El Pacto de Normandía
Por: Iván Calderón
Para quienes suponían que los tambores de guerra estaban preparados en el rancho de San Julián para enfrentar a la Prosperidad, estaban muy equivocados.
Pepe Yunes resultó un factor unificador.
Allá en Perote, ante la clase política veracruzana, se demostró que aunque van juntos, pero no revueltos, marcharán así, en franca, plena y absoluta unidad.
En materia de política, a los veracruzanos, nos encantan los cuentos, las hipótesis y hasta el chisme, lo grillo nos corre por las venas, y algunos resultan unos consumados politólogos.
Pero, como lo habíamos adelantado, en el pacto de Normandía, no hubo ni candidato, o la más mínima señal para saber quién será el bueno para el bienio.
Pepe, al parecer prepara sus pasos para la de seis.
José Francisco Yunes Zorrilla es el ideal para un sexenio, y no para 730 días, con todo y la importancia que esto representa servir a Veracruz.
Mientras que a Héctor, allá donde el frío es habitual, el mismo Manlio Fabio Beltrones lo desaceleró en sus proyectos, y le templaron sus intenciones.
Dentro del PRI Veracruz primero vendrá el método, luego el candidato, y punto.
De otra agua no hay.
Incluso, el mismo Yunes Landa tuvo que bajar el dedo, para sumarse a esta iniciativa de orden y disciplina.
La comida en Normandía sirvió para unificar a los priistas veracruzanos, quienes si no van en una sola dirección ponen en riesgo la continuidad del tricolor dentro del Palacio de Gobierno.
Y es que los resentidos del Duartismo apostaban a que el estéril enfrentamiento de Pepe vs Duarte se perpetuara.
Es más, a muchos adoradores de los rebatos les convenía que Yunes Zorrilla siguiera enfrentado con Javier Duarte.
Este era su modus vivendi.
Sin embargo, en la rancho de la familia Yunes Suárez, quedó de manifiesto que muy a pesar de no concordar en ciertos preceptos, todos se sumarán a un solo proyecto, donde el mismo Javier Duarte será un principio definitorio.
Duarte será factor de su propia sucesión.
Sin duda.
El candidato de la de dos solo se va acomodando.
Lo demás, será historia.
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