Ciudad de México.- A casi tres años de que dos mujeres ex trabajadoras de la CNDH interpusieran una denuncia penal en contra del entonces coordinador de comunicación social por los delitos de hostigamiento y abuso sexual, el Juez Primero de Distrito de Proceso Penales Federales en el Distrito Federal, Eduardo Torres Carrillo, determinó que es culpable de los dos delitos.
La sentencia condenatoria señala que Jorge Arturo Zarate deberá pagar quince días de multa por haber sido encontrado culpable del delito de hostigamiento sexual.
Además, por el delito de abuso sexual en contra de las dos mujeres, es acreedor a una pena ordinaria de nueve años nueve meses de prisión.
También la sentencia señala que deberá ser destituido de su cargo, aunque hay que recordar que se “separó” de él en 2012, con la finalidad de defenderse y limpiar su nombre. Y finalmente, deberá hacer el pago correspondiente a la reparación del daño.
Las víctimas de Zárate Vite eran trabajadoras de la CNDH y acudieron a denunciarlo ante el entonces Primer Visitador, Luis García; ante el Órgano Interno de Control encabezado por Franco Fabbri; e intentaron hacer llegar su denuncia ante el ex presidente del organismo Raúl Plascencia Villanueva, quien por medio de su secretario particular se negó a atenderlas bajo el argumento de que “si recibiera a todas las personas que vienen a quejarse de sus jefes no acabaríamos nunca”.
Al interior de dicha institución fueron re victimizadas por lo que se vieron obligadas a renunciar el 30 de marzo de 2012.
El 10 de abril de 2012 las mujeres víctimas acudieron a la Procuraduría General de la República (PGR) para interponer una denuncia en compañía de su abogado Emiliano Robles Gómez Mont. Ahí aportaron diversas pruebas periciales en psicología, grafoscopía y audio; además de cartas, sábanas de mensaje de celular y correos electrónicos.
Meses después, el Órgano Interno de Control de la CNDH, en septiembre de 2012, inhabilitó a Zárate Vite por seis meses.
“Fue un proceso muy largo y muy duro. Tuvimos que contar la historia muchas veces y tuvimos que hacernos pruebas periciales una y otra vez, pero a pesar de la tensión y lo difícil que era para nosotras revivir los hechos, las autoridades nos trataron muy bien. En ningún momento fuimos re victimizadas como en la CNDH en donde el hecho de ser mujeres le quitó validez a nuestros argumentos, y en donde los investigadores del Órgano Interno de Control nos hacían preguntas como: ¿Y cómo venían vestidas usualmente? y ¿Por qué aceptaban estar en la oficina de su jefe?” señala una de las víctimas.
“Es necesario trabajar en materia de hostigamiento sexual en el trabajo ya que causa daños graves a las víctimas en cuestión de autoestima, de seguridad; genera depresión, ansiedad; disminuye la productividad y claro, las personas viven con miedo porque no quieren perder su trabajo o porque se ven obligadas a renunciar como fue nuestro caso. Hay que hacer algo, una pena de sólo una multa no es equiparable con los daños que se generan en las víctimas y ese delito da pie a otros como el abuso sexual”, expresan.
Las mujeres explican que esta sentencia puede marcar un precedente en materia de hostigamiento sexual y abrir la puerta para que este delito sea visibilizado, ya que a pesar de que es algo que viven miles de personas todos los días en su lugar de trabajo, no se atreven a denunciarlo.
El sentenciado ha interpuesto un recurso de apelación que será resuelto en las próximas semanas.
Sin embargo
La sentencia condenatoria señala que Jorge Arturo Zarate deberá pagar quince días de multa por haber sido encontrado culpable del delito de hostigamiento sexual.
Además, por el delito de abuso sexual en contra de las dos mujeres, es acreedor a una pena ordinaria de nueve años nueve meses de prisión.
También la sentencia señala que deberá ser destituido de su cargo, aunque hay que recordar que se “separó” de él en 2012, con la finalidad de defenderse y limpiar su nombre. Y finalmente, deberá hacer el pago correspondiente a la reparación del daño.
Las víctimas de Zárate Vite eran trabajadoras de la CNDH y acudieron a denunciarlo ante el entonces Primer Visitador, Luis García; ante el Órgano Interno de Control encabezado por Franco Fabbri; e intentaron hacer llegar su denuncia ante el ex presidente del organismo Raúl Plascencia Villanueva, quien por medio de su secretario particular se negó a atenderlas bajo el argumento de que “si recibiera a todas las personas que vienen a quejarse de sus jefes no acabaríamos nunca”.
Al interior de dicha institución fueron re victimizadas por lo que se vieron obligadas a renunciar el 30 de marzo de 2012.
El 10 de abril de 2012 las mujeres víctimas acudieron a la Procuraduría General de la República (PGR) para interponer una denuncia en compañía de su abogado Emiliano Robles Gómez Mont. Ahí aportaron diversas pruebas periciales en psicología, grafoscopía y audio; además de cartas, sábanas de mensaje de celular y correos electrónicos.
Meses después, el Órgano Interno de Control de la CNDH, en septiembre de 2012, inhabilitó a Zárate Vite por seis meses.
“Fue un proceso muy largo y muy duro. Tuvimos que contar la historia muchas veces y tuvimos que hacernos pruebas periciales una y otra vez, pero a pesar de la tensión y lo difícil que era para nosotras revivir los hechos, las autoridades nos trataron muy bien. En ningún momento fuimos re victimizadas como en la CNDH en donde el hecho de ser mujeres le quitó validez a nuestros argumentos, y en donde los investigadores del Órgano Interno de Control nos hacían preguntas como: ¿Y cómo venían vestidas usualmente? y ¿Por qué aceptaban estar en la oficina de su jefe?” señala una de las víctimas.
“Es necesario trabajar en materia de hostigamiento sexual en el trabajo ya que causa daños graves a las víctimas en cuestión de autoestima, de seguridad; genera depresión, ansiedad; disminuye la productividad y claro, las personas viven con miedo porque no quieren perder su trabajo o porque se ven obligadas a renunciar como fue nuestro caso. Hay que hacer algo, una pena de sólo una multa no es equiparable con los daños que se generan en las víctimas y ese delito da pie a otros como el abuso sexual”, expresan.
Las mujeres explican que esta sentencia puede marcar un precedente en materia de hostigamiento sexual y abrir la puerta para que este delito sea visibilizado, ya que a pesar de que es algo que viven miles de personas todos los días en su lugar de trabajo, no se atreven a denunciarlo.
El sentenciado ha interpuesto un recurso de apelación que será resuelto en las próximas semanas.
Sin embargo
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