Ciudad de México.– Eduardo Camero Godínez, jefe de la unidad de ingresos no tributarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), dijo que hasta 2018 habrá un mercado más amplio de gasolinas, pero por el momento “hay que generar las condiciones para lograrlo”.
Explicó que la Reforma Energética planteó la liberación del precio del combustible de manera gradual en 2016; para 2017 se abrirá más el paso a la libre importación de combustibles y en 2018 ya habrá un mercado mucho más competitivo, donde Petróleos Mexicanos (Pemex) dejará de ser el gran monopolio y “habrá otras marcas”.
Durante la conferencia Es Posible Reestructurar los Subsidios, organizada por el Centro de Investigación A.C (CIDAC), el representante de Hacienda reafirmó que el nuevo esquema de liberación del precio de las gasolina se quedará tal como lo aprobó en días pasados la Cámara de Diputados, es decir, de forma gradual.
En ese sentido explicó que a partir del 1 de enero del próximo año “ya no será un precio fijo determinado por el Gobierno federal, sino se tratará de un precio ajustado al precio promedio del mercado”.
Explicó que con el nuevo esquema “habrá días que el precio será más alto y otros más bajo”, por lo que el Congreso aprobó una banda del 3 por ciento.
En octubre pasado, los diputados y senadores avalaron establecer una cuota fija al precio de las gasolinas ya que con el esquema actual se establece que el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aumenta cuando disminuye el precio del petróleo, mientras que con lo aprobado por los legisladores, este impuesto se mantendrá igual. Ese cambio se aprobó con una estimación inflacionaria de 3 por ciento, y pese a que se alcancen niveles más bajos o altos sobre este estimado, el precio de los energéticos se mantendrán.
La modificación en la tributación de las gasolinas está fundamentada en el reemplazo de la tasa del Impuesto Especial sobre gasolinas por una cuota fija según el octanaje de la gasolina. Esa cuota fue establecida en 4.16 pesos por litro de gasolina menor a 92 octanos y 3.52 pesos por litro de gasolina mayor o igual a 92 octanos.
Para evitar que esto incremente los precios de la gasolina, se estableció una banda de precios máximos y mínimos que se calculará al sumar o restar al precio actual de la gasolina el 3 por ciento de la inflación anhelada para el siguiente año. El precio máximo de la Magna es de 13.98 pesos por litro y el de la Premium en 14.81.
“El marco anterior estaba diseñado para un solo participante para el sector y además con una estructura de costos determinante y esto no era compatible con la atracción industrial”, comentó el jefe de la unidad de ingresos de la SCHP.
Destacó que con el esquema que actualmente se tiene no se dan señales del uso eficiente de los recursos “particularmente cuando por las condiciones de los mercados se daban subsidios, ni se dan señales claras de los precios a los consumidores”, entre otras características que –de acuerdo con el funcionario– no benefician a los consumidores.
Algunos especialistas del sector energético y académicos opinan que la liberación del subsidio es una buena medida para la economía de los mexicanos, sin embargo destacaron que lo importante es que los recursos obtenidos por impuestos sean transparentes y utilizados en el bienestar social.
Para las organizaciones civiles, “el precio de la gasolina que determina el gobierno es poco transparente”. Explicaron que los ingresos que se reciben por la venta del combustible son una fuente económica para el país, por lo que consideraron que gran parte de las utilidades se destinen a proyectos para mejorar la calidad de ambiente, y una mejor movilidad.
Sin embargo, para Camero Godínez “a mejor manera de explicar los cambios no es tanto de la forma fiscal sino como una medida complementaria a la Reforma Energética, es decir, la Reforma que desde 2018 una apertura plena y completa en el mercado de los combustibles, particularmente de los automóviles”.
Abundó que dicha apertura se trata de una ampliación de permisos de importación, refinación, exportación así como del uso de los precios.
En ese sentido, Xavier Treviño, director del Instituto de Políticas para el Transporte (ITDP, por sus siglas en inglés) en México, destacó la importancia de invertir los recursos en políticas públicas que regulen el uso del automóvil para disminuir los contaminantes así como financiar energías más sustentables.
Por su parte, Fausto Hernández Trillo dijo a SinEmbargo “que es un avance haber quitado el subsidio, es el precio que estamos pagando, realmente fue un momento muy oportuno, quizá la gente no lo perciba el próximo año porque se prevé que los precios del petróleo suban hasta 2017, pero esperamos que eso se contrarreste ya con una mayor ineficiencia”.
Explicó que “la gente no sabe que lo que paga. Ahorita ya tiene un impuesto. Lo que se hizo es poner un impuesto para siempre, y cuando suba la gasolina en el mercado, va a subir, pero es un impuesto fijo, de la otra forma si la gasolina bajaba no se percibía igual […]”.
Explicó que la Reforma Energética planteó la liberación del precio del combustible de manera gradual en 2016; para 2017 se abrirá más el paso a la libre importación de combustibles y en 2018 ya habrá un mercado mucho más competitivo, donde Petróleos Mexicanos (Pemex) dejará de ser el gran monopolio y “habrá otras marcas”.
Durante la conferencia Es Posible Reestructurar los Subsidios, organizada por el Centro de Investigación A.C (CIDAC), el representante de Hacienda reafirmó que el nuevo esquema de liberación del precio de las gasolina se quedará tal como lo aprobó en días pasados la Cámara de Diputados, es decir, de forma gradual.
En ese sentido explicó que a partir del 1 de enero del próximo año “ya no será un precio fijo determinado por el Gobierno federal, sino se tratará de un precio ajustado al precio promedio del mercado”.
Explicó que con el nuevo esquema “habrá días que el precio será más alto y otros más bajo”, por lo que el Congreso aprobó una banda del 3 por ciento.
En octubre pasado, los diputados y senadores avalaron establecer una cuota fija al precio de las gasolinas ya que con el esquema actual se establece que el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aumenta cuando disminuye el precio del petróleo, mientras que con lo aprobado por los legisladores, este impuesto se mantendrá igual. Ese cambio se aprobó con una estimación inflacionaria de 3 por ciento, y pese a que se alcancen niveles más bajos o altos sobre este estimado, el precio de los energéticos se mantendrán.
La modificación en la tributación de las gasolinas está fundamentada en el reemplazo de la tasa del Impuesto Especial sobre gasolinas por una cuota fija según el octanaje de la gasolina. Esa cuota fue establecida en 4.16 pesos por litro de gasolina menor a 92 octanos y 3.52 pesos por litro de gasolina mayor o igual a 92 octanos.
Para evitar que esto incremente los precios de la gasolina, se estableció una banda de precios máximos y mínimos que se calculará al sumar o restar al precio actual de la gasolina el 3 por ciento de la inflación anhelada para el siguiente año. El precio máximo de la Magna es de 13.98 pesos por litro y el de la Premium en 14.81.
“El marco anterior estaba diseñado para un solo participante para el sector y además con una estructura de costos determinante y esto no era compatible con la atracción industrial”, comentó el jefe de la unidad de ingresos de la SCHP.
Destacó que con el esquema que actualmente se tiene no se dan señales del uso eficiente de los recursos “particularmente cuando por las condiciones de los mercados se daban subsidios, ni se dan señales claras de los precios a los consumidores”, entre otras características que –de acuerdo con el funcionario– no benefician a los consumidores.
Algunos especialistas del sector energético y académicos opinan que la liberación del subsidio es una buena medida para la economía de los mexicanos, sin embargo destacaron que lo importante es que los recursos obtenidos por impuestos sean transparentes y utilizados en el bienestar social.
Para las organizaciones civiles, “el precio de la gasolina que determina el gobierno es poco transparente”. Explicaron que los ingresos que se reciben por la venta del combustible son una fuente económica para el país, por lo que consideraron que gran parte de las utilidades se destinen a proyectos para mejorar la calidad de ambiente, y una mejor movilidad.
Sin embargo, para Camero Godínez “a mejor manera de explicar los cambios no es tanto de la forma fiscal sino como una medida complementaria a la Reforma Energética, es decir, la Reforma que desde 2018 una apertura plena y completa en el mercado de los combustibles, particularmente de los automóviles”.
Abundó que dicha apertura se trata de una ampliación de permisos de importación, refinación, exportación así como del uso de los precios.
En ese sentido, Xavier Treviño, director del Instituto de Políticas para el Transporte (ITDP, por sus siglas en inglés) en México, destacó la importancia de invertir los recursos en políticas públicas que regulen el uso del automóvil para disminuir los contaminantes así como financiar energías más sustentables.
Por su parte, Fausto Hernández Trillo dijo a SinEmbargo “que es un avance haber quitado el subsidio, es el precio que estamos pagando, realmente fue un momento muy oportuno, quizá la gente no lo perciba el próximo año porque se prevé que los precios del petróleo suban hasta 2017, pero esperamos que eso se contrarreste ya con una mayor ineficiencia”.
Explicó que “la gente no sabe que lo que paga. Ahorita ya tiene un impuesto. Lo que se hizo es poner un impuesto para siempre, y cuando suba la gasolina en el mercado, va a subir, pero es un impuesto fijo, de la otra forma si la gasolina bajaba no se percibía igual […]”.
Sin embargo.mx
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