Ciudad de México.- El señalamiento para el procedimiento del Código Infarto, en el Centro Médico Siglo XXI.
Una atención oportuna cuando se siente un dolor intenso en el pecho, se tienen problemas al respirar o la pérdida del conocimiento puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Estos síntomas pueden ser el aviso de que se está padeciendo un infarto agudo al miocardio, y lo prioritario es acudir de inmediato a los servicios de urgencias a recibir atención médica.
Para ello, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha implementado el programa Código Infarto, a través del cual, vía telefónica los servicios médicos de urgencias, se preparan para atender a los pacientes en cuestión de minutos.
Gabriela Borrayo, directora médica del Hospital de Cardiología del Centro Médico Siglo XXI del IMSS, subrayó que desde hace 16 meses con esta estrategia se han atendido a dos mil pacientes infartados en cuatro estados de la República, cifra que representa un incremento de 35 por ciento, antes de haberse implementado este código.
Con ello se ha logrado disminuir la tasa de mortalidad al pasar de 26 a 12 por ciento, y se ha garantizado además, el diagnóstico y tratamiento a pacientes que ingresan a urgencias para restablecer el flujo sanguíneo en los primeros 90 minutos.
En conferencia de prensa, la especialista subrayó que en el último año el IMSS ha brindado más de 17 millones de consultas por afecciones cardiovasculares y la meta para 2017 es cubrir a 35 millones de derechohabientes de todo el país, que representa una cobertura del ciento por ciento.
El éxito del Código Infarto —implementado en 35 clínicas y hospitales de tercer nivel— consiste en la capacitación de todo el personal, desde los elementos de seguridad, encargados de controlar el ingreso a los hospitales, quienes son capaces de identificar cuándo una persona está sufriendo un infarto masivo al miocardio y canaliza directamente al paciente al área de urgencias, detalló José de Jesús Arriaga Dávila, director de Prestaciones Médicas del IMSS.
Asimismo, si un paciente se encuentra en una unidad en donde no se tiene el equipo necesario para su adecuada atención, es canalizado al hospital más cercano para ser intervenido, y vía telefónica, el médico a cargo activa la alerta para que en el nosocomio se espere al paciente y sea atendido de inmediato.
Con ese modelo de atención se ha logrado reducir en media hora el tiempo de atención para que los pacientes reciban un fármaco que permita estabilizarlo y casi una hora el tiempo para entrar a cirugía.
Borrayo Sánchez precisó que a través del protocolo de Código Infarto, se han logrado evitar ocho muertes por mes, sin embargo, la prevalencia aún es alta, si se toman en cuenta que los factores de riesgo se han incrementado.
Las enfermedades cardiovasculares, puntualizó, son la primera causa de muerte en el mundo y en México. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el 30 por ciento de las muertes ocurren por esta causa y tan sólo en 2013 se documentaron 17.3 millones de muertes a nivel mundial por esta razón y las estimaciones son que hacia el 2030 serán 23.5 millones de personas las que morirán por esta causa.
Refirió que entre los países miembros de la OCDE, México tiene la mayor tasa de mortalidad con un promedio de 27.2, mientras la media del resto de las naciones es de 7.9, es decir 3 veces más.
Además, tenemos que en el 2015 mientras estos índices de mortalidad se ha reducido en otros países, en México debido a un incremento en los factores de riesgo: obesidad, sobrepeso, colesterol alto en la sangre, hipertensión, diabetes, así como abuso en el consumo de alcohol y tabaco.
Efraín Arizmendi Uribe, director general del Hospital de Cardiología del Centro Médico Siglo XXI, abundó que otros factores de riesgo son el estrés laboral y la contaminación ambiental, que reduce la cantidad y calidad del oxígeno, elemento fundamental para el buen funcionamiento de las células del organismo, incluidas las cardiacas.
Una atención oportuna cuando se siente un dolor intenso en el pecho, se tienen problemas al respirar o la pérdida del conocimiento puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Estos síntomas pueden ser el aviso de que se está padeciendo un infarto agudo al miocardio, y lo prioritario es acudir de inmediato a los servicios de urgencias a recibir atención médica.
Para ello, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha implementado el programa Código Infarto, a través del cual, vía telefónica los servicios médicos de urgencias, se preparan para atender a los pacientes en cuestión de minutos.
Gabriela Borrayo, directora médica del Hospital de Cardiología del Centro Médico Siglo XXI del IMSS, subrayó que desde hace 16 meses con esta estrategia se han atendido a dos mil pacientes infartados en cuatro estados de la República, cifra que representa un incremento de 35 por ciento, antes de haberse implementado este código.
Con ello se ha logrado disminuir la tasa de mortalidad al pasar de 26 a 12 por ciento, y se ha garantizado además, el diagnóstico y tratamiento a pacientes que ingresan a urgencias para restablecer el flujo sanguíneo en los primeros 90 minutos.
En conferencia de prensa, la especialista subrayó que en el último año el IMSS ha brindado más de 17 millones de consultas por afecciones cardiovasculares y la meta para 2017 es cubrir a 35 millones de derechohabientes de todo el país, que representa una cobertura del ciento por ciento.
El éxito del Código Infarto —implementado en 35 clínicas y hospitales de tercer nivel— consiste en la capacitación de todo el personal, desde los elementos de seguridad, encargados de controlar el ingreso a los hospitales, quienes son capaces de identificar cuándo una persona está sufriendo un infarto masivo al miocardio y canaliza directamente al paciente al área de urgencias, detalló José de Jesús Arriaga Dávila, director de Prestaciones Médicas del IMSS.
Asimismo, si un paciente se encuentra en una unidad en donde no se tiene el equipo necesario para su adecuada atención, es canalizado al hospital más cercano para ser intervenido, y vía telefónica, el médico a cargo activa la alerta para que en el nosocomio se espere al paciente y sea atendido de inmediato.
Con ese modelo de atención se ha logrado reducir en media hora el tiempo de atención para que los pacientes reciban un fármaco que permita estabilizarlo y casi una hora el tiempo para entrar a cirugía.
Borrayo Sánchez precisó que a través del protocolo de Código Infarto, se han logrado evitar ocho muertes por mes, sin embargo, la prevalencia aún es alta, si se toman en cuenta que los factores de riesgo se han incrementado.
Las enfermedades cardiovasculares, puntualizó, son la primera causa de muerte en el mundo y en México. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el 30 por ciento de las muertes ocurren por esta causa y tan sólo en 2013 se documentaron 17.3 millones de muertes a nivel mundial por esta razón y las estimaciones son que hacia el 2030 serán 23.5 millones de personas las que morirán por esta causa.
Refirió que entre los países miembros de la OCDE, México tiene la mayor tasa de mortalidad con un promedio de 27.2, mientras la media del resto de las naciones es de 7.9, es decir 3 veces más.
Además, tenemos que en el 2015 mientras estos índices de mortalidad se ha reducido en otros países, en México debido a un incremento en los factores de riesgo: obesidad, sobrepeso, colesterol alto en la sangre, hipertensión, diabetes, así como abuso en el consumo de alcohol y tabaco.
Efraín Arizmendi Uribe, director general del Hospital de Cardiología del Centro Médico Siglo XXI, abundó que otros factores de riesgo son el estrés laboral y la contaminación ambiental, que reduce la cantidad y calidad del oxígeno, elemento fundamental para el buen funcionamiento de las células del organismo, incluidas las cardiacas.
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