAN) de reformar el artículo 30 de la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal, con el objetivo de que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) establezca esquemas tarifarios adecuados o extenciones a los usuarios cuando se construyan o modernicen las autopistas.
Las casetas de cobro regulan el libre tránsito en nuestro país; sin embargo, las obras de mantenimiento afectan el derecho de movilidad de los ciudadanos, estipulado en el artículo 11 de la Constitución.
Es obligación del Estado proveer caminos y puentes que permitan el libre flujo de personas y mercancías, que conecten las regiones y a sus pobladores, pero sobre todo impulsen el desarrollo social y económico de los estados y municipios para dar un mejor nivel de vida a la ciudadanía.
Al no existir vías alternas libres de peaje, cuando por diferentes aspectos se obstruyan las habituales, se vulnera el derecho fundamental del libre tránsito.
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