Hagamos de nuestra democracia una fiesta
Javier Herrera Borunda
El próximo domingo 4 de junio habrán de celebrarse elecciones en cuatro entidades federativas de la República Mexicana. En Coahuila será elegido el gobernador del estado, 16 diputaciones locales de mayoría relativa, nueve diputaciones locales de representación proporcional y las nuevas autoridades de 38 ayuntamientos; en el Estado de México será electo el titular del Ejecutivo estatal; en Nayarit el voto popular elegirá gobernador, 18 diputaciones locales de mayoría relativa, 12 diputaciones locales de representación proporcional y 20 autoridades municipales; y los ciudadanos que conformamos el padrón electoral del estado de Veracruz podremos elegir a las autoridades que nos representarán en los 212 ayuntamientos que conforman nuestra entidad.
Los mexicanos que haremos ejercicio de los derechos político-electorales que consagra nuestra Constitución Política el próximo domingo, debemos hacerlo con plena certeza de que contribuiremos a la vida democrática de nuestro país; ejerceremos nuestro voto conscientes de que las propuestas de gobierno de nuestra convicción habrán de conducir a la construcción de gobiernos que nos permitan un crecimiento sostenido y sustentable en nuestras comunidades, especialmente de aquellas que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad.
Las instituciones que hemos logrado crear para hacer realidad un sistema electoral eficiente y transparente: el Instituto Nacional Electoral, los Organismos Públicos Locales (OPL), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales, nos garantizan el respeto a comicios libres, equitativos, imparciales y confiables, en los que el principal paradigma es el respeto a la voluntad popular.
Emitir nuestro voto debe ser una gran fiesta de participación ciudadana y democracia. El voto libre y razonado es un derecho fundamental de todos los mexicanos mayores de 18 años y a través de él podemos ejercer nuestra soberanía y expresar nuestras convicciones. Al votar, tenemos la posibilidad de elegir a las personas que consideramos idóneas para convertir los problemas que nos aquejan en soluciones e impulsar una sociedad moderna e incluyente.
Las mujeres y los hombres que habremos de elegir como nuestras nuevas autoridades no son las únicas responsables de un buen gobierno, debemos estar dispuestos a la corresponsabilidad, a construir una nueva etapa de nuestra historia en la que prive el deseo de lograr un estado de bienestar que alcance a todos los mexicanos, un México en paz que permita el desarrollo pleno de toda la población y una gobernanza en la que la transparencia y rendición de cuentas sean una realidad.
Elegir a nuestros gobernantes a través del voto universal, secreto y directo es un ejercicio fundamental de la democracia y lograr que nuestra jornada electoral sea una fiesta de la democracia lleva implícito el convencimiento de actuar con madurez política; al votar lo que estamos decidiendo es nuestro futuro, y el cambio de poderes que establece nuestra Constitución en una normalidad democrática debe evitar confrontaciones estériles. Decidir de manera pacífica y ordenada quién nos va a representar, y aceptar el triunfo o la derrota en las urnas es un indicador de que nuestra cultura democrática va en ascenso.
La construcción de una sociedad bien informada, capaz de decidir con certeza sobre sus futuros gobernantes, es signo de una cultura política moderna. El análisis de las diversas propuestas electorales, de su viabilidad y veracidad es una obligación ciudadana, emitir un voto debe ser una acción razonada, implica el futuro de nuestras comunidades y los retos que enfrentamos en el corto y mediano plazos son de tal magnitud que requieren de personas responsables, capaces de gobernar con el oficio y la convicción de que el servicio y la administración pública exigen un estricto control de los recursos que deben ser erogados de manera eficaz y eficiente, acción que permanentemente debe estar sujeta a la transparencia y rendición de cuentas a través de la vigilancia ciudadana.
De vital importancia es que las políticas públicas que se decidan en base a las propuestas electorales de los candidatos sean acordes con la voluntad ciudadana, con las necesidades de nuestros niños, jóvenes, mujeres y hombres veracruzanos que merecen igualdad de oportunidades para alcanzar mejores niveles sociales de bienestar.
El próximo domingo los veracruzanos elegiremos en las urnas a nuestras próximas autoridades municipales. El desarrollo sustentable de nuestros ayuntamientos no nos permite detener el reloj de la historia y mucho menos cerrar los ojos ante los grandes desafíos que enfrentamos en todos los órdenes. El progreso equilibrado y equitativo del estado de Veracruz está en nuestras manos, salgamos a votar convencidos de que los mejores hombres y mujeres que nos han presentado su plataforma electoral y programa de trabajo son los que merecen nuestra confianza para encauzar el rumbo y la grandeza que siempre ha caracterizado a nuestro entrañable Veracruz. Hagamos de este día una gran fiesta de alegría y concordia que engrandezca a nuestra democracia.
Los mexicanos que haremos ejercicio de los derechos político-electorales que consagra nuestra Constitución Política el próximo domingo, debemos hacerlo con plena certeza de que contribuiremos a la vida democrática de nuestro país; ejerceremos nuestro voto conscientes de que las propuestas de gobierno de nuestra convicción habrán de conducir a la construcción de gobiernos que nos permitan un crecimiento sostenido y sustentable en nuestras comunidades, especialmente de aquellas que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad.
Las instituciones que hemos logrado crear para hacer realidad un sistema electoral eficiente y transparente: el Instituto Nacional Electoral, los Organismos Públicos Locales (OPL), el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales, nos garantizan el respeto a comicios libres, equitativos, imparciales y confiables, en los que el principal paradigma es el respeto a la voluntad popular.
Emitir nuestro voto debe ser una gran fiesta de participación ciudadana y democracia. El voto libre y razonado es un derecho fundamental de todos los mexicanos mayores de 18 años y a través de él podemos ejercer nuestra soberanía y expresar nuestras convicciones. Al votar, tenemos la posibilidad de elegir a las personas que consideramos idóneas para convertir los problemas que nos aquejan en soluciones e impulsar una sociedad moderna e incluyente.
Las mujeres y los hombres que habremos de elegir como nuestras nuevas autoridades no son las únicas responsables de un buen gobierno, debemos estar dispuestos a la corresponsabilidad, a construir una nueva etapa de nuestra historia en la que prive el deseo de lograr un estado de bienestar que alcance a todos los mexicanos, un México en paz que permita el desarrollo pleno de toda la población y una gobernanza en la que la transparencia y rendición de cuentas sean una realidad.
Elegir a nuestros gobernantes a través del voto universal, secreto y directo es un ejercicio fundamental de la democracia y lograr que nuestra jornada electoral sea una fiesta de la democracia lleva implícito el convencimiento de actuar con madurez política; al votar lo que estamos decidiendo es nuestro futuro, y el cambio de poderes que establece nuestra Constitución en una normalidad democrática debe evitar confrontaciones estériles. Decidir de manera pacífica y ordenada quién nos va a representar, y aceptar el triunfo o la derrota en las urnas es un indicador de que nuestra cultura democrática va en ascenso.
La construcción de una sociedad bien informada, capaz de decidir con certeza sobre sus futuros gobernantes, es signo de una cultura política moderna. El análisis de las diversas propuestas electorales, de su viabilidad y veracidad es una obligación ciudadana, emitir un voto debe ser una acción razonada, implica el futuro de nuestras comunidades y los retos que enfrentamos en el corto y mediano plazos son de tal magnitud que requieren de personas responsables, capaces de gobernar con el oficio y la convicción de que el servicio y la administración pública exigen un estricto control de los recursos que deben ser erogados de manera eficaz y eficiente, acción que permanentemente debe estar sujeta a la transparencia y rendición de cuentas a través de la vigilancia ciudadana.
De vital importancia es que las políticas públicas que se decidan en base a las propuestas electorales de los candidatos sean acordes con la voluntad ciudadana, con las necesidades de nuestros niños, jóvenes, mujeres y hombres veracruzanos que merecen igualdad de oportunidades para alcanzar mejores niveles sociales de bienestar.
El próximo domingo los veracruzanos elegiremos en las urnas a nuestras próximas autoridades municipales. El desarrollo sustentable de nuestros ayuntamientos no nos permite detener el reloj de la historia y mucho menos cerrar los ojos ante los grandes desafíos que enfrentamos en todos los órdenes. El progreso equilibrado y equitativo del estado de Veracruz está en nuestras manos, salgamos a votar convencidos de que los mejores hombres y mujeres que nos han presentado su plataforma electoral y programa de trabajo son los que merecen nuestra confianza para encauzar el rumbo y la grandeza que siempre ha caracterizado a nuestro entrañable Veracruz. Hagamos de este día una gran fiesta de alegría y concordia que engrandezca a nuestra democracia.
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