Apenas unos días antes del atentado ocurrido la noche de este jueves 14 en Niza, el ministro del Interior de Francia, Bernard Cazeneuve, desestimó y atacó un reporte de la Asamblea Nacional que advertía sobre las fallas del gobierno socialista del presidente Francois Hollandae en su estrategia y en las estructuras de combate al terrorismo islámico.
El viernes 8 el ministro no sólo descalificó las propuestas de dicha comisión legislativa para mejorar la política antiterrorista del gobierno, sino que llegó a estimar que éstas abrían “polémicas inútiles”.
El pasado 20 de enero la asamblea francesa creó una comisión especial que investigó y evaluó el funcionamiento de las estructuras y políticas antiterroristas del Estado desde que ocurrió el ataque yihadista contra la sede parisina del semanario satírico Charlie Hebdo, el 7 de enero de 2015.
Sus conclusiones, publicadas en un reporte el pasado martes 5, no dejan lugar a la calma.
“Al término de nuestro trabajo”, advirtió el presidente de la comisión especial, el diputado Georges Fenech, “mi sentimiento general es que, a pesar de las últimas medidas tomadas por el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, significativamente aquellas relativas a la organización del sistema de información y a las nuevas doctrinas sobre el empleo de las fuerzas de intervención, esos avances no están todavía a la altura del desafío que nos ha lanzado un terrorismo internacional entrenado en nuevas formas de combate hasta ahora insospechadas.
“Al día siguiente de los terribles atentados del 13 de noviembre de 2015 (en París)”, explicó el diputado, “no podíamos más que interrogarnos otra vez sobre la eficacia del conjunto de los medios empleados por todas las administraciones del Estado encargadas de la lucha contra el terrorismo desde enero de 2015: policía nacional, gendarmería, ejército, justicia, presupuesto e inteligencia”.
Continuó: “La exigencia de decir la verdad a las víctimas y a toda la nación nos obliga a establecer con la mayor objetividad cómo fue que los autores de estos atentados, casi en su totalidad fichados, vigilados, condenados o bajo orden de un mandato de arresto, pudieron desplazarse, en Francia y en Europa, fuertemente armados y ejecutar sus ataques en pleno París, sin que ninguno de los medios de vigilancia haya podido prevenir e impedir su pasaje al acto”.
El viernes 8 el ministro no sólo descalificó las propuestas de dicha comisión legislativa para mejorar la política antiterrorista del gobierno, sino que llegó a estimar que éstas abrían “polémicas inútiles”.
El pasado 20 de enero la asamblea francesa creó una comisión especial que investigó y evaluó el funcionamiento de las estructuras y políticas antiterroristas del Estado desde que ocurrió el ataque yihadista contra la sede parisina del semanario satírico Charlie Hebdo, el 7 de enero de 2015.
Sus conclusiones, publicadas en un reporte el pasado martes 5, no dejan lugar a la calma.
“Al término de nuestro trabajo”, advirtió el presidente de la comisión especial, el diputado Georges Fenech, “mi sentimiento general es que, a pesar de las últimas medidas tomadas por el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, significativamente aquellas relativas a la organización del sistema de información y a las nuevas doctrinas sobre el empleo de las fuerzas de intervención, esos avances no están todavía a la altura del desafío que nos ha lanzado un terrorismo internacional entrenado en nuevas formas de combate hasta ahora insospechadas.
“Al día siguiente de los terribles atentados del 13 de noviembre de 2015 (en París)”, explicó el diputado, “no podíamos más que interrogarnos otra vez sobre la eficacia del conjunto de los medios empleados por todas las administraciones del Estado encargadas de la lucha contra el terrorismo desde enero de 2015: policía nacional, gendarmería, ejército, justicia, presupuesto e inteligencia”.
Continuó: “La exigencia de decir la verdad a las víctimas y a toda la nación nos obliga a establecer con la mayor objetividad cómo fue que los autores de estos atentados, casi en su totalidad fichados, vigilados, condenados o bajo orden de un mandato de arresto, pudieron desplazarse, en Francia y en Europa, fuertemente armados y ejecutar sus ataques en pleno París, sin que ninguno de los medios de vigilancia haya podido prevenir e impedir su pasaje al acto”.
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